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6.2.16

Dossier FRONTERAS

En el Blog Indiciduo y Sociedad

Introducción: Fronteras


Dossier MIGRACIONES

Introducción: Migraciones


Hacemos un resumen de una serie de artículos de 
Catherine Withol de Wenden, 
especialista internacional en migraciones 
que dan una amplia información sobre la situación actual. 

(Artículo en Le Monde)
seguido de una corta reflexión sobre
Las limitaciones en la política de las derechas europeas


Ver también en el Blog Individuo y Soceidad:
Cobertura Sanitaria Universal
Autores / Etienne Balibar Las fronteras de la democracia, ¿Qué es una frontera?...

6.6.14

Migraciones: una ética



<<Se marcha al “extranjero: extraña y arcaica  afirmación, en la aldea planetaria…>>

La política ha sido desde siglos conducida por unos sistemas de poderes políticos y económico-financieros: son estos los que crean las fronteras. En cada país el gobierno de turno decide quien tiene el derecho de pasar una frontera y quién no.
Con esta utilización de los instrumentos de la política desde la trascendencia del mercantilismo, el territorio planetario está fragmentado y los movimientos de poblaciones se ven obstaculizados: la sociedad humana está dañada.
La cultura técnica está promovida hoy en día por un sistema de poder globalizador de valores imperantes. Es una cultura que separa el humano de la naturaleza y de su propia naturaleza con el pretexto de crear una supuesta “sociedad del conocimiento”.
En los hechos, la  ley del mercado favorece la competitividad y aumenta las desigualdades entre los territorios fragmentados y al interior de estos territorios. Acompaña el discurso del miedo que  fomenta estas identidades que marcan la diferencia entre grupos (nosotros y los otros),  intenta justificar las fronteras; politiza la sociedad humana sobre la base falsa de las ideologías..
Vivimos una hipocresía: existe una discrepancia entre los valores que defendemos y la realidad que vivimos. Con esta utilización de los instrumentos de la política desde la trascendencia del mercantilismo, la sociedad humana puede, con razón, sentirse  engañada.
La educación puede ser un factor de cambio, frenar los efectos de la cultura técnica, crear una conciencia planetaria de lo común. Se trata de fomentar en cada uno el potencial activo y creativo que le haga actuar con los demás con sentimiento de solidaridad.  
La ética acota, delimita, este potencial de nuestras singularidades para conducirlo al nivel colectivo. La política es la utilización de este potencial al nivel colectivo para la gestión de los asuntos comunes y el control de los poderes de gestión que decidimos juntos. La ética debe ser la única trascendencia que inspira las proposiciones  políticas.
La sociedad humana se enfrenta a unos retos – cambio climático, movimientos de poblaciones, repartición de la riqueza, redefinición de la producción… – que  vuelven obsoletos los instrumentos actuales, competitivos y mercantiles de la  política. La importancia de estos retos a escala planetaria conduce a formula el deseo de una nueva política.
El propósito de un sujeto político consciente de la vulnerabilidad y la precariedad, intempestiva o previsible, de las poblaciones debería estar acompañado por una ética que responde a a las necesidades de las poblaciones migrantes,  una ética que trasciende cualquiera consideración ideológica, económica o mercantil,  una ética que (como mínimo) afirme  la doble negación: no dañar, no engañar.
Las proposiciones políticas de la sociedad humana deberían conducir a unas reglas y unas leyes (poder legislativo de la sociedad)  justas inspiradas por esta ética y cancelar las leyes injustas como las de la inhospitalidad vigente actualmente. El control del cumplimiento de estas leyes (poder judicial de la sociedad) debe ser guiado por valores éticos.

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31.1.14

Ética y migraciones




Las condiciones contemporáneas de las migraciones forzadas y del neoliberalismo conducen  a numerosas poblaciones a vivir sin poder mantener el más mínimo sentimiento de un futuro asegurado o de una pertenencia política. Viven la experiencia cotidiana del neoliberalismo con el sentimiento de una vida mutilada. Viven a pesar de la inexistencia de las estructuras de apoyo que puedan sostener y proteger estas vidas. Si no estoy sostenido en una situación de precariedad es porque existen unos sistemas de valores dominantes.


