Private Hell 36 -1954
Director: Don Siegel
Guión: Collier Yount, Ida Lupino
Música: Leith Stevens
Fotografía: Burnett Guffey
Montaje: Stanford Tischler
Producción: Robert Eggenweller, Collier Young e Ida Lupino (Filmakers)
Actores (ver Filmografías
en el Blog):
Todo empieza cuando Cal, de vuelta a casa de
noche, sospecha de un robo en una tienda: empiezan los títulos de crédito con
una buena orquestación jazz de Leith Stevens que acaba de puntuar la
aparición de un cadáver en la pantalla. The FILMAKERS present: la pelea es
espectacular. Cal sabe lo que quiere, irá hasta el final para Lilli…
hasta que caiga en la trampa del inspector Michaels. Tres años después de Joe
Peters (Charles McGraw en Roadblock
–La emboscada – Harold Daniels-1951),
Cal Bruner (Steve Cochran, con el
mismo carisma) retoma el papel del hombre-femme
fatal cegado por el deseo de posesión material agudizado por la atracción
sexual de una mujer. Puede ser que Ida Lupino se quedó abducida por su
actuación al lado de Joan Crawford en The damned don’t cry de Vincent
Sherman que acabamos de tratar en este blog.
La película tiene dos partes:
-Las dos parejas:
…afectividad,
sensualidad, por momentos ardiente entre Lilli y Cal,
Dorothy Malone (Francy ) con Howard Duff |
…relación clásica de matrimonio entre Francy y Jack.
Añadimos
la pareja Jack-Cal, inseparables amigos metidos hasta el cuello en sus
actividades de “policías al servicio de
los ciudadanos”. Los diálogos y las interpretaciones se traducen en un
realismo a flor de piel que potencia la actuación de Ida Lupino: ¡claro, ella
ha escrito la partitura! Cal es particularmente afectuoso, impulsivo: se
enamora locamente, enseguida. Lili está harta de esperar algo de amor y
seguridad por parte de los hombres. Se muestra prudente pero acepta la relación
sexual. El contraste con la pareja Francy-Jack deja a ésta en la banalidad de la
cotidianidad mediocre de los funcionarios de policía con la mujer esperando en
casa con angustia, el bebé llorando y los finales de mes difíciles.
-¿El
infierno?:
Lo vive Jack, reflexivo pero cobarde. Está
invadido muy pronto por el miedo, el rechazo a las mentiras y el doble juego, los problemas de consciencia que el discurso
provocador de Cal ha despertado en él. Bebe cada vez más. Cal se ha lanzado, su reflexión ha sido
mínima: sólo planear el golpe y ahora ir a por todas. El infierno para Cal son
los demás: Jack y sobre todo Lili, porque piensa que lo puede todo, que tiene
razón; la posibilidad de un futuro en el lujo lo vuelve ciego. Lili lo pone a
prueba en una secuencia de una violencia desbordante de afecto y deseo. Se
añade por supuesto la investigación y la búsqueda de un criminal que Lilli
puede reconocer. A pesar de cantar de noche en un club, Lilli acepta ayudar a
la policía de día. Está agotada, pero Cal la mima bien.
Entre
estas dos partes: el evento.
Jack y Cal van a trabajar para el Tesoro como
los famosos T-men que filmó Anthony Mann: estos funcionarios del Estado que
persiguen a los falsificadores de moneda. La policía sigue la pista que arrancó
en Nueva York y conduce ahora a Los Ángeles donde Jack y Cal trabajan. Después
de una persecución del presunto criminal y falsificador de billetes, identificado por Lilli, se presenta el evento.
El acontecimiento que despierta un deseo
escondido en la sombra para estos dos empleados de la seguridad del Estado que
“no saben hacer otra cosa… que han sido
formado para eso…”, y que, como todos los policías del cine negro se quejan
de sus miserables sueldos: un futuro mejor, vivir lo que otros que persiguen y,
a veces, arrestan, han podido tener un tiempo, tener en la mano todo este
dinero que, a veces, confiscan y mandan al Tesoro del Estado. La persecución
acaba en un barranco: el presunto criminal muerto, una maleta abierta y los
billetes volando… El dinero extraído de la maleta del criminal lo guarda Cal (que lo ha previsto todo) en la
caravana 36. Empieza el infierno para Jack ¿Qué harán Cal y Jack?
Ida Lupino produce y escribe el guión con
Collier Young, su ex-marido. Se ha casado hace poco con Howard Duff que tiene
el papel de Jack; tienen una hija, Bridget Duff, que, en la película es el bebé de Frency y
Jack. ¡Trabajo en familia! El papel de
Ida Lupino destaca con su interpretación de Lili, aunque el reparto es bastante
coral entre las dos parejas: Lili y Cal, Frency y Jack. Una buena apuesta es la
elección de Don Siegel que maneja tan bien los ambientes que rodean a los inspectores de policía y a los corruptos. El
inspector Harry ya no está muy lejos.
El guión de Ida está hecho a medida como en
esta secuencia en la que le gusta situarse con respecto a la ciudadanía:
Cuando el inspector Michaels le propone
ayudar, como testigo, a identificar al criminal falsificador que opera en el
hipódromo de Hollywood:
Ida /Lilli: “De día, no sirvo. Me duelen los ojos. Trabajo de noche, ¿sabe?”
Y añade con el gesto de irse: “Creo que me vuelvo a la cama”… “y ahórrese el sermón de la buena ciudadana”.
Acabará aceptando, después de cantar de noche en el club de Hausner, pasar el día en el hipódromo hasta
identificar al criminal, mientras su aventura con Cal se vuelve más tórrida.
Cuando Lilli comprende que Cal ha hecho algo
sospechoso y acepta huir con él: “¿Desde
cuando un poli reparte dinero?... ¿Cuándo murió tu tío rico?... Debiste hacerle
un gran favor… Hay polis listos que hacen favores alguna vez… No les culpo… Se
arriesgan mucho por los contribuyentes... Siempre he querido ir a México, me
chifla la cocina picante”.
Y ¿quién mejor que Ida para narrar y representar
este mundo de hombres? Particularmente a la pareja de policías que forman Cal y
Jack. A verles, olemos la crema de afeitar y las lociones. Son de los que se
tumban en la cama vestidos con corbata y zapatos, de los a quienes les gusta
que los niños hispanos les saludan como
héroes. Sus amistades viriles les permiten superar los malos chistes de colegas
envidiosos cuando les tratan de “novios” (Your
Boy dicen a Cal, hablando de Jack)… Al final, un buen cine negro, una
pareja Lupino-Cochran entrañable, la excelente fotografía de Burnett Guffey y el descubrimiento de Don Siegel: después de trabajar
como director de montaje y asistente a la realización, rueda su primera
película y su entrada en el cine negro con The verdict (1946) con la pareja
Peter Lorre-Sydney Greenstreet. Su carrera está particularmente marcada por el
remake de la película de Siodmak, The
killers (Código del hampa-1964)
en la que Ronald Reagan tiene su último papel de su carrera cinematográfica, y
sobre todo por su encuentro con Clint Eastwood y el inspector Harry.
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