Director:
Edgar G. Ulmer
Guión: Herb
Meadow-Hunt Stromberg-E.G.Ulmer / Bern
Ames Williams (novela)
Música: Carmen Dragon
Fotografía: Lucien Andriot
Montaje: John Foley
Productores: Jack
Chertok y Eugen Schüfftan / Productores ejecutivos: Hedy Lamarr y Hunt Stromberg - United Artists
Actores:
Hedy Lamarr, George Sanders y Gene Lockhart, en el fondo: Hillary Brooke
|
Hedy Lamarr es Jenny Hager Filmografía cine negro: Crossroads (Jack Conway-1942) y, después de White Cargo (Richard Thorpe-1942), Experiment
Perilous (Noche en el alma-Jacques Tourneur-1944), The strange woman (Edgar
G.Ulmer-1946), otro thriller: Dishonored
Lady (Pasión que redime-Robert
Stevenson-1947) y, después de Sanson y
Dalila, A lady without passport (Jopseh H.Lewis-1950),
George
Sanders es John Evered Filmografía cine negro: Después
de Confessions of a Nazi Spy (Anatole
Litvak-1939) con Edward G.Robinson, Rebecca y Foreign Correspondent de
Hitchcock en 1949, la serie de los Falcon con Irving Reis en 1941-42, Almas
en la sombra (W.S.Van Dyke-1941), Man Hunt (El hombre atrapado-Fritz Lang-1941), El retrato de Dorian Gray (Albert Lewin-1945), Sanders trabaja para
el cine negro a partir de Uncle Harry (Pesadilla-Robert Siodmak-1945), The strange woman (Edgar
G.Ulmer-1946), Lured (El asesino poeta-Douglas
Sirk-1947),Witness to murder (El único
testigo-Roy Rowland-1954), While the city sleeps (Mientras Nueva York duerme-Fritz
Lang-1956),
Hijo y Padre: Louis Hayward y Gene Lockhart |
Louis
Hayward es Ephraim Poster (ver Filmografía
cine negro en el Blog)
Gene
Lockhart es Isaiah Poster Filmografía cine negro: Hangmen aslo die (Los
verdugos también mueren-Fritz Lang-1943), The house on 92nd Street
(La casa de la calle 92-Henry
Hathaway-1945), Leave her to heaven (Que
el cielo la juzgue-John M.Stahl-1945), The strange woman (Edgar
G.Ulmer-1946), Red light (Roy del Ruth-1949),
Hillary Brooke es Meg Saladine Filmografía cine negro: Después de Dr Jekyll and Mr Hyde
(Victor Fleming-1941), ministery
of fear (El ministerio del miedo-Fritz
Lang-11944), Strange inpersonation (Extrtaña
interpretación-Anthony Mann-1946), The strange woman (Edgar
G.Ulmer-1946), la serie de los Big Town
(William Thomas-1947-48), Unmasked
(George Blair-1950), y unos cuantos thrillers como Alimony, Bodyhold, The man who now too much (Hitchcock)...
Alan
Napier es el
Juez Henry Saladine Filmografía cine negro: después de Cat people (Jacques Tourneur-1942), Lost Angel (Roy Rowland-1943), Pasión salvaje (Alfred Santell-1944 con
William Bendix y Suzan Hayward) empieza en el cine negro con Ministery
of Fear (El ministerio del miedo-Fritz
Lang-1944), Dark Waters (Aguas
turbias-André de Toth-1944), Three strangers (Jean Negulesco-1946),
The
strange woman (Edgar G.Ulmer-1946), Ivy (Abismos-Sam Wood-1947), Lured (El asesino poeta-Douglas Sirk-1947), Manhandled (Lewis
R.Foster-1949), Criss Cross (El abrazo de
la muerte-Robert Siodmak-1949),
Moroni Olsen es el reverendo Thatcher (Ver Filmografía Cine negro en este Blog) |
Un extraño enlace
La burguesía de Bangor en el templo |
“El cine
negro es un género que lo contamina todo” dice el cineasta francés Alain Corneau: The
strange woman se desarrolla en una pequeña ciudad del Estado del Maine
en el siglo XIX –una ambientación sorprendente para una película negra… pero
Anthony Mann también consiguió un buen cine negro filmando la revolución
francesa en Reign of terror y acabamos de seguir a Fritz Lang hasta la
época victoriana con un fantástico suspense al borde de un río con House
by the River–. Si nos paramos en ésta última película, encontramos más
elementos que nos permiten enlazarla con The strange woman: el primero es,
por supuesto, la presencia del actor Louis Hayward, aquí también en un papel de
asesino atormentado –lo vimos también en Ruthless (Traición-1948) del mismo Edgar G.Ulmer. Pero el otro dato es más
interesante en la medida en que concierne a la trayectoria y la personalidad de
la actriz protagonista: el compositor de la música de House by the River es George Antheil, que tiene una considerable filmografía (ver
