Calle River 99 -1953
Director: Phil Karlson -99
River Street
Guión: Robert
Smith-George Zuckerman-Karlson y John
Payne
Música: Emil Newman y Arthur Lange cine negro: The
woman in the window (La mujer del
cuadro-Fritz Lang-1944), Woman on the run (Norman
Foster-1950), Cry danger (Grito de terror-Robert
Parrish-1951)
Fotografía: Franz Planer Cine negro: The
Chase (Arthur Ripley-1946), Champion (El ídolo de Barro-Mark Robson-1949),Criss Cross (El abrazo de la muerte- Robert
Siodmak-1949), 711 Ocean Drive (Joseph M.Newman-1950), The scarf (E.A.Dupont-1951),
99
River Street (Phil Karlson-1953), The long wait (Tras sus propias huellas-Victor Saville-1954), Montaje: Buddy Small
Productor: Edward Small
Actores:
Evelyn Keyes es Linda James -Cine negro: Johnny
O’Clock (Robert Rossen-1947), The killer that stalked New York
(Earl McEvoy-1950), The prowler (El merodeador-Joseph
Losey-1951), Rough Shoot (Robert Parrish-1953), 99 River Street (Phil
Karlson-1953)
Brad Dexter es Victor Rawlins –Cine negro: The asphalt jungle (John Huston-1950), Fourteen
Hours (Henry Hathaway-1951), The Las Vegas Story (Robert
Stevenson-1952), Macao (Joseph von Sternberg-1952), 99 River Street (Phil
Karlson-1953), Violent Saturday (Sábado
trágico-Richard Fleisher-1955), The bottom of the bottle (Barreras de orgullo-Henry Hathaway-1956)
Jack
Lambert es Mickey –Cine negro:
Dum Dum Clarke en The killers (Forafidos-Robert
Siodmak-1946),The unsuspected (Michael Curtiz-1947), Force of Evil (La fuerza del destino-Abraham
Polonsky-1948), Border Incident (Anthony Mann-1949), The enforcer (Sin consciencia-Raoul Walsh-1951), 99 River Street (Phil
Karlson-1953), Kiss me deadly (El beso
mortal-Robert Aldrich-1955), Chicago confidential (Crimen SA-Sidney Salkow-1957)
Después de Scandal
Sheet, Kansas City Confidential, Tight Spot, pero también apartándome
del género negro, Ladies of the chorus
(1948) con Marilyn Monroe en su primer papel protagonista, cantando el famoso
“Da,da,dady”, The big cat (1949) con
Preston Foster, rodado en el parque nacional de Bryce Canyon, estoy disfrutando
cada vez más de las películas de Phil
Karlson, un director que me era
desconocido, a la sombra de los grandes, comercializados por los estudios y sus
políticas de los actores estrellas. Con 99 River Street, John Payne, fiel a Karlson –tienen tres
películas negras juntos –, conduce la
trama en compañía de Evelyn Keyes.
Descubrimos a Keyes en The prowler (El merodeador-Joseph Losey) donde revelaba sus dones para utilizar
de maravilla un físico tan alejado del glamur en boga. Con
este casting, se puede hablar de serie B pero ni la trama, ni la dirección se
merecen tal déficit de notoriedad. A medio camino entre Where the sidewalk ends
(Preminger-1950) por la búsqueda de la verdad, de The set-up (Robert
Wise-1949) por la trayectoria del protagonista, a las cuales podemos añadir Taxi Driver de Scorcese , 99
River Street es lo negro dentro del disfrute del buen cine negro con
sus distintos mundos, el hampa y el robo, el boxeo, los bares… y también el
teatro – la violencia de los hombres y el contraste, aquí, lo marcan dos
mujeres que impactan con una imagen narrativa que, como tantas veces en el
género a pesar de los clichés, pone en evidencia al “hombre fatal”.
Una vez más,
Karlson golpea al público con su estilo visual que nos proyecta la violencia en
primerísimo plano, mantiene la atención con un ritmo nervioso y tenso, crea una
atmosfera realista de una exactitud de documental que da escalofríos.
Probablemente la película más violenta, brutal, en estos primeros años de la
década 50 del pasado siglo, 99 River Street abre la puerta de la
modernidad al género, preparando el público a Shock Corridor, Pick-up on South
Street, Kiss me deadly y otros Fuller o Aldrich. Esta pequeña joya olvidada desde su nacimiento en
Broadway, pasa del teatro de RKO a salas de barrios donde acabó muriéndose.
Ernie Driscoll abandona el boxeo después de
perder el título de campeón. Ahora tiene un taxi en Nueva York. Aunque la
profesión es honorable, no es fácil para alguien que se encontraba en la cima
de su carrera y que se resiente de la
injusticia de la derrota. Desde esta
primera secuencia en la que Ernie, la cara salpicada de sangre, esta profunda herida
en el ojo, da su último combate frente a Vic, los golpes no van a parar; con fuerza, con los puños o con la traición de
Pauline, el desamor, el engaño de Rawlins. Habrá también algún disparo… y Ernie, herido, tendrá que seguir hasta su
verdadero último combate con Vic, después de una lucha sin perdón… y con
repetición, con el infame Mickey. En su
larga carrera, John Payne ha sido el guapo romántico de una serie de musicales,
ha cantado para la 20th Century Fox, boxeado, ido a la guerra con Maureen
O’Hara, que vuelve a encontrar como juez en Miracle
on 34th Street, un buen marido para Gene Tierney abandonada por el místico
Tyrone Power en The razor’s edge…
Pero John Payne es ante todo el buen actor de cine negro y Phil Karlson tuvo una
buena intuición… Pero volvemos a nuestra historia.
Ernie se encuentra
ahora como chofer de un taxi en Nueva York. ¡No, no es Travis de Niro! Ernie
piensa más bien olvidarse de su tiempo de combates, ahorrar y comprar… una
gasolinera. Pauline, su mujer, no lo entiende así: desilusionada por la nueva
vida que le ofrece Ernie, encuentra en Vic Rawlins la posibilidad de realizar
sus deseos de lujo. Pero nada es tan simple para Pauline: Ernie les sorprende
besándose en una floristería: esta claro que a John Payne y a Karlson les gusta
eso de las flores después de lo que pasó en Kansas City Confidential…
Vic acaba de cometer un robo jugoso: un buen lote de diamantes que espera
transformar pronto en papel, “de los grandes”.
Para Pauline eso
tampoco le simplifica la vida: durante el robo hubo un muerto; además este Vic
es un misógino y Pauline no para de recibir tortas; acabará en el maletero del
pobre Ernie. Para éste, la traición se vuelve un leitmotiv: primero su
carrera, y ahora Pauline, pronto su propia fuerza. No tiene otra solución que
acorralar a Vic antes que lo haga la policía. Menos mal que aparece la Linda
Evelyne Keyes: sus problemas de papel en una obra de teatro son unas nuevas
puertas que se abren para Ernie. Linda, un corazón de oro, lo puede arriesgar
todo para ayudarlo. Su escena con el
cigarro para ligar al enemigo Vic es de lo más sexy. Ni ella, ni Pauline
pertenecen a la raza maldita inventada por los críticos de la época de la Black
Serie, la de la femme fatale. Pauline no es lo que pensamos cuando leemos las
líneas anteriores: es más bien una víctima pasiva de las actividades de su
amante; hace lo que puede para no implicar a Ernie y su destino lo marcará
trágicamente el siniestro Vic. Al final,
un golpe maestro por parte de Phil Karlson y del fotógrafo Franz Planer.
Foto publicitaria detrás del cristal del
escaparate pegado a la taquilla…
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