Los sistemas de valores dominantes juzgan mi vida, deciden si tiene que ser precaria, sin necesidad de protección o afirman que las circunstancias han hecho de esta… una vida mutilada. Definen una cota, un umbral de tolerancia a los movimientos de poblaciones, una limitación o una extensión de derechos de un lado y de otro de las fronteras. Lo hacen  en función de los benéficos que los valores calculados aportan al proyecto neoliberal de desarrollo y competitividad.  Juzgan a las civilizaciones, las jerarquizan.  Deciden quien puede beneficiarse de una ayuda social, sanitaria,  económica, de un techo, de un  empleo, de una libertad de expresión política; deciden quien tiene el derecho a  participar en la vida pública. Estos sistemas de valores dominantes surgen de una estructura del poder: la que gestiona a las poblaciones por medio de gobiernos y asociaciones e instaura un conjunto de medidas destinadas a evaluar la vida misma. Sólo cuenta el cuerpo físico; el cuerpo político del humano ha sido secuestrado por esta estructura de poder.


Cuando me propongo “llevar” mi vida, construir una ética de vida, una vida que, por lo menos, no dañe ni a mí mismo ni a los demás,   estoy negociando con estas formas de poder que, en función de los intereses de sus sistemas de valores, se preguntan ¿qué vidas importan?,  ¿qué vidas no están reconocidas como tales o cuentan únicamente de forma ambigua como vidas? a pesar de tener el derecho a participar en la vida pública y no tener una vida mutilada directamente por la globalización neoliberal que rige la política mundial actualmente, ¿cómo,  en estas condiciones,  “llevar” una vida ética?


Tengo que pensar que mi vida puede ser considerada como prescindible, puede ser abandonada: la vulnerabilidad de la vida y la precariedad son comunes al conjunto de la sociedad humana.  Si planteo una posible ética en mi vida, o sea construir en mí algo que, por lo menos,  no dañe,  entonces tengo que sentir en mí una aspiración más importante: esta vida mía que quiero “llevar” debo afirmarla como vida, vida social conectada con otras vidas,  comprometida en una relación crítica con estos sistemas de valores dominantes. ¿De dónde le vienen su autoridad a estos poderes? ¿Es esta autoridad legítima? ¿Dónde está la injusticia? Esta vida es mía pero soy un ser social y no la puedo “llevar” solo. Entonces,  una conducta ética de vida es necesariamente política y pasa por una viva practica de la crítica. Cuando digo “viva práctica” apelo a  mi cuerpo físico para que se  transforme en cuerpo político.  La primera de estas críticas es que mi ética no permite que la acción política sea confiscada por  una estructura de poder que define unos sistemas de valores dominantes. ¿Cómo se traduce en acción este “no permitir”? Es aquí donde aparece la necesidad de una convergencia colectiva.

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14.3.11

El ateniense y el tunecino

   
Nunca los humanos dejarán de buscar la luz
(Hisham Matar, escritor libio) 

Soy un joven tunecino o una mujer egipcia o bien un anciano libio, que vive una revuelta en el medio de una multitud en este primer trimestre de 2011.   Ahora, esta multitud derrumba un poder de Estado y recoge los restos de un tejido político y económico cancerígeno… o, por lo menos, piensa que puede conseguirlo. Mi acción, como la de los demás individuos, cada uno con la singularidad que lo caracteriza, es esencialmente emocional. Es el affect lo que nos empuja, aunque algunos pueden estar teledirigidos. .. Sea como sea, yo actúo como cualquiera de los individuos sociales que componen esta multitud. Lo que quiero decir con eso es que «exhibo mi propia ontogénesis, mi propia formación con sus diferentes estratos o elementos constitutivos»[1].