su filmografía
cine negro en este Blog). Antheil y Hedy Lamarr colaboraron en unas
investigaciones científicas que les ha conducido al descubrimiento de una
técnica relacionada con las telecomunicaciones, abriendo así el camino hacia la transmisión de
bancos de datos sin cables, a la wi-fi y al Blue Tooth. Lamarr fue galardonada
en 1997 por la Fundación Electronic
Frontier (Antheil murió en 1959). El invento representaba el encuentro de
dos experiencias. Por una parte, tenemos la experiencia musical – Antheil,
influenciado por sus años de trabajo de investigación sobre la música en
Europa, facilitados por sus orígenes alemanes, había trabajado en un programa
de control automatizado de instrumentos de música para la película experimental
Ballet Mécanique sobre Fernand Léger
–. Por otra parte, está la experiencia que su vida novelesca ofreció a Hedy
Lamarr, a saber, su matrimonio con un
rico industrial de armamentos, comprometido
con los regímenes de Mussolini e Hitler, lo que le permite tener conocimientos
sobre material de guerra, control remoto, etc., útiles en su colaboración con
Antheil, ya que la investigación estaba enfocada hacia la venta de la patente
al ejercito estadounidense durante la guerra mundial.
Hedy Lamarr en Ecstasy |
Nacida en Viena, de familia
judía, Hedy Lamarr empieza una carrera
teatral con Reinhardt en Berlín y se vuelve famosa con la película Ecstasy de Gustav Machatys en 1933 por
un primer plano sobre su cara en un
orgasmo, y algunas escenas en las que aparece desnuda nadando o corriendo en un
bosque –quizás este mismo bosque donde su hijo esparcirá sus cenizas a su
muerte en 2000. Este primer matrimonio en la Europa fascista (habrá cinco más
en los EEUU), fue un fracaso según sus memorias Ecstasy and me: frente al poder de dominación de su rico marido,
decide huir, primero a Francia, luego a Londres donde el encuentro con Louis
Mayer le abre las puertas de la MGM –la actriz consiguió la nacionalidad
estadounidense sólo en 1953, 15 años después de su llegada en la Tierra
Prometida – la recordamos en A lady without Passport (Mujer sin pasaporte-Joseph H.Lewis-1950)
en inmigrante judía refugiada en Cuba–.
Pero, Hedy Lamarr es la encarnación de “lo posible”: sale de la Metro y, 3 años antes de visitar los
estudios de la Paramount por un
encuentro memorable con la palestina
Dalilah , el judío Samson y el antisemita Cecille B.DeMille en 1949, decide
producir ella misma sus propias películas y contacta con Edgar G.Ulmer, éste
otro inmigrante judío checo, especialista en películas étnicas y series B. Al
finalizar su contrato con la Producers
Releasing Corporation, una productora famosa en Hollywood por los pequeños
presupuestos de sus películas – Bluebeard y Detour marcan la carrera
de Ulmer con esta productora –el director acepta el proyecto de Lamarr. La
actriz, que quiere interpretar el papel
de Jenny caracterizado en la novela de Bern
Ames Williams, se asocia con
otro tránsfugo de la MGM, Hunt Stromberg,
para ser los productores ejecutivos de una producción dirigida por Jack Chertok y el famoso fotógrafo Eugen Schüfftan que tiene una filmografía impresionante.
¿Ángel o Demonio?
Podemos leer en el cartel esta
frase del predicador:
Los labios de la
mujer extraña chorrean miel
Y su boca es más suave que el aceite
Pero su final
es amargo como el ajenjo
Y afilado como una espada de doble filo
Si la traducción del título del excelente film negro de Otto Preminger, Fallen
Angel, por ¿Ángel o Demonio?
no ha sido muy apropiada, convendría
perfectamente a The strange woman.
La joven Jenny utiliza su gran belleza y su
inmensa capacidad para manipular a los hombres. Decide salir del medio donde se
ha criado, pobre y con un padre alcohólico y se casa con un rico negociante que
explota la madera de los bosques de la región. El melodrama está servido. Pero,
Edgar Ulmer pasa por aquí y quita el proyecto a Douglas Sirk que solo ha filmado a Jenny pequeña; no tendrá el gran
placer de dirigir a la “mujer más guapa de Hollywood” –menos algunas escenas en
la última parte.
