Lang y Jack Palance, el productor en "Le Mépris" de J.L.Godard |
Lang y los productores
El cine es el gran amor de mi vida. Sin embargo, el cine ha sido traicionado por los que sólo piensan en el dinero que puede procurar. Se ha vuelto hoy mucho más importante hacer dinero con una película que hacer buenas películas que dan dinero. Una buena película siempre da dinero, pero desde que el mundo del negocio ha tomado el poder, los negocios se portan mal. El productor podría ser el mejor amigo del realizador, pero ¿cuántos verdaderos productores he encontrado a lo largo de mi vida? Cuatro o cinco, nada más… El productor o el financiero van a la taquilla para ver si han obtenido o no un beneficio… Estoy muy feliz si una de mis películas da mucho dinero, pero eso para mí tiene otro significado. Eso quiere decir que he conseguido llegar a mucha más gente con mis ideas, que mi intención de llegar al gran público se ha realizado realmente. Esa es la gran diferencia. (Fritz Lang en América-Entrevista con Peter Bogfanovitch. Cahiers du Cinéma, 1990).
Edward G.Robinson: Las obras de Fritz Lang han conseguido una fama internacional y no se puede dudar de su talento. Mientras trabajábamos, él da la prueba de una gran inteligencia de la acción dramática, de una energía y un entusiasmo excepcionales; también manifiesta el deseo de mantenerse informado de todos los elementos que intervienen en la producción de la película. Puede ser que me ha parecido tener una relación difícil. Le gusta la perfección: exigente hasta con el más pequeño detalle, desprecia la mediocridad y, a veces, se vuelve tiránico con los que encuentra que no son de su nivel. Sin embargo, tengo mucho respeto por sus capacidades y sus conocimientos, y nuestra colaboración ha sido para mí un gran placer. Considero que es uno de los más grandes directores de nuestra época. (Fritz Lang-Tres Luces-textos reunidos por Alfred Eibel-Ramsey Poche Cinéma).
Rhonda Fleming: Desde el principio, tuve confianza en mis relaciones con Fritz Lang porque tenía delante de mí a un hombre que sabía lo que quería, que sabía expresarse en consecuencia. Él sabe contar una historia, sacar lo mejor de una escena e intuir lo que el público quiere. Es un hombre fuerte, a veces duro –para conseguir el resultado esperado, no se muestra muy tierno –pero, con él, el trabajo está hecho y bien hecho. (Fritz Lan. Tres Luces-textos reunidos por Alfred Eibel-Ramsey Poche Cinéma).
Fritz Lang y Marilyn
Hablando de Clash by night: Fue maravilloso trabajar con estos tres actores: Barbara Stanwick, Robert Ryan, Paul Douglas. Pero, con Marilyn Monroe, fue otro cantar; prácticamente, se trataba de su primer gran film. Tenía como una timidez mezclada con una inseguridad… no puedo decir que ya tenía la presencia de la gran estrella, pero sabía perfectamente qué impacto provocaba sobre los hombres. Eso era todo… no entiendo por qué no conseguía aprender su texto pero comprendo muy bien que todos los directores que han trabajado con ella han acabado enfadándose porque era totalmente responsable del retraso en la realización de la película. (Fritz Lang en América-Entrevista con Peter bogfanovitch. Cahiers du Cinéma, 1990).
Barbara Stanwick, Paul Douglas y Robert Ryan en Clash by night |
Lang y la censura
Artículo de Lang en 1946No creo en la censura. La libertad de palabra y de expresión es la marca de la democracia americana… Por negar la libertad de palabra, la censura es inconstitucional; pero, además, ¿resuelve algún problema tal práctica? Pienso que, en un régimen democrático, la censura de las ideas expresadas en los libros o las obras de teatro, indica una incapacidad para enfrentar los verdaderos problemas de la nación. Se trata de una máscara, un parche para tapar las heridas sociales. Basta con limpiar bien éstas para que la censura sea inútil.