  
La libertad no se mendiga a los demás, se agarra.   
 ¿Cómo garantizar la igualdad, no sólo en la ley escrita por los humanos sino en las oportunidades de cada uno? Una economía que no tiende a la transparencia es un engaño porque conlleva las desigualdades y la dominación. La igualdad es posible sólo si funcionamos como seres libres que controlamos esta economía.   Cuando la barriga está relativamente llena, hay una fácil aceptación de unas estructuras que se perpetúan en las desigualdades. Pero cuando falta el pan, puede que surja intempestivamente la necesidad de libertad, en contradicción con la frase de J.J. Rousseau: «el pobre quiere más el pan que la libertad».

 
Me planteo la cuestión de mi responsabilidad. 
¿Cómo reconstruir este Estado?    
O, más bien ¿Cómo inventar y no copiar los modelos que vuestros regímenes actuales llamados democráticos intentan imponerme?
¿Puede cualquier transformación ser lo bastante radical como para dar a mi propia existencia el sitio y la importancia que le corresponden como vida humana en el seno de la biología terrestre? O sea, la importancia y el sitio máximos que la sociedad humana puede definir dentro de la ecología que la sostiene.     ¿Qué cualidades hay que tener para participar en tal aventura?      
Si son necesarias tales cualidades, ¿llegan a ser suficientes tomando en cuenta la fuerza imparable de una tecnología que me afecta, me transforma antes de que pueda tomar la medida de sus efectos?     
¿Por qué mi educación no me ha ayudado a desarrollar estas cualidades?     
¿Por qué nuestra biología sabe reconocer lo que es justo de lo que no lo es, cuando, por otra parte, nuestra educación nos introduce en el molde de lo que no lo es? ¿Por qué nuestras relaciones en el mundo globalizado se limitan cada vez más al espectáculo  de nuestra comunicación, espectáculo que representa en realidad la quintaesencia de nuestro modo de producción[2]?

Esta multitud “se expone a la mirada de los demás” [3] , se define como sujeto y tiene que afirmar su capacidad de invención si quiere deshacer el tejido social cancerigeno que la envuelve, eliminar las metástasis que corroen su economía, realizar un tejido social sano…

¿Es todo eso realizable en una única zona geográfica aislada sin que las bombas del Mercado imperial le caigan encima, haciéndole probablemente más daños que las que algunos tiranos están lanzando sobre sus poblaciones? Si esta exhibición mía a la mirada de los demás, o más bien a las pantallas deformantes de sus medios informativos, me presiona para tomar mis responsabilidades en el sentido que les conviene, yo resisto sin embargo para adoptar su modelo que llaman democrático.
¿No son sus imperios decadentes los que humillaron y esclavizaron a otros? ¿Qué tienen que ofrecer los que han puesto sus democracias entre paréntesis según las circunstancias, mirando para otro lado cuando unas dictaduras se instalaron a sus puertas? ¿O cuando esclavizaron a sus propios ciudadanos, mandándoles a la muerte en campos de exterminio o con sus armas cada vez más mortíferas?

Acaso ¿no se ha puesto en tela de juicio vuestra ideología democrática cuando la joven república española fue abrasada y reducida a cenizas? Os estabais perdiendo en estériles debates sobre la necesidad de una intervención, dejando a la aviación de unos regímenes totalitarios el vergonzoso privilegio de actuar.

¿Acaso, tengo que asumir la democracia representativa que vuestros regímenes ofrecen a los demás como “el menor de los males” y compartir con vosotros la esperanza de una transformación progresiva, pasando por una democracia participativa? ¿Puede esta homogenización, visión de un sistema político universal, llevarnos a resolver los problemas que planteamos? Este modelo ¿no está exponiendo claramente a nuestras miradas la confusión de los poderes que permite la dominación y la corrupción, su injusticia en la repartición de las riquezas y el riesgo que conllevan sus excesos con respecto a nuestra supervivencia? El poder de Estado que la multitud recoge después de una revuelta que crea tanto recelo en vosotros ¿cómo transformarlo en mi propio poder, en el poder de la multitud, el Kratos de la Demo?

