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En una reciente reunión de economistas y políticos en Roma dedicada al análisis de la presente situación del sistema financiero en Europa, los participantes reconocieron la incapacidad de Alemania para comprender el estado desastroso de esta situación. Eso impide la resolución de los problemas y, además, puede favorecer la repetición de lo que Alemania quería evitar: las crisis de los años 30 del siglo XX. Los profesores de Economía Nouariel Roubini (Nueva York) y de Historia de la Economía Niall Ferguson (Harvard), invitados en esta reunión, hacen un análisis de la situación y establecen un paralelo histórico que me parece interesante recordar aquí.
¿Cuál es la situación?
Irlanda, Portugal, Italia, Grecia y España viven una fuga de liquidez desde hace dos años, lo que ha puesto en marcha una financiación de estos Estados por el Banco Central Europeo, escriben estos dos profesores en un articulo en Le Monde del 11 de Junio. En Abril, los griegos han sacado más de 700 millones de euros de sus bancos pero estos dos economistas ven más inquietante el hecho de que el mismo movimiento pasó en España en la misma fecha y recuerdan lo de Bankia: «El lamentable rescate de Bankia por el gobierno ha agravado la ansiedad del público». Subrayan la repercusión de los riesgos que presenta la situación de Grecia sobre los bancos españoles y, por consecuencia, el peligro de un pánico bancario en los países que reciben la ayuda del Banco Central Europeo, pánico suficientemente fuerte como para asfixiarlo. Se ha iniciado ya una renacionalización parcial del sistema financiero europeo (ver en este Blog la página Incompetencia).
Los dos profesores desarrollan una serie de proposiciones sobre el sistema financiero. La recapitalización de los bancos a través de sus Estados respectivos en el mercado nacional o en el fondo europeo de estabilidad financiera ha tenido unos efectos desastrosos en Irlanda y en Grecia: aumenta la deuda pública y pone dichos bancos en un estado más frágil. En España, la ayuda europea reciente aumenta el peso de la deuda que soporta el país, lo que no ha escapado ni a la agencia de notación Moody's que rebaja todavía más su nota sobre la deuda a largo plazo ni a los mercados, que aumentan su prima de riesgo.
Es imprescindible llegar a una alimentación directa de los bancos para limitar la deuda pública, lo que permite menos recortes, tan nocivos y más crecimiento, tan necesario. Sería equivalente a una nacionalización a escala europea en la cual los contribuyentes europeos sean accionistas el tiempo necesario para sanear el sistema financiero hasta que los bancos puedan volverse beneficiarios como para una re-privatización. Eso significa una mejor integración en una unión política y presupuestaria, acabar con la carencia de democracia y constituir unas instituciones más responsables de cara a la ciudadanía.
¿Qué nos enseña la Historia?
«Es asombroso que sea Alemania la que parece no haber sacado la enseñanza de la Historia. Obnubilados por el objetivo de un control de la inflación, los alemanes dan la sensación de enfocarse más en el año 1923 de hiperinflación que en el año 1933, cuando murió la democracia. Les convendría recordar que la crisis bancaria que estalló en 1931 contribuyó directamente a la asfixia de la democracia no sólo en su país sino en todo el continente europeo… Es asombroso constatar que muy pocos europeos –incluidos los banqueros– recuerden lo que pasó en 1931»:
¿Qué pasó en 1931? Después del crac bursátil en los EEUU y la "Gran depresión", hubo una segunda depresión como resultado del colapso de unos bancos europeos.: la caída del más grande banco austriaco arrastró a los dos más grandes bancos alemanes. A esta crisis bancaria, sucedió la crisis de las deudas soberanas en 1932 que dejó Alemania en situación de no pago. El paro llegó en Julio de 1932 a 49% de la población alemana activa… y la democracia muere en 1933.
Europa debe sacar la enseñanza del pasado: «Es tiempo de que los responsables europeos– y particularmente los dirigentes alemanes –comprendan que están cerca de provocar la vuelta a los años 30 del siglo XX».