Dossier André
Bazin
El universo de la pantalla no puede yuxtaponerse al nuestro; lo sustituye necesariamente, ya que el concepto mismo de universo es espacialmente exclusivo. Durante un tiempo, el film es el Universo, el Mundo, o si se quiere, la Naturaleza. Hay que reconocer que todos los films que han intentado sustituir el mundo de nuestra experiencia por una naturaleza fabricada y un universo artificial no han obtenido un éxito idéntico [fracaso de El cabinete del Dr Caligari y éxito de Nosferatu]. Siendo el cine una dramaturgia de la Naturaleza, no puede haber cine sin construir un espacio abierto, que sustituye al universo en lugar de incluirse en él. El problema que se plantea al cineasta es el de dar a su decorado la opacidad dramática, respetando su realismo natural.
Nosferatu el vampiro de Murnau |
[En la perspectiva con la cual se ha tratado la foto], el cine se nos muestra como la realización en el tiempo de la objetividad fotográfica. El cine libera el arte barroco de su catalepsia convulsiva. Por vez primera, la imagen de las cosas es también la de su duración.
[Después de comentar el cine de Vittorio de Sica] observamos lo que el cine debe al amor de las criaturas, No se podría comprender enteramente el arte de un Flaherty, de un Renoir, de un Vigo, y sobre todo, de un Chaplin, si no se busca antes qué variedad particular de ternura, qué clase de afecto sensual o sentimental se refleja en sus films. Creo que más que cualquier otro arte, el cine es el arte propio del amor. El novelista mismo, en las relaciones con sus personajes, tiene más necesidad de inteligencia que de amor; su manera de amar es sobre todo comprender. El arte de un Chaplin, llevado a la literatura, no podría evitar un cierto sentimentalismo. Cada arte y cada fase de evolución en cada uno de ellos tienen su específica escala de valores. La sensualidad tierna y divertida de Renoir, la otra más cortante de Vigo, encuentran en la pantalla un tono y un acento que ningún otro medio de expresión podría darles. Existe entre tales sentimientos y el cine una afinidad misteriosa que es negada a veces a los más grandes.
Un Chaplin concentra sobre sí mismo, en sí mismo, la irradiación de su ternura, y eso hace que la crueldad no esté siempre excluida de su universo; bien al contrario, tiene con el amor una relación necesaria y dialéctica, como puede advertirse en M. Verdoux. Charlot es la bondad misma proyectada sobre el mundo, está dispuesto a amarlo todo, pero el mundo no siempre le responde. La humanidad de Chaplin la reencontramos en De Sica, pero universalmente repartida, ya que tiene el don de comunicar una intensidad de presencia humana, una gracia desconcertante del rostro y del gesto que, en su singularidad, testimonian irresistiblemente a favor del hombre.
Umberto D. Vittorio de Sica |
De la naturaleza fotográfica del cine resulta efectivamente fácil concluir su realismo. ¿Hay que concluir que el cine está obligado a la representación única si no de la realidad natural, sí de una realidad verosímil cuya identidad en la naturaleza, tal como la conoce, pueda admitir el espectador? El relativo fracaso del expresionismo alemán confirmaría esta hipótesis…y la existencia de lo maravilloso o de lo fantástico en el cine, lejos de venir a debilitar el realismo de la imagen, resulta ser la más conveniente de las contrapruebas: el truco tiene que ser materialmente perfecto, el "hombre invisible" debe llevar pijama y fumar cigarrillos.
La pantalla se puede abrir sobre un universo artificial, con tal de que exista un común denominador entre la imagen cinematográfica y el mundo en que vivimos. Nuestra experiencia del espacio constituye la infraestructura de nuestra concepción del universo. La imagen cinematográfica puede vaciarse de todas las realidades excepto una: la del espacio.
Dossier André
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