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Negativa a la reducción del consumo energético: ¿una incompetencia más del gobierno español?
El parlamento europeo ha establecido un proyecto de directiva sobre la eficacia energética y la reducción del consumo energético. El texto será presentado en la reunión de los ministros europeos de industria y energía el 15 de Junio. En un artículo en el diario francés Le Monde del 6 de Junio, el diputado de Luxemburgo responsable del proyecto, señala como meta la imposición del objetivo de reducción del 20% del consumo de energía en Europa en 2020. Su interés estriba en:
-Acción sobre el clima
La limitación del calentamiento depende de las economías energéticas en más del 50%. El esfuerzo más importante corresponde a unos edificios mejor aislados, unos coches más económicos y menos numerosos, unos procesos industriales más eficaces
-Acción sobre la economía
Europa importa 450 mil millones de euros cada año en petróleo y gas. España es el país que depende más del petróleo en Europa, precisa el diputado luxemburgués. El derroche de consumo de energía ha dado lugar a una transferencia de riqueza de los consumidores europeos a Rusia, Catar, Noruega, Argelia… la mayor transferencia en la humanidad, Tal déficit económico en el balance comercial afecta a fin de cuentas al colectivo de los ciudadanos europeos y particularmente de España.
El diputado que presenta el proyecto señala que los responsables políticos tienden a anteponer los intereses de las industrias energéticas por encima del interés colectivo. La política está sometida a unas enormes presiones por parte de los vendedores de electricidad y de gas. El modelo económico de estos últimos tiene que cambiar para adaptarse a un mercado de energía contenido y buscar su propia rentabilidad en los servicios y consejos para una inversión adecuada. La transición energética necesaria tiene que liberarse de la presión de los vendedores. Por otra parte –eso es un ejemplo de la necesidad de un cambio de estrategia y de modelo económico para las compañías eléctricas– conviene tomar en cuenta el impacto de una subida de temperatura de los ríos en el verano: la refrigeración de las centrales eléctricas puede ser insuficiente como ha pasado en 2003, 2006 y 2009. Eso conduce a sobrepasar los límites de temperatura del agua de los ríos a la salida de la central. ¿Aceptarán bajar la producción o nos llevarán a una catástrofe ecológica para ciertos ríos? ¿Propondrán construir más centrales nucleares o mixtas dejando a la colectividad la factura de los riesgos como pasó en Japón?
En lo que concierne a la posición de los Estados Europeos sobre este tipo de transición energética, Francia está a la espera de un nuevo parlamento, Polonia e Italia son favorables, Alemania se encuentra en un conflicto entre los ministros de energía y de medio ambiente, posición absurda después de su decisión de salir del nuclear. España tiene una posición de rechazo frente al proyecto, posición absurda también cuando está demostrado que este proyecto es
-una fuente de creación de empleos con la renovación de los edificios,
-una exigencia más que necesaria de responsabilidad y de seriedad por parte de las compañías eléctricas,
-una oportunidad para un gran debate ciudadano sobre el cambio de cultura con respecto al consumo
¿Cómo España puede rechazar todas estas proposiciones que suenan tan evidentes en época de crisis?