Negación Determinada
Es evidente que el derrotismo existe. Incluso el derrotismo de grado
máximo, es decir, como negación cosificada… Como si el tiempo no tuviese nada
que decir, como si no hubiese ningún tipo de progreso, o como si el progreso
fuera solo hacia peor, o existiese un
progreso sólo aparente. Una expresión o una actitud de moda, por tanto, en
contra del porgreso que lo denigra. La negación cosificada se detiene, por
tanto, en lo cosificado sin decantarse
por la negación determinada que señala “por qué” algo es precisamente así, sin
limitarse a afirmar que, de modo general, vivimos en un mundo totalitario.
Una negación determinada implica poner el dedo sobre algo: “es esto”. La negación determinada es la
infelicidad cuando sirve de algo a aquel que toma la decisión.
En tanto que conoce el “de dónde”,
es reconocida como negación determinada. En tanto que suspende el “para qué”, emerge, en suma, la negación
determinada, y este “ser insuficiente” es denunciado como insuficiente o como
espantoso: el derrotismo por tanto, debe descubrir sus cartas. Así se
convertirá en derrotismo productivo. Al poner sus cartas sobre la mesa se
convierte en rebeldía. Esto es signo de que no se niega todo en general sino
que se denuncia algo determinado de modo detectivesco, con lo que se está a las
duras y a las maduras. Resumiendo se percibe algo de ello. El peligro de la
negación cosificada, como ya se ha dicho, es una consecuencia del pesimismo.
(Extracto de Ernst Bloch “Conferencias-Tübingen 1965” )