16.5.15

"Cornered"-Edward Dmytryk




Inicio  / Edward Dmytryk

Venganza  1945 

DirectorEdward Dmytryk 

Guión: John Paxton /John Wexley (relato)

Música:  Roy Webb

Fotografía:  Harry J.Wild

Montaje:  Joseph Noriega

Dirección artísitca:  Albert S.D’Agostino

Productor:  Adrian Scott RKO



Actores:
Dick Powell es Laurence Gerard
Walter Slezak es Melchior Incza
Micheline Cheirel es Mme. Madeleine Jarnac (Laurent)  En el cine negro: So dark the night (Joseph H.Lewis-1946 – Flight to nowhere ( William Rowland-1946)
Nina Vale es la Señora Camargo
Morris Carnovsky es Manuel Santana
Edgar Barrier es DuBois,
Steven Geray es Tomas Camargo
Jack La Rue es el camarero Diego
Gregory Gaye es Perchon, banquero belga, complice de Jarnac
Luther Adler es Marcel Jarnac

Dick Powell acaba de rodar con Edward Dmytryk la historia del detective Marlowe, Murder my sweet 1944) y Walter Slezak (ver filmografía en el Blog) también con Fallen Sparrow (Perseguido- Richard Wallace y Lifeboat de Hitchcock. La primera de estas dos citadas nos cuenta las secuelas en un hombre de la guerra civil española,  no tan distintas de lo que vive Dick Powell en Cornered. En cuanta a Morris Carnovsky, lo vimos en Dead Recockning (Callejón sin salida-John Cromwell-1947), una historia relacionada también con la vuelta de la guerra, cuando la “carne de cañón” del sistema económico-financiero se utilizaba para reorganizar el tablero geoestratégico mundial.


Estamos en 1945, la guerra ha acabado. En Londres, Gerard recibe 551 libras, 2 chelines, 6 peniques de la oficina de pagos de la Royal Air Force. Toman en cuenta las asignaciones acumuladas durante su internamiento como prisionero de los alemanes, su estancia en el hospital, más el transporte de vuelta a Montreal, Canadá.
-esta guerra ha costado muy caro, teniente, le dice el empleado.
Gerard decide volver a Francia donde se había casado con Celeste, una joven francesa enrolada en la resistencia contra los alemanes.  Vuelve sin esperar que el departamento de pasaportes controle su posibilidad de entrar en el continente europeo en ruinas.
Fuerte emoción en el encuentro con el padre de Celeste, que también fue  resistente. Ahora en Francia, es el tiempo de saldar cuentas con los fascistas franceses pro-nazis,  examinar la situación de estos  colaboradores, los tráficos de alimentos… preparar el juicio de la colaboración con Alemania. El guión sobre lo que pasa en Francia parece bastante documentado. El colaborador francés que hizo arrestar y matar a unos cuantos resistentes, entre los que se encontraba Celeste,  se llama Marcel Jarnac, procurador de la república, antiguo fiscal de 1941 a 1943 y agregado de embajada en Madrid en 1939. ¿Asesinado por los resistentes en 1943? Aparentemente, no hay ninguna prueba  de que haya muerto. Su “viuda” ha desaparecido.
A pesar de los intentos de su suegro para disuadirle, Gerard está decidido a encontrarle y vengar la muerte de Celeste.  Se traslada a Berna donde vivía la mujer de Jarnac según su compañía de seguros, que le ha procurado  una dirección. Ahí intercepta un correo que demuestra que la señora Jarnac se ha trasladado a Buenos Aires. Decide ir a Argentina… En el aeropuerto, le espera Mechior Incza, guía profesional, extraño personaje que le lleva a una recepción en casa del rico hombre de negocios, Tomás Camargo… un fascista redomado, dirá  Gerard más tarde.

Gerard e Incza


Incza: Va a ser una excelente recepción. Queda poca gente con talento. Mi amigo Herman Goering lo tuvo una vez… antes de la guerra, claro. Eso sí que eran fiestas… Fiestas romanas para subirle los colores a Dionisos
Gerard: ¿Es usted francés o alemán? .
Incza:Soy epicúreo…  un gran admirador de la cultura. Mi sangre es una mezcla de excelentes vinos europeos. Mis antepasados siempre han dado menos importancia a la nacionalidad de una mujer que a la calidad de su complexión.
De hecho, Melchior Incza es el único personaje en esta historia de posguerra que no parece tener motivaciones ideológicas o sentimentales. Excelente Walter Slezak que repite dos años más tarde el papel del guía, el inolvidable Eric Molinar de RiffRaff (Ted Tetzlaff). ¿Ni del lado de los “buenos” ni de los “malos”? A ver… ¡las cosas no son tan simples!

Madeleine Jarnac


En la fiesta, Gerard conoce por fin a la señora Jarnac, la sigue. Va encontrar también a Manuel Santana, abogado famoso, tío de Camargo. Santana intenta convencerle de abandonar la pista de la señora Jarnac y no interferir en su trabajo: parece que está también siguiendo la pista a estos antiguos colaboradores franceses y a los nazis en Sur América.

Una sed de venganza para un hombre perdido en la trampa de una red: así podemos resumir Cornered. Argentina, Buenos Aires: seguimos en este blog la famosa red de ratas de Sur  América que nos llevó de Gilda a Notorious, pasando por Affair en Trinidad de Vincent Sherman, The strnager de Orson Welles, y ahora Cornered.
No se trata del antihéroe, del inocente en un mundo culpable que Hitchcock afirma tratar en sus películas,  o del detective Marlowe metido en un buen lío. Aquí,  la sed de venganza de Gerard que lo arriesga todo para encontrar al hombre que ha dado la orden de fusilar a su mujer, nos sitúa en el opuesto de Bogart que tarda mucho tiempo antes de demostrar que “Tener o no tener” no es la cuestión cuando se trata de ayudar a la resistencia al fascismo. Estamos en la relación inversa a la del cine negro clásico: el protagonista siembra el caos a su alrededor, él es el  motor de sus propias dificultades como le pasó a Alan Ladd en Blue Dahlia o a Glenn Ford en The Big Heat.

