Frente a la
importancia de la evolución de la red Internet, saber si conduce o no a una tercera revolución
industrial no es un debate de fácil resolución: algunos se inquietan por la
caída de la innovación, otros hablan de la aceleración de la creatividad
contemporánea. Unos profetizan el final del crecimiento, otros apuestan por un
nuevo crecimiento gracias a la
informática. Por otra parte, la
contestación del capitalismo no conduce de momento a una estrategia coherente,
a un nuevo pensamiento con respecto al capital. La necesidad de “autovaloración” del capital sigue
vigente: de forma muy extendida en la mente humana, se sigue viendo como un valor que se valora, y las consecuencias son cada vez más tiránicas
en el mundo laboral.
Los gigantes de la economía
Internet (Google, Amazon…), los operadores de telefonía y, de forma general, las empresas privadas de servicios públicos
están conquistando descaradamente el sector de los servicios (salud y
asistencia, educación, comunicación, artes, ocio, cultura…). Mientras la
tecnología se vuelve cada día más “inteligente”,
los empleados de los servicios se encuentran en la situación de Charlie Chaplin
en Los Tiempos Modernos, sin
contrapartida con respecto a la época del “fordismo”:
el poder de los directivos de empresa se encuentra reforzado; y a la presión
para aumentar la flexibilidad de los empleados, bajar los sueldos, se añade una
vigilancia proporcionada por la informática que aumenta la condición humillante
del trabajo. Los asalariados se encuentran descalificados, desarmados frente al
modelo de producción de estas “fabricas de servicios” elaborados por los expertos en organización científica.
Lo que no se puede
negar es la ampliación del intercambio (mercado) a unas actividades humanas siempre crecientes.
Ofrecer un servicio profesional para
rentabilizar su tiempo libre, proponer a bajo coste un producto inutilizado
hasta ahora y que, en el pasado, podía haber acabado en un contenedor: todas
las economías del intercambio y de la repartición constituyen una permanente
renovación de la dinámica de la vida social. La incapacidad de las fuerzas de
progreso para imaginar quéforma pude tener la sociedad fuera del capitalismo
puede estar compensada por la idea de consolidar otras formas de mediaciones
sociales y otras instituciones que las instituciones de mercado actuales, unas formas que esten al alcance de la
sociedad humana.
Por ejemplo, el planteamiento que hace jeremy Rafkin se apoya sobre la fuerza de la información que
ofrece la tecnología y las redes sociales para una nueva economía social. Jeremy Rifkin: “La
sociedad en coste marginal cero” (Paidós-2014)
A continuación damos
un resumen de una entrevista con el economista estadounidense en Le Monde del 25/09/2014
La revolución numérica actual puede permitir
un nuevo modo de organización fundado en la economía social… el primer recurso de la economía social no
es la filantropía o las subvenciones públicas sino los beneficios de los
organismos en función de los servicios que proporcionan.
Si no desaparece el capitalismo dentro de medio siglo, por lo menos se va a transformar.
Asistimos a la tercera revolución industrial que marcará el surgimiento de un nuevo
modelo económico, fundado sobre el compartir y las comunidades colaboradoras.
Porque las nuevas tecnologías permiten reducir de manera drástica el
coste marginal de producción, o sea el coste de producción de una unidad
suplementaria.
La información –el Big Data –va
a ser uno de los retos futuros. Eso supone la construcción de plataformas, la
gestión de los flujos de datos. Se
trata de una economía en red que toma en
cuenta la caída de los costes de las energías renovables, un medio para
responder al cambio climático, salir de la economía del carbono.
Rifkin da algunos ejemplos: con
la red, podemos acceder a una infinita variedad de músicas y de video, lo que
ha provocado la caída de la industria musical tal como funcionaba hasta los
años 1990. La prensa, la edición, la educación viven las mismas mutaciones…
cita también los transportes con
el surgimiento de los coches compartidos (Uber y Autolib).
…Con las impresoras en 3D va a
ser posible producir en casa, o a la escala de pequeñas comunidades, unos
objetos que antes había que comprar. Unas unidades de producción local
reemplazarán las grandes fábricas
centralizadas… Si la producción se hace al nivel del hábitat
(energía solar) y los consumidores la intercambian por Internet
(transformándose en productores-consumidores), el papel
de las compañías eléctricas pasa de ser la alimentación en electricidad para
transformarse en gestión de las informaciones y los flujos de datos que
permiten estos intercambios. Cita el ejemplo de IBM que dejó de fabricar
ordenadores frente a la competencia asiática para transformarse en gestor de las informaciones de empresas.
La batalla [con los gigantes de la Web como Google} va a ser dura pero creo que los monopolios
no podrán mantenerse.. Sus servicios son
un bien público –como para todos los bienes públicos, los Estados acabaran
regulándolos y, por otro lado, cuando los ciudadanos vean que la gestión de los
datos amenaza la vida privada y que sus peticiones recogen millones de firmas,
los gigantes de la Web no tendrán más remedio que sentarse a la mesa de
negociación.
En los quince próximos años, el
empleo se va a orientar hacia…el sector tercero que es una combinación de
mercado y de lo social que existe en todos los países: en los Estados Unidos,
Dinamarca, Francia… corresponde a 10 a 15% del empleo total y se encuentra en
pleno crecimiento (la salud,
la asistencia a los mayores y a las personas dependientes…).
Keynes tenía razón: los modelos
económicos tradicionales no reflejan la verdadera naturaleza humana que vive el
compartir, las relaciones, la vida en común…
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