A los ciudadanos del mundo (o por lo menos a los que han tenido acceso a tal información) se les ha presentado la globalización, o mundialización… como la única vía posible hacia la erradicación de la pobreza, la repartición de las riquezas o incluso de la Felicidad en la Tierra. Hoy, las consecuencias de esta globalización salen a la luz con una contundencia que no escapa a nadie. Uno tiene el sentimiento de ser dominado por un sistema "imperial" (Ver Toni Negri: "El imperio" en este blog Febrero 2010 y "La información sistémica" Enero 2010), un gran mercado financiero que impone su ley a la política y a la economía.
Este"imperio" se extiende a escala del globo, abstracto, opaco, lejano y sus poderes parecen cada vez más concentrados. Sus efectos sobre las sociedades son enormes:
-ataque a las deudas soberanas de los Estados que conduce a un control de los presupuestos por organismos no elegidos democráticamente, antes que por los parlamentos elegidos
-obligación para los Estados de poner en marcha una regresión en cuanto a los derechos adquiridos después de años de lucha en el mundo laboral
-"deslocalizaciones" empresariales con el paro y la precariedad que conlleva
-migraciones forzadas, intensificadas por los problemas medio-ambientales que van surgiendo…
Por supuesto, el ciudadano debe indagar, saber criticar el funcionamiento de un tal sistema y, por mi parte, me esfuerzo para tal compromiso. Pero, tanto las causas como las consecuencias de este "orden imperial" atestiguan una realidad que conviene recordar:
-por un lado, el individuo, con su necesidad de comprensión y de desarrollo de un espíritu crítico, encuentra serias dificultades para empezar consigo mismo e intentar acompañar las variaciones aleatorias de sus estados emocionales, cuidar de un cuerpo sometido a unas coacciones sociales y afectivas dentro de un espacio-tiempo que controla cada vez menos
-por otro lado, las sociedades son mucho más interrelacionadas , los lazos se hacen más fuertes, lo que hace más complejo cualquiera intento de imaginar una metamorfosis a escala planetaria a largo plazo. Esa incapacidad de la ciudadanía permite a las lógicas financieras aprovecharse a corto plazo y no parece que pueda ser superada más que por un esfuerzo de acompañamiento de los diferentes movimientos individuales (por ejemplo la atención a unos vecinos que acaban de instalarse, o la rebeldía de una niña musulmana que reivindica su velo en la escuela…) o sociales (integración de inmigrantes, ayuda a personas maltratadas…) que no cesan de presentarse a cada uno de nosotros.
Puesto que estamos ya en esta situación me parece urgente redefinir una ética que tiene por fundamentos una comprensión, un escrutinio de la realidad, humana y planetaria, bajo su doble aspecto de interdependencia de las cosas y los seres, así como de su vulnerabilidad. Lo que me lleva a las Tres Ecologías de Felix Gattari, Existe en el concepto de acompañamiento que he citado antes, una ética propia del individuo, la sociedad, la naturaleza y el entorno. Pienso que tal ética de acompañamiento debe desarrollarse más allá del cuidado de los otros y del comportamiento humanista o de otros "ismos". Debe tocar todas las formas posibles de poder y todas las formas de acción ciudadana. Yo intentaría hacer una búsqueda en este sentido y desarrollar estos puntos en las próximas páginas.