Sí, es de nuestro poder de lo que se trata. ¿No nombraban los atenienses a los responsables de su joven democracia por sorteo y sistema rotativo? Supisteis superar sus contradicciones, ya que ellos prohibían el acceso de la democracia a las mujeres y a los extranjeros. Sin embargo ellos, en oposición a vuestros regímenes, consideraban la representación como un sistema oligárquico que concedía la autoridad a unos grupos con intereses dominantes y apetito insaciable. ¿Cómo habéis podido permitir a esta autoridad que constituya unos espacios interestatales, Banco Mundial o Fondo Monetario Internacional? ¿Que estos puedan actuar sin el peso del sufragio universal que apreciáis tanto? Esta autoridad que seguís eligiendo todavía y a la cual estoy resistiendo.

¿Dónde está vuestra revuelta?
¿Podemos inventar juntos?

"Café des nattes"-Tunez


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Notas


[1] Paolo Virno: “Gramática de la multitud”
[2] Guy Debord: “La sociedad del espectáculo”

[3] Paolo Virno ibid citando Hannah Arendt







5.3.11

Fronteras en Marenostrum


He llorado ayer
Llegan, nuevos nómadas a la frontera de la tierra donde nací.
Organizan campos para aparcarlos, esperando tiempos… ¿mejores?
¿Mejores para quién?

Campos de refugiados.
 El jazmín se cubre de pólvora y los dátiles se secan con los vientos de Libia.

Ahí, por estas líneas de fronteras


… alemanes e italianos pasan en Noviembre de 1942, invaden Túnez. A los tres meses, pasa por ahí el zorro del desierto, Rommel, con su máquina de guerra flanqueada por la Gestapo. Empieza la sucesión de campos de reclusión y campos de trabajos forzados. En Marzo 1943, después de una ofensiva de los Estados Unidos y de las fuerzas Británicas (con participación de la resistencia francesa), el Africa Corps de Rommel se bate en retirada y pasa por la frontera donde hoy se han creado estos campos de los refugiados que huyen de una guerra civil en Libia.
En realidad, antes de 1942 el país conoce ya los campos de reclusión:

- en 1939, en Meknassi y Kasserine, cuando llegan los refugiados republicanos españoles,
-en Junio de 1940, cuando Francia es atacada por Italia, se utiliza también Kasserine durante un mes. Ahí, los franceses encierran a todos los italianos de 17 a 48 años residentes en Túnez durante este mes de Junio en que empieza “la guerra mundial”.

¿Para qué y para quienes estos campos creados por los fascistas italianos y los nacionales-socialistas alemanes?


-desde Diciembre de 1942, para la STO (Servicio de Trabajo Obligatorio) de los “trabajadores judíos”. El decreto, firmado dos años antes por la máxima autoridad tunecina (Bey) y por orden de las autoridades francesas colaboracionistas, pone en marcha la aplicación de las leyes francesas antijudías en Túnez. Conviene hacer notar, sin embargo, la creación, desde 1939, de un campo de reclusión en el lado argelino de la frontera, después de la redada en Túnez de los judíos austríacos y alemanes.
-Por los campos pasan unos 5000 hombres de 15 a 45 años y unas cuantas mujeres. Los alemanes mandan algunos a los campos de exterminio de Europa. De Noviembre de 1942 a Mayo de 1943 pasan, por estos campos, judíos tunecinos y franceses.





-La salida de las tropas alemanas e italianas fascistas no corresponde todavía al cierre de los campos. De junio de 1943 hasta 1946, miles de personas pasan por ellos antes de ser expulsadas del país. La mayoría son italianos que ven secuestrados sus bienes personales, sus escuelas y centros culturales por orden del gobierno francés que nace después de la guerra. El único criterio de esta operación consiste en reorganizar el tejido económico del país sin tomar en cuentas las convicciones políticas de estos residentes. En cuanto a los nacionalistas independentistas tunecinos, se quedarán recluidos en algunos campos hasta 1953.



¿Quién se atreve a hablar todavía de fronteras en el Marenostrum?
¿No son las mentes interesadas las que las crean?
¿Es el Marenostrum una frontera?