Así que, con Ulmer, nosotros
tenemos la suerte de acompañar a Heddy Lamarr en lo que ya no es un melodrama
sino un buen cine negro de presupuesto ni lo bastante bajo como para pasar del
decorado ni lo bastante alto como para ofrecernos un nuevo “Lo que el viento…”. La actriz demuestra
que, en la interpretación
cinematográfica, sabe utilizar la
capacidad científica que ha tenido para su invento de saltos de frecuencias.
Con Douglas Sirk, la niña Jenny es capaz de torturar al niño Ephraim Poster
manteniendo su cabeza debajo del agua y de hacer recaer la responsabilidad
sobre los demás niños, apareciendo como la salvadora de su compañero de juego.
Con Edgar G.Ulmer, después de esta introducción sobre las travesuras
infantiles, la bella Jenny pone en práctica el mismo juego con los hombres,
empujada por una rabia que, por supuesto, es el resultado de una mala crianza.
Pero sería demasiado limitado verlo así: el personaje es complejo, torturado.
Por supuesto Jenny sueña con una vida que le permita realizar sus ambiciones:
ser rica, pero ante todo quiere sentirse considerada en la pequeña ciudad de Bangor. Si se casa con el
rico Isaiah Poster, es en parte para
ayudar a los pobres y algunas prostitutas, amigas de la niñez. Jenny anticipa los grandes
movimientos feministas en su defensa de la mujer maltratada y dominada.
Desde lo alto de su nueva clase
social, la bestia que dormía tanto tiempo sepultada en el pasado, puede
estallar frente a la hipocresía de los valores morales de la pequeña comunidad
rural en la que los hombres pueden dominar y arreglarse entre ellos a costa del
dolor de las mujeres. ¿Femme fatale o fatal sociedad? Isaiah es mayor y responde fácilmente a las
necesidades y exigencias de su mujer Jenny. Pero cuando aparece su hijo
Ephraim, el niño torturado por la pequeña Jenny, las pulsiones estallan. Hedy
Lamarr se apodera de su personaje: su parte oscura le va dando más relieve,
transforma la expresión de su cara, sus
gestos. Con una asombrosa facilidad, pasa del capricho a la autoridad y la
manipulación, de la dulzura de la mujer
atenta, a la cabecera de un marido enfermo, a la firmeza y la malicia cuando se
trata de convencer a Ephraim de acabar con esta situación de Fedra e Hipólito… hasta
que llega a la madurez del amor con John Evered. ¡Qué importa si John es
el novio de su amiga Meg, si Ephraim se pierde en la locura después del
parricidio! La mujer, la femme, fatal para los hombres, sembrando la desdicha
de los machos, es estéril cuando se trata de fecundar una nueva vida al lado
del hombre que ama. Su capacidad calculadora tiene límites, el amor y los celos
acabaran dominándola. Sin llegar a la violencia de la novela de Bern
Ames Williams , el impacto narrativo del melodrama, ya
bastante fuerte, se transforma, por la
magia de Edgar Ulmer, en un libro de imágenes, en fotogramas de buen cine negro
tanto en las secuencias intimas como en
los exteriores: espectaculares, de día, en la bajada de los barcos en los
rápidos o inquietantes, de noche, en la escena de borrachera y violencia de los
leñadores o en el incendio. La calidad
de los actores tanto protagonistas (muy famosos en la época) como secundarios
se ve claramente arropada por la dirección y la fotografía.
Al lado de Louis Hayward que, con las películas negras tratadas en este Blog y anteriormente
citadas, ofrece una buena contribución al género, George Sanders que aparece en el último tercio de la obra demuestra,
como en Uncle Harry (Pesadilla-
Robert Siodmak-1945), que sus talentos de actor le permiten variar
sorprendentemente su registro.
Pero Hedy Lamarr conduce la película al lado de Ulmer y supera la fama
de la “escandalosa y guapa mujer de Ecstasy”
con la mejor interpretación de su carrera. Notamos también la dirección
artística de Nicholas remisoff que trabajó en el cine
negro: Guest in the house (Semilla de odio-John Brahm
/ André de Toth-1944), The big night (Joseph Losey-1951), Please
murder me (Peter Godfrey-1956). Aprovechando un
presupuesto más confortable que en el pasado, Ulmer sabe utilizarlo con inteligencia y mantiene el ritmo seco que le caracteriza y que, como en Detour o Bluebeard, responde a la temática de la fuerza del
destino.
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