Esta
página pertenece al Dossier CINE NEGRO-Joseph H. Lewis
Con más de cuarenta películas en veinte años, Lewis ha demostrado su capacidad
creativa y una originalidad dentro de este tipo de producción con bajo
presupuesto que fue bautizado serie B. Ofrecía unas películas para sesiones
dobles en las salas de cine de barrio para el disfrute de unos espectadores que
todavía no valoraban al autor sino al divertimiento del momento. Sin embargo,
era un tipo de películas que, a menudo, dejaba una huella en la memoria, no
tanto por el tema como por un tipo de imagen y un ritmo –un montaje– que más
adelante tendrá una influencia esencial en el cine europeo, el cual tendrá a
continuación una repercusión en el cine estadounidense. El crítico Andrew Sarris sitúa a Lewis al
lado de Stanley Donen, Don Siegel, Frank Tashlin y Budd boetticher en un capítulo de su libro "The american cinema" que titula
"Expressive Esoterica": son unos directores que, para Sarris, tienen
un estilo difícil o muy particular como para catalogarlos con una definición clara . sin embargo, sus
obras, a pesar de unos rasgos irritantes, son elegantes y tienen unas
cualidades que merecen gran consideración a pesar de haber sido infravalorados,
no reconocidos en su época.
Rodaje de The undercover man 1949:
Lewis está sentado con boina blanca
Lewis está sentado con boina blanca
La adaptación cinematográfica de varios
géneros –espionaje, bélico, western, policiaca… –que no crean en la obra de
Lewis una visión universal y lo bastante personal, hace difícil situar esta obra en la "política a de autores". Sin embargo, un debate sobre esta calidad de "autor"
parece estéril en el caso de Lewis que
ha firmado dos películas "cultas", obras maestras del CINE NEGRO para
muchos cinéfilos, que tratamos en este
Dossier: The Big Combo y Gun Crazy. Un rodaje en dos o tres semanas, unos actores
que, aunque conocidos, no eran de los más cotizados, una distribución en salas
sin publicidad: todas estas limitaciones parecen haber actuado como un
catalizador sobre Joseph H. Lewis que va sacar una gran creatividad en el
tratamiento del cine negro desde el final de la Guerra Mundial con My Name
Is Julia Ross (1945), So Dark the Night (1946) 1947: The
Swordsman(1947), Gun Crazy (Deadly as the Female-1949), A Lady without Passport. (1950), Desperate
Search(1952), Cry of the Hunted(1953), The Big Combo(1954).
A pesar de haber firmado un contrato de siete años
con la Columbia, la abandona después de cuatro años y rueda Gun Crazy en 1949 con la King
Bros de los hermanos King, unos mafiosos de las máquinas tragaperras reconvertidos en arte cinematográfico con
películas de gángsteres como Dillinger
(Max NOsseck-1945) o The Gangster
(gordon Wiles-1947). Invierten en la película con la intención de salir de la
serie B y pasar a la A con un rodaje en 30 días.
La distribución falla
totalmente y la película sale en Enero de 1950, distribuida al final por United
Artists en pocas salas, con el título de Deadly is the Female. Es un fracaso. El reintento en Agosto
del mismo año con el título de Gun
Crazy es un nuevo fracaso. La película entra en la lista de obras
maestras malditas y pasa a la de películas cultas con la nueva
ola francesa. El Dossier CINE NEGRO pone en evidencia la compensación que ofrece la serie B con su falta de medios y sus bajos presupuestos: una estimulación del deseo de experimentación por parte de los equipos de rodaje, empezando por los directores. Joseph H. Lewis es uno de los directores que libera más sus facultades inventivas. Es capaz de utilizar las estructuras formales minimalistas para sugerir la atmósfera deseada como lo señalamos en la secuencia final de The Big Combo. No tiene reparo en reutilizar el decorado que funciona y que no cuesta casi nada, como, por ejemplo, la entrada del despacho del detective…
…
en Gun Crazy
…y en The Big Combo.
Pasa de
los flashbacks al plano secuencia, del primerísimo plano,…
Russ tamblyn en Gun Crazy:
lorecordamos en West Side Story (Robert Wise-1961) …
al panorámico,…
Gun Crazy
…. opone la forma nítida a la borrosa,
los claroscuros a la luz la más cruda.
Enlaces en la web:
wikipediaLibro sobre su obra: Wayne State University Press
En
Gun
Crazy, Lewis controla todos los aspectos que permiten liberar la
creatividad. Retoma el guión preliminar del autor de la novela, MacKinlay
Kantor, y la redacción voluminosa que saca el guionista Millard Kaufman. Ese es
en realidad Dalton Trumbo que ha
sido juzgado en 1947 y condenado a once meses de cárcel por la comisión de actividades antiamericanas
y que pertenece a la lista negra de Hollywood. Trumbo envia el guión desde México donde se ha
exiliado y donde prepara, animado por Luis Buñuel, su proyecto fílmico a partir
de su novela Johnny cogió su fusil.
Lewis
reduce el guión de Gun Crazy, lo
sintetiza para dar una sensación de velocidad, de ritmo acelerado que potencia
la temática de los dos jóvenes lanzados en su loca aventura pasional. Utiliza
una estética más compleja pasando de los interiores en estudio a exteriores con
gran movimiento de calles con un estilo neorrealista, del expresionismo de la
primera secuencia a la abstracción radical de la última secuencia de
inspiración asiática con unas magnificas fotografías de la muerte de los
amantes en los cañaverales en la niebla.
A la voluntad de eficacia manifestada
por Lewis en estas dos obras suyas, las más importantes en cuanto a CINE NEGRO,
se añade su deseo de experimentar en la forma y en el ritmo con Gun
Crazy. El largo plan secuencia del robo en Hampton que sitúa al espectador
en el asiento de atrás del coche de la pareja de atracadores hace de Gun Crazy un modelo de ingenio. La
película condensa unas técnicas de escenografía, narrativa y montaje que
Lewis va desarrollar a lo largo de su carrera. Lo que hace de esta obra tan
poco reconocida en su estreno como revelada unos años más tarde por la política
de autores de la Nouvelle Vague
francesa, una obra aparte en las series B y en el cine negro.
En
The
Big Combo, Lewis se conforma con las reglas de las series B de
presupuestos limitados. Elige una estética unívoca con la utilización de planos secuencias y con la
profundidad de campo, unos contrastes luminosos que eliminan el decorado y
potencian las caras y los cuerpos en unos espacios indefinidos…
…
y nos ofrece una de las escenas de interrogatorio (o más bien de tortura del
policía por el mafioso) más impactante del cine negro.
The Big Combo continúa…