Nacida para el mal 1950
Director:
Nicholas Ray
Guión: Edith R.Sommer-Charles Schnee /Ann Parrish
(novela "All Kneeling") Música: Friedrich Hollanender
Fotografía: Nicholas Musuraca (Ver filmografía cine negro en este Blog)
Montaje: Frederic Knudtson
Dirección artística: Albert S.D'Agostino-Jack Okey
Producción: Robert Sparks RKO
Actores:
Born to be bad no es un nuevo Born to kill, no es cine negro,
pero, como pasa algunas veces en este Blog, hay siempre algunas buenas razones
para verlo. Hay dos maneras de ver a la película. La primera es dejarnos llevar
por Nicholas Ray que dirige con maestría a un grupo de actores, mantiene un
ritmo que no deja pausa al espectador y salpica de imágenes muy negras una
atmosfera tensa. El resultado es un perfecto ejercicio de equilibrismo entre
franqueza y sospecha, sonrisa y miedo, atracción y rechazo. Crea el suspense
con el simple argumento de los deseos de una mujer prisionera de la soledad y
los miedos, moldeada en fría calculadora por sus circunstancias. No es la mujer del título de la obra, no ha
nacido para el mal, no será fatal para nadie. Lo que sí ha sido fatal, es la
censura española que, para hacernos creer que triunfa el amor frente a la
maldad, ha elegido acabar prematuramente con Joan Fontaine. La actriz acaba de morir a
los 96 años, un día antes de redactar
esta página, otra razón para volver a verla. Por supuesto, no corresponde al
deseo de Nicholas Ray y su equipo: ellos nos permiten, en la versión original,
disfrutar de los pérfidos cálculos de la actriz e inmortalizarla con uno de sus
(pocos) papeles destacados, exceptuando Beyond a reasonable doubt (Más allá de la duda-Fritz
Lang-1956).
Cristabel
es una arribista sin escrúpulos. Decide manipular todas y todos en su alrededor
para subir en la escala social. Después de una relación con un pintor (Mel
Ferrer) y un escritor (Robert Ryan), consigue deshacer a la pareja Donna y
Curtis Carey (Joan Leslie –Zachary
Scott) que le ha abierto su puerta para casarse con Curtis –por supuesto el más
rico de todos.
Joan Leslie –Zachary Scott
|
Es una sátira social, descrita como un
remolino de superficialidad que Joan Fontaine provoca, manipulando los
sentimientos de cada uno, disfrazando su juego con sonrisas, buenos modales y modestia. El tema permite
ver a la actriz en un registro que corresponde perfectamente a su expresión
ingenua y dulce que tanto le gustó a Htichcock con Rebecca y Sospecha.
Cristabel / Joan Fontaine
|
Dirigida por Ray, la actriz transgrede con éxito la
caracterización de sus personajes anteriores para ofrecernos la representación
de la falsedad (sino la maldad) detrás de la fisionomía de la ingenuidad de Rebecca.
Sin embargo, no podemos limitarnos a esta
primera impresión: con o sin censura y a pesar de las cualidades de (algunos) de los actores conviene reconocer
que Born
to be bad es una obra menor en la filmografía de Ray. El ambiente
mundano, exageradamente lujoso con respecto a la situación material de la
protagonista quita verosimilitud a la
narrativa visual. Exigencia de productores, probablemente. Nicholas Ray considera esta película como la peor de sus
obras: la sutilidad del director cuando se trata de representar los estados
psíquicos de los protagonistas –pensamos en In a lonely place o They
live by night –se encuentra asfixiada por un decorado, un vestuario,
una ambientación de un glamour que, al día de hoy, es pura cursilería kitsch.
La evidente limitación de los actores Mel Ferrer y Zachary Scott se encuentra
compensada por el trabajo de las intérpretes femeninas y sobre todo por el de
Robert Ryan.
Nick / Robert Ryan |
De todas maneras, con el casting y la
dirección de Ray, no se puede llegar a un resultado tan pobre sin poner en
acusación a la producción. ¿Cómo los Estudios más representativos del cine
negro de la época que ponen a la disposición de Nicholas Ray unos de sus
mejores técnicos –pensamos en Musuraca a la dirección de la fotografía y
Hollanander en la música o D’Agostino, el fiel del departamento artístico de la RKO –puede tener tantas
carencias? La respuesta la tiene un personaje famoso: el administrador de la
RKO, Howard Hugues, el aviador.
¡adiós! |
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