8.2.13

"Conflict" de Curtis Bernhardt


Dossier CINE NEGRO Parte III: En el corazóndel cine negro

Retorno al abismo (1945)   
Bernhardt Curtis  Retorno al abismo Conflict
Guión: Dwight Taylor / relato (The Pentacle) Robert Siodmak-Alfred neumann
Música: Frederick Hollaender
Fotografía:  Merritt Gerstad
Actores:
Humphrey Bogart es Richard Mason
Alexis Smith es Evelyn Turner
Rose Hobart es Katheryn Mason
Sydney Greenstreet es "Doc" el Dr. Mark Hamilton
¡Qué idea más extraña la de ofrecer a Bogye este papel! Rodada en el otoño de 1943, fue finalmente estrenada entre las dos obras dirigidas por Howard Hawks- To have and have not (Tener o no tener- 1944) y  The big sleep(El sueño eterno-1946), Conflict creó un conflicto entre Bogart y Jack Warner. Se dice  que el actor intuyó que el papel no estaba hecho para él: Bogart  no quiere que  su interpretación en Conflict pueda impedir su elección para el papel de Jean en Passage to Marseille que confirma más la leyenda propagandista creada por Casablanca y que se confirma con To have and have not, ser el héroe que ayuda a la resistencia francesa frente a la ocupación alemana. Al final se sometió a los deseos – autoritarios – de su productor y la película esperó hasta Junio de 1945 para ser estrenada.
El personaje  de Dick, el  rico arquitecto,  harto de los reproches y amenazas de su mujer Katheryn, fría y celosa, enamorado hasta la obsesión de su "joven" cuñada Evelyn, no llega a dar el resultado esperado y  no despierta la emoción. Por otra parte le conviene no abrir la boca y enseñarnos estos dientes  gastados por el tabaco desde The maltese falcon) –
.
A propósito de The maltese falcon, descubrimos al halcón en el despacho del teniente de policía, colocado encima de un mueble.


No le  basta  a Bogart el sombrero y el impermeable para entrar en la piel de Dick: este  aprovecha un accidente de coche, su pierna fracturada, un simulacro de parálisis para tener una coartada y  poner en marcha su plan rocambolesco: asesinar a Katheryn y tener así el terreno libre para conquistar a Evelyn.  Podemos preguntarnos con razón sí no había otra solución para tal situación. El crimen se disfraza como accidente de coche –con la caída de éste  en un barranco profundo–,   lo que conduce a la policía a la hipótesis de la desaparición de Katheryn sin más.
Sin embargo,  para Dick empieza la pesadilla: Katheryn da señales de vida hasta aparecersele en la calle; su pánico, su paranoia,  aumentan  a cada señal de su  presencia fantasmal. Encuentra unos cuantos objetos que Katheryn llevaba puestos, se pone a hurgar en todos los cajones…


 Su estado nervioso es cada vez más alterado.  El guión intenta acentuar esta idea de fantasma ocultando el  acto criminal: sólo vemos a Dick tirar el coche en el abismo. Este pequeño truco muy habitual en los thrillers, tomando en cuenta la censura sobre los actos violentos, refuerza aquí el misterio de la reaparición posible de Katheryn. No hay prueba de su asesinato. ¿Podrá Dick resistir a la tentación de un retorno al abismo?
 Aunque Conflict parte de la interesante  idea de Siodmak (The Pentacle), desemboca en  un guión  formal,  una ambientación clásica, unos actores que hacen lo que pueden en el plató para un director respetado. Curtis Bernhardt consigue mantener la atención y un cierto suspense en cuanto a la representación de un crimen perfecto al cual, como siempre, falta un detalle que se nos escapa en la primera visión.  

Le ayuda una buena fotografía. Por momentos,   la música de  Hollaender apoya  exageradamente la imagen con una partitura propia del cine europeo de la década anterior, pero la compensan algunos temas de Arthur Schwartz y de jazz en el hotel o en la calle. Podemos limitarnos a este aspecto de film entretenido de serie B, nada más. El New York Times, después del estreno en 1945,  hace una crítica mitigada: la justificación  favorita de los dramas de cariz psicológico es que un hombre no puede vivir con su consciencia después de haber cometido un asesinato.
Y esa es la tesis expuesta con acento bastante melodramático en Conflict… en las películas de este tipo, los caminos del crimen casi siempre llevan a la tumba. La única duda es cuánta tensión y curiosidad sádica puede generar. En esta tarea en particular, la realización es bastante buena. Bernhardt ha dirigido la historia, que no es ni original ni profunda, de una forma moderadamente sombría, y el ritmo tiene una tensión persuasiva. La acción es lenta y generalmente silenciosa, la imagen convencional pero firme, los detalles de excitación nerviosa están cuidadosamente colocados y trabajados.

  Bogart es apropiadamente insensible y frío, brutal, demasiado hosco hacia el final.

Greestreet parece burlarse de los pomposos tópicos sobre los que tiene que hablar.
 Rose Hobart resulta adecuadamente molesta en su papel de esposa liquidada, Smith es un plácido  iceberg rubio.

