9.6.13

Inflación ética


Ver en este Blog: Ética Individual
 En El País del 29/05/2013-“Inflación ética”-,   Fernando Savater denuncia con ironía la  utilización que se hace del concepto de ética la cual, a fuerza de de tanto triunfo actual está ya en la UVI. Y añade: la ética es lo que les falta a los demás.
Saco de  la reciente actualidad dos ejemplos de un empleo extravagante del concepto de ética que apoyan la afirmación de Savater.

Ejemplo 1: Obligación ética y propiedad intelectual

Artículo en Le Monde del 29/05/2013. La identificación de un virus, causa de decenas de víctimas en Medio Oriente,  ha sido efectuada a partir de una muestra sacada de un enfermo en Arabia Saudí.  El equipo de virología del centro Erasmus de Rotterdam,  receptor de la muestra,  consigue patentar esta identificación y se le acusa de haber firmado contratos con industriales para investigar y producir fármacos y una vacuna.  Se vanagloria de tener una “obligación ética” para justificar esta acción y confirma haber compartido  sus resultados con más de 40 laboratorios. Para la directora general de la Organización Mundial de la Salud,  no podemos tolerar tales acuerdos entre investigadores para conseguir una propiedad intelectual y ser los primeros en firmar publicaciones en las revistas científicas. Ninguna propiedad intelectual puede obstaculizar la protección de los pueblos”. ¡Aplausos!

Ejemplo 2: Ética de la libertad y propiedad privada

En otro artículo del diario francés, un catedrático de la  Escuela de Ciencias Políticas de Paris  hace una descripción optimista y vital de las posibilidades ofrecidas a las nuevas generaciones: ¡nuestra mayor fuerza somos nosotros mismos! Un discurso que puede subir los ánimos en estos tiempos de crisis. Sin embargo añade: es esencial reconciliarnos con algunos principios que se fundamentan en la ética de la libertad y, por consecuencia, en la dinámica del crecimiento. Estos principios ponen en relación ética, libertad y crecimiento para crear una dinámica social que se apoya sobre tres pilares: libertad individual, responsabilidad, propiedad privada. Estos pilares tienen una base moral que, en una lenta evolución, ha creado las normas más justas y eficaces para la interacción social.
O sea, no hay alternativa. Lo que el autor entiende por crecimiento se precisa en lo que sigue:
-un desarrollo basado en las nuevas tecnologías con una limitación de las funciones del Estado y más interrelaciones en redes “orquestadas
-un enriquecimiento que ofrece a los emprendedores unos beneficios justos para que creen “valores” que beneficien a los demás.
-una ética de la responsabilidad – ¡una más! –  que da a los accionistas, verdaderos propietarios de la empresa, la posibilidad de pronunciarse sobre el sueldo de los directivos.

Unas definiciones de la ética y la libertad que nos prometen un futuro gozoso: hay en el discurso “neoliberal” una voluntad de limitar los poderes del Estado, de promover un cambio desde la sociedad y no desde unas profundas reformas en el Estado. El ejemplo de este artículo confirma el riesgo de ver que se confisca la energía social: “nuestra mayor fuerza somos nosotros mismos” significa que el grupo de los emprendedores, apoyados por el sistema económico “neoliberal” habla en el nombre de todos. Sabemos que actúan  a favor de un cambio con unas fuerzas todavía más ancladas en el sistema liberal globalizado que el propio Estado en su forma política actual.  En otros términos, después de confiscar a la sociedad humana su  globalización, se le confisca su resistencia y sus iniciativas frente a las reformas de los Estados.

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Volvemos al artículo de Fernando Savater.

-Ética. Savater nos recuerda que la ética implica una reflexión que busca la excelencia personal (puesto que cada cual se conoce a sí mismo como sujeto de la intención, buena o mala).  Aunque no cambia radicalmente con los tiempos, “como trata de la valoración de nuestras acciones,  evoluciona según se amplían las capacidades humanas.

-Valores morales. Savater escribe: no sólo se nos puede exigir una moral de principios, sino también otros principios derivados de la responsabilidad… En una sociedad abierta y pluralista, por tanto laica y no sometida a rigideces teocráticas, las leyes no deben pretender zanjar las divergencias morales de los ciudadanos, sino crear un ámbito en el que puedan convivir  todas sin humillación de nadie.

- Savater  separa claramente la ética de los valores morales, las costumbres,  normas y leyes, cuando dice: No hay nada  peor para los valores que convertirlos todos en moneda ética.  Y da algunos ejemplos en los cuales pone en evidencia la necesidad de aplicar normas y leyes definidas sobre la base de valores, usos y costumbres de la sociedad sin que haya necesidad de referirse a la ética ¿Acaso sólo pueden ser principios morales los que aconsejan acabar con los paraísos fiscales, como si no hubiese razones económicas para obstaculizar los fraudes y la evasión de impuestos?   ¿No pueden encontrarse en la economía misma intereses sociales que desaconsejen la tolerancia con los depredadores?     ¿No hay en la política razones para tener por bueno a quien busca según sus luces el acuerdo con otros y el bien común, no su mero lucro privado? Etc…

Sin embargo,  crea una extraña y chocante relación entre la ley catalana sobre las corridas – usos y costumbres (o sea, valores morales – y ley del aborto – por la cual “las perplejidades éticas son inevitables” y presenta “un auténtico dilema moral contemporáneo”. Algunos que en su día apoyaron esa ley [catalana] han descubierto ahora, con motivo de la posible modificación de la ley sobre la interrupción del embarazo, las virtudes de respetar la decisión personal y no imponer una ética única a toda la población.

La confusión entre ética  (la excelencia personal) y valores morales, costumbres sigue en su conclusión: la ética puede considerarse el telón de fondo de acciones e instituciones. .. Aunque desde luego no agota todos los campos de valoración ni reduce los retos de nuestra interacción a una simplicidad binaria o maniquea.