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Director: Edgar Ulmer
Guión: S.K.Lauren y Gordon Kahn / obra de Dayton Stoddart
Música: Werner Janssen
Fotografía: Bert Glennon
Producción: Eagle Lion Films (Arthur S.Lyons)
Actores:
Guión: S.K.Lauren y Gordon Kahn / obra de Dayton Stoddart
Música: Werner Janssen
Fotografía: Bert Glennon
Producción: Eagle Lion Films (Arthur S.Lyons)
Actores:
Zachary
Scott es Horace Vendig Filmografía en cine negro: The
mask of Dimitrios (Jean Negulesco-1944), Mildred
Pierce (Alma en suplicio-Michael
Curtiz-1945), Danger Signal (Robert
Florey-1945), The unfaithful (Vincent Sherman-1947),
Ruthless (Traición-Edgar
G.Ulmer-1948), Whiplash (Lewis Seiler-1948),
Flaxy Martin (Richard L.Bare-1949), Flamingo Road
(Michael Curtiz-1949), Born to be bad
(Nacida para el mal-Nicholas Ray-1950), Shadow on the wall (Pat Jackson-1950 Louis Hayward es Vic Lambdin (cine negro con House by the river
(Fritz Lang-1950). Diana Lynn
es Martha / Mallory (vuelve al cine negro con The
people against O’Hara (El caso O’Hara-John
Sturges-1951) ),
Sydney Greenstreet es Mansfield (ver filmografía
en este blog con El halcón maltés) Lucille Bremer
es Christa mansfield (trabaja el
mismo año en la película negra: Behind Locked Door (Budd
Boetticher-1948)
Martha Vickers es Susan Duane Empezó en el cine
negro con The big sleep (El sueño eterno-Howard Hawks-1946), siguen: The man I love (Raoul Walsh-1947), Ruthless (Traición-Edgar
G.Ulmer-1948), The big bluff (W.Lee Wilder-1955), The Burglar
(Paul Wendkos-1957)
Raymond
Burr es Peter Vendig (ver Filmografía
en este Blog)
Notamos también la presencia de Ann Carter
en el papel de Martha niña (salvada por Horace, se criarán juntos): acabamos de
verla en The two Mrs Carroll.
Después de la serie B de muy bajo presupuesto que fue Detour, reconocida más tarde como película culta en el cine negro, después
del consistente presupuesto que le ofrecía la realización del proyecto de Hedy
Lamarr, A strange woman (La extraña mujer-1946),
Edgar G.Ulmer rueda este “pequeño” Ciudadano Kane. Horace Vendig / Zachary Scott es este hombre
despiadado (Ruthless) que alcanza la
cima del poder de las finanzas, arrastrado por una ambición enfermiza que le
lleva a utilizar el amor de las mujeres que cruzan su vida. Le descubrimos en
la primera secuencia como un hombre rico y respetado –con toda la hipocresía
necesaria –por la alta sociedad estadounidense en un ostentoso acto
filantrópico. Entre los invitados se encuentran
los que le han permitido – la mayoría en detrimento de ellos mismos – alcanzar el poder. La presencia de Vic
Lambdin / Louis Hayward, amigo de Horace desde la niñez, acompañado por la
pianista Mallory / Diana Lynn, despierta
en Horace el recuerdo de una adolescencia castigada por la ausencia del padre
(un sorprendente Raymond Burr) y…
… la violencia de su madre. Molly le recuerda a Martha cuyos padres lo
criaron después que abandonase la casa de su madre. De Martha a Molly,
asistimos al tejemaneje de este hombre carismático con su mirada tan penetrante,
que no sabe amar otra cosa que el poder: en cada etapa de su vida, elige la
mujer que está en situación de ayudarle a escalar puestos y, a la que, a cambio,
dejar destrozada.
en Las
dos señoras Carroll, la ambición patológica de Humphrey Bogart
le conduce a matar a sus sucesivas mujeres para acabar sus retratos como
ángeles de la muerte: tratamos en esta película del acto de vampirizar. Un año
después del estreno –y fracaso a pesar de la presencia de Barbara Stanwick – de la película de Peter Godfrey, Edgar G.Ulmer
retoma el mismo tema con más elegancia, servido por un guión original en la
época: Horace Veldig consigue ser el “Lobo de Wall Street” antes de Leonardo di
Caprio.
Estamos en presencia de un
director que, después de ahondar en el tema de las minorías con documentales
étnicos, se vuelca en una descripción de un universo que hace y deshace el mundo de la economía,
devastador y también auto destructor: si la fatalidad encierra al protagonista
de Detour en una maraña macabra, Horace
Vendig construye su destino empujado por unas fuerzas que le dominan, traicionando
y destrozando a los que le quieren, mujeres, amigos, parejas, familias hasta precipitarse él mismo
en el vacio. No deja a los demás la
tarea de contar en sucesivos flashbacks las etapas de su ascensión: marca su
diferencia con el ciudadano Kane que
deja como herencia el misterio de Rosebud. Por
supuesto, Ulmer no trabaja aquí con el presupuesto que Hollywood puso a
disposición de Orson Welles pero conviene hacer notar que los dos directores
tienen unos puntos comunes: unas carreras motivadas únicamente por la necesidad
absoluta de trabajar como buenos artesanos independientes, incomprendidos,
marginados por el sistema de los grandes estudios sin que eso disminuya sus
capacidades creativas. Más discreto que Welles en cuanto a los efectos
técnicos, conviene notar sin embargo unos planos impactantes como…
…la puesta en abismo de la mujer de Manfield /Sidney Greestreet cuando
este va a su dormitorio,
…o la salida de Horace Velding al final del acto filantrópico que
había organizado. Si Ulmer nos regala una lucha de tiburones en un barco –y no
delante de los espejos de The lady from Shanghai
–se satisface con un pequeño acuario detrás de Raymond Burr, un guiño probable
al gran Orson. Una notable dirección de actores: el inflexible Horace sabe
atraer a las mujeres y romper cuando
llega el momento oportuno. Astuto y cada vez más experimentado, hace malas
pasadas a sus socios después de conseguir toda la confianza para su único
provecho.
El eje de la película se
encuentra en la caracterización del personaje: un aire sombrío y frio, unas
largas charlas de noche con las mujeres acaban con desgarramientos y llantos,
su cinismo y su rigidez frente a la desesperación de unos accionistas al borde
de la catástrofe y la muerte, arrastra él mismo a la muerte a su principal
rival. Ulmer consigue hacer de Zachary Scott un actor de primera, lo que se les escapó a
Michael Curtiz y Nicholas Ray.
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