 Pero Conflict se merece algo mejor.

Robert Siodmak  que acababa su contrato con Paramount y quería entrar en la Warner, propone dirigir una película que adapta "The Pentacle"   escrito con la colaboración del dramaturgo berlinés Alfred Neumann. Recordamos aquí lo que escribimos en el Dossier sobre Siodmak:
 Robert Siodmak deja su familia a los 18 años para unirse a una compañía  de teatro ambulante, trabaja como contable en un banco y, por fin, entra en la compañía de producción UFA como asistente de realización de Curtis Bernhart (Siodmak escribirá también un texto que Bernhardt adaptará más tarde para Humphrey Bogart: Conflict-1945). En 1929, Robert, Curtis y otros tres jóvenes fundan una sociedad de producción "Filmstudio1929". Estos tres son Billy Wilder, Edgar Ulmer, Fred Zinnemann. A estos cinco futuros directores de prestigio se unen Eugene Shuftan que será el director de fotografía para The hustler (El buscavida-Robert Rossen) y et poeta Moriz Seeler que morirá en los campos de exterminio nazis. Robert Siodmak dirige la primera película de la producción: Menschen am Sonntag (Gentes un domingo)y seis más por su cuenta. Antes de huir, como su hermano y sus colegas de la productora, todos judíos, de la locura hitleriana, realiza Brennendes Geheimnis (Secreto que quema-1933) a partir de un relato de Stefan Zweig.

 Volvemos al guión adaptado de The pentacle de Robert Siodmak. El " pentacle" es una pirámide pentagonal de Johnson: su base es un pentágono y sus caras laterales son cinco triángulos (Esta figura aparece cinco veces en la película… 

… y constituye el punto de partida de un viaje hacia la locura del protagonista, el arquitecto Richard Mason). ¿Cuál es la respuesta de la productora Warner a Siodmak?  Warner  decide confiar  finalmente la dirección a Curtis Bernhardt lo que representó un disgusto para Siodmak.
Curtis Bernhardt dirige en 1941 a Ronald Reagan en Million dollar baby  antes de firmar  Conflict con la Warner. Se adapta así a la línea impuesta por la productora, alternando los dramas con estrellas famosas como Bette Davis en  A stolen life (Una vida robada-1946) o  Joan Crawford en Posseded (Amor que mata-1947) que tiene algunas semejanzas con Conflict, y las películas negras como High Wall (Muro de tinieblas-1947) después de Conflict.
Bernhardt, como  Siodmak y Fritz Lang, aplica al cine negro sus conocimientos  técnicos del expresionismo alemán como en High wall o Posseded. Su técnica aparece claramente en conflict por su forma de definir el encuadre y con la ayuda de su director de fotografía Merritt Gerstad, de poner en relieve la cara de Bogart… 

 … para salvar el papel de un  actor  que se dice haber estado poco motivado –se dice también que Bernhardt intentó fomentar esta motivación llevando a Bogart a conectar con su vida privada en estos momentos de rodaje –su matrimonio había llegado a un momento de ruptura después de sus famosas peleas en Hollywood.
 Sin embargo, puede ser Conflict la más interesante de esta serie de películas de Curtis Bernhardt.  Conviene no referenciarle únicamente al expresionismo alemán, lo que es la tendencia habitual con los tres grandes cineastas europeos citados. Los tres han asimilado perfectamente las recetas que Hollywood suele aplicar al género negro. Aquí, Bernhardt tiene que adaptarse a una ambientación y un decorado que tiende a limitar las posibilidades que ofrece el género, los de la alta burguesía californiana, con un guión que no marca una crítica abierta a esta sociedad como lo hace Preminger en Laura o, más tarde, Nicholas Ray en In a lonely place. El director lo resuelve con una mirada distanciada de observador.  Nos ofrece una narración fluida que acentúa la situación conflictual de los personajes y crea una atmosfera densa.

 Las secuencias diurnas y soleadas –la salida de Katheryn con el coche, la pesca con Doc, las calles donde Dick corre detrás de sus fantasmas –son sólo unos momentos de respiro en este ambiente oscuro, de noches lluviosas,

de caminos de montaña en la niebla, de sombras en primerísimo plano que aparecen en un remolino, de los objetos de Katheryn  que invaden la pantalla…
Conflict  podría definirse como  un drama psicológico, tan de moda en la época, con psiquiatra y visiones extrañas (el Edward G.Robinson de The woman in the window se desdobla aquí en Doc + Dick).  El pesado discurso explicativo sobre los pensamientos del criminal tan apreciado por Hitchcock  se transforma, en la boca de Doc, el psicoanalista,  en un pequeño juego amigable e inteligente  para desenmascarar al culpable.
Sin embargo, la reflexión psicoanalítica, en el espíritu del tiempo –Whirepool, Spellbound –no está utilizada en Conflict como aplicación de teorías freudianas sino como artífice para llevarnos a acercarnos más a la transformación de los estados anímicos de un asesino invadido por las dudas, los miedos,  la locura.
Los eventos que perturban a Dick cada vez más fuertemente forman una línea continua que Doc, el psicoanalista, puntúa por momentos con algunas apariciones pausadas: se recrea en sus  discursos, lanza una mirada satisfecha. Doc es  un enorme gato quieto que observa los vaivenes de Dick el  ratón  (no pensamos únicamente en los dientes de Bogart). 

DOC EL GATO

Doc y el matrimonio: conociendo bien a sus amigos Dick y Katheryn, les ofrece una fiesta por su quinto aniversario de matrimonio. Hace un discurso que parece dirigido a Dick. ¿Sabe algo de los sentimientos de Dick hacia su mujer y Evelyn? 
Dick entre su mujer y su cuñada

Yo sabía todo lo que hay que saber, pero no lo suficiente como para casarme… un matrimonio feliz es un gran triunfo…el matrimonio es algo muy complicado…la gente tiene tendencia a escapar de la soledad y cuando han encontrado a la otra persona, descubren que se han puesto sus propias esposas… ¡un brindis para la más feliz pareja! –Más tarde dira a Katheryn que no creía en su pareja con Dick.
Doc y los pensamientos: a veces, un pensamiento puede ser igual que una enfermedad maligna. Empieza por corroer la voluntad mirando a Dick nervioso, que  se levanta, se sienta en seguida…
 Doc y el crimen (hablando con Dick):
Dick-Tú crees que los criminales se someten a un patrón?
Doc-Todos los que comenten un asesinato son egoístas, tremendamente maníacos.
Dick-definición muy discutible.
Doc-pero basada en una premisa muy clara: sólo quien antepone su deseo a la vida de otra persona puede sentirse capaz de lograr un crimen perfecto.
Dick-eso es muy discutible,  si ha habido asesinatos que no se han descubierto, también han podido existir crímenes perfectos.
Doc-las leyes del azar y de la naturaleza humanan lo dificultarían mucho. Toda la seguridad de un asesino depende de una serie de mentiras. De que no tiene motivos aparentes  hasta que su coartada sea perfecta… aún sin sentir remordimientos, está en tensión porque sabe que un simple error puede delatarle, si es olvidadizo como para contradecirse en algunas declaraciones, si falla en algún detalle… incluso si habla en sueños.
Dick se muerde los dedos, nervioso bajo la mirada de Doc... y más tarde:
Doc-lo más importante es la consciencia.



DICK EL RATÓN

Si Doc, el psicoanalista, no parece dispuesto a ayudar a Dick porque éste no puede evidentemente desvelar  su crimen,  sí que está  marcando las pautas principales de una investigación que va avanzando al ritmo de los cambios de expresión de la cara de Bogart.   Aunque Dick conserva su arrogancia con todas sus relaciones, la expresión de frialdad y soberbia que se lee en su cara después de matar a Katheryn deja aparecer unas señales de impaciencia, de fuerte inquietud y llega a la violencia verbal y las amenazas: 
 Dick no se limite a amenazar al teniente de policía porque  tarda en aclarar estos índicios que se acumulan sobre la presencia de Katheryn. Acosa prácticamente a su cuñada Evelyn para forzarla a reconocer que lo quiere igual que él a ella, cosa que niega, llorando frente a la violencia de Dick. También amenaza a  la dueña del piso donde presume haber visto entrar a su mujer. Como en la secuencia con Evelyn, un chorro de palabras salen de la boca de Dick:

22 -sí señor, no señor. Los gatos tienen siete vidas, pero las mujeres, no.
- Sí señor…
-Se mete a los gatos en un saco y se les tira al río y, a veces, logran volver, y suponiendo  que vuelvan, no hay por qué recogerlos. Eso va contra la ley…, la ley de inquilinato. Sí señor… y con más motivo una persona que ha sido asesinada.
-¿Asesinada? Socorro
-¡Cállese!

Notamos que la dueña del piso le avisa que ha "hecho que lo empapelasen de nuevo" cuando en realidad el piso está pintado de blanco. En el trascurso de la visita incorrecta, brutal y exageradamente nerviosa de Dick, podemos notar la voluntad de Bernhardt de ofrecernos unas imágenes estilizadas que nos recuerdan las del apartamento del psicópata de Phantom Lady de Siodmak.


Más acostumbrado a los papeles de aventurero o de detective cínico y sentimental, Bogart parece tener dificultades para la composición de personajes clásicos como le pasará más tarde con Sabrina. Que Dick sea obsesivo  pero también un egocéntrico susceptible y violento, lo demuestra a lo largo de la película pero, pensando en su caracterización de la violencia en  In a lonely place, lo encontramos aquí más bien disminuido en este papel de perdedor, de manipulado paranoico que se rinde sin resistencia frente al rechazo de la mujer  querida y sus últimas palabras caen en saco roto. De todos los actores, sólo Sidney Greestreet parece pasárselo bien, jugando al gato con el ratón Bogey, lejos de Casablanca y de su compañero Peter Lorre, en este papel de psicoanalista apasionado por los rosales.