Gerard y la mujer (¿fatal?) de Camargo


 Un ambiente de sospecha vuela encima de un nido de espías y de cazas nazis. No sabemos quién es quien, si los amigos son enemigos o si estos son realmente unos enemigos.
¿A qué organización pertenece Santana y este Dubois que Gerard estaba a punto de matar? ¿Para quién trabaja el camarero que Gerard encuentra en todas partes?
¿Cuál es el secreto de la señora Jarnac?
Entre la mujer de Camargo –sosa femme fatale –y la señora Jarnac, ¿tendrá Gerard que elegir? O más bien entre Madeleine Jarnac y Madeleine Laurent… Nada puede cambiar el rumbo de su búsqueda: Gerard es un personaje caballaresco que se desliza entre los encantos de una y el enamoramiento de la otra sin comprometerse ni salir de su camino. ¿El amor? ¡Eso no sería lo bastante fuerte, lo bastante largo y, además, tendría que tener corazón! Contesta a la señora Camargo.

Madeleine ¿Laurent?


Mientras, entre compañías de seguros suizas, banqueros nazis, abogados  y hombres de negocios argentinos, fascistas y antifascistas (no traducido en la versión española), fascista trabajando en la embajada de Francia en España (no traducido en la versión española), ¿podrá Gerard  satisfacer su sed de venganza? Porque, para Santana, no hay sitio para la venganza ni el odio homicida en el plan de su organización: Jarnac y Camargo son peligrosos,  más que los criminales de guerra que escapan de los países vencidos… ellos no se creen vencidos.  Pero, debemos tener hechos, señor Gerard, ¡hechos! Eso es lo que le falta, aunque, por momentos, Gerard tiene la tentación de falsificar algunos archivos.
Un buen momento de suspense en el metro de Buenos Aires. La supuesta señora Jarnac y Gerard hablan en el andén. Mientras ella intenta contarle su historia (¿verdad o mentira?), el ruido infernal acompañado por las sombras repetidas de los metros que pasan y se reflejan sobre sus caras, interrumpen su discurso. Un hombre leyendo un periódico, al lado de Gerard y Madeleine, les mira de vez en cuando.

Gerard no va a temblar frente a las amenazas del banquero belga Perchon


El equipo Dmytryk, Adrian Scott y otros… van más allá de la propaganda antifascista de los Estados Unidos, necesaria para justificar sus propas víctimas  en la guerra mundial  y que se hizo más intensa desde 1942. Lo que cuenta ahora que la guerra ha pasado, es el balance que se puede hacer con un  estado a veces depresivo, unos sentimientos de culpa frente al horror de lo que se descubre. Aportan unos elementos de denuncia del impero americano y  de lo que queda del británico en el discurso final de Marcel Jarnac. No tardarán en responder delante del Comité de Actividades Antiamericanas. Cuando, por fin, aparece el  francés petainista fascista colaboracionista nazi Marcel Jarnac, tiene los rasgos del actor judío Luther Adler que ha interpretado unos cuantos papeles en el cine negro:  House of strangers (Joseph Mankiewicz-1949),DOA (Rudolph.Maté-1950),  Kiss tomorrow goodbye (Gordon Douglas-1950),-M (Joseph Losey-1951), Crashout (Lewis Foster-1955).


Dice Jarnac:
Qué niños tan felices somos… ¿Cuántas veces tendré que decir que nuestro jefe espera estar en completa y absoluta oscuridad en los próximos cinco años, veinte años, si es necesario? ¡Tú (Camargo) amenazas esa oscuridad forzándome a limpiar todo el desastre que has organizado!...
… Me temo que el anglosajón es un triste fanático. Actúa sólo cuando se perturban sus emociones más viscerales… recuerda, ya nos habéis borrado del mapa antes. Tuvisteis el fruto de la victoria en vuestras manos. Pero lo dejasteis pudrirse.  Nosotros cogimos ese fruto podrido y lo utilizamos. Usted no entendía nuestros métodos. No los entiende ahora. Sigue atacando a las cosas equivocadas, del modo equivocado. Usted ataca al mal del hombre, nosotros lo aceptamos.  Nos parece algo bueno y fértil. En cualquier país donde ustedes generan miseria y desencanto,  en cualquier país donde no hay dinero para alimentar a los niños, ahí nos encontrarán trabajando, si miran… aunque no creo que miren. Sus arterias políticas se endurecerán de nuevo, olvidarán… Me gustaría que viera cómo tratamos la incompetencia…

Gerard y Manuel Santana


Un montaje de Joseph Noriega que deja bastante que desear en la primera parte, a pesar de sus 10 años en la profesión. Había dado mejor ejemplo de su trabajo con Hitler’s Children (1943) y Murder, my sweet (1944), también de Edward Dmytryk.  John Paxton escribe el guión con precisión con respecto a la situación real, casi documental. La intervención no acreditada de Ben Hecht añade a la calidad del conjunto. La novela y su adaptación son de John Wexley que escribirá más tarde el guión de The long night (Anatole Litvak-1947) y firmó en 1943 ¡Hangmen also die! de Fritz Lang que escribió la historia y la adaptó con Bertold Brecht. Paxton tiene una larga lista de guiones en el cine negro: Murder, my sweet(1944)-Cornered (1945)-