Se puede probar la veracidad de nuestra proposición tomando el crimen por referencia. El crimen está prohibido (censurado), pero ¿desaparece de nuestra vida por eso? Con la censura, intentamos ignorar las consecuencias de un fracaso: no conseguimos arrancar las verdaderas raíces del crimen: la pobreza, la enfermedad, la imposibilidad de una promoción profesional igual para todos, una educación insuficiente, particularmente por lo que concierne a la educación sexual. Cuando, en realidad, la verdad siempre es constructiva y un país puede prosperar cuando está bien informado… Miramos los hechos. En los Estados Unidos, hay 56 millones de ciudadanos tienen la costumbre de ir al cine. Lo que ven –o no ven –estos millones de espectadores depende de los prejuicios de ocho consejos de censura, los de los estados de Florida, Maryland, Kansas, Massachusetts, Nueva York, Ohio, Pensilvania, Virginia. Hay además 64 censores destinados a unas cuantas ciudades determinadas. A veces, son los jefes de la policía quienes censuran (Tampa, Illinois…); en algunas ciudades (Boston, Oklahoma City…) los alcaldes presiden el consejo de censura.Cada uno de estos censores, elegidos o no, puede decidir lo que es conveniente, no sólo para su ciudad sino para la nación entera. Por ejemplo, los estados del Sur han impuesto una representación parcial del negro americano en todo el país. Es increíble ver que se pueda dar tanto poder a unos grupos o unos individuos que imponen su elección a 56 millones de espectadores.
Rhonda Fleming en While the city sleeps |
Con un público tan importante, hoy en día el cine es incontestablemente el medio de expresión más importante en el mundo. La confianza que se tiene hacia los productores es una responsabilidad muy grave. Y como en los tiempos de guerra, la seguridad de todos exige la disciplina libremente decidida de cada uno, la industria cinematográfica ha establecido para su propia seguridad un sistema de autodisciplina: el código de producción regido por la Motion Picture Association. Puede ser que esta disciplina sea necesaria frente a las necesidades complejas de nuestra sociedad, pero tendría que ser flexible y abierta y adaptarse a los cambios de los gustos y de las ideas del público…
No voy a condenar la censura con el pretexto de poder tener la libertad de rodar películas con fuertes o sórdidas sensaciones. Pero si un lenguaje o unas imágenes más fuertes parecen necesarias para dar más relieve y veracidad a un personaje masculino o femenino, quiero ser libre para enseñar lo que es necesario enseñar, sin tener que seguir las reglas que sirven para tranquilizar a los censores políticos. En definitiva, me parece que la censura pretende proteger al pueblo americano, uniendo los ciudadanos de un gran país bajo el control exclusivo de una minoría. Control que no impide, de todas maneras, que se ejercita la única censura que vale: la del público que se manifiesta en la taquilla. . (Fritz Lang-Tres Luces-textos reunidos por Alfred Eibel-Ramsey Poche Cinéma).
Jeanette Nolan y Glenn Ford en The Big Heat |
Lang y el macartismo
Entre 1950 y 1954 se extiende el ambiente profundamente anticomunista, casi fascista, bajo la influencia del senador McCarthy. Fritz Lang ha manifestado en la década anterior una opinión claramente de izquierda sin llegar a afiliarse al comunismo pero apoyando a Henry Wallace en su competición contra Truman en las primarias demócratas: Wallace era respaldado por el partido comunista y había creado una plataforma que abogaba por mantener las relaciones de amistad con la Unión Soviética. Confía Lang a Peter Bogdanovitch: En todo caso, mi nombre aparecía en la lista negra. Mi abogado fue a Nueva York para hablarlo, me parece, con el presidente de American Legion. Eran unos procedimientos insidiosos. Le han dicho: “Usted sabe… nosotros nos limitamos a avisar a los productores que les conviene informarse”. Como no tenían el derecho a lanzar una investigación, pensarían: “Mejor no darle trabajo, eso podría darnos algunos problemas”. Sin embargo, nadie ha dicho: “Está en una lista”. Simplemente, no tenía ninguna proposición para un trabajo. El representante de Howard Hugues decía: “no podemos trabajar más con él; este guión no es bastante bueno para él; nos gustaría tener a Lang, pero de momento no tenemos nada que este a la altura de su gran talento…”. Al final, después de un año y medio, Harry Cohn me confió una película. (Fritz Lang en América-Entrevista con Peter bogfanovitch. Cahiers du Cinéma, 1990).
Gloria Grahame en The Big Heat |
Cualquiera que sea la verdad sobre una lista, negra o gris, Lang fue profundamente marcado por esta época y su fe en los valores democráticos de los EEUU se encontró muy tocada hasta el punto que expresó su desanimo y su desencanto hacia su país de adopción. Sin embargo, este cambio de humor en su trayectoria estadounidense le va permitir dar un impulso crítico muy creativo y, con su talento de dirección y su reflexión estimulada por la situación en la que se encuentra, lanza su manifiesto en contra del sistema político, jurídico y mediático con sus últimas películas americanas: The Big Heat, The Blue Gardenia, While the city sleeps, Beyond a reasonable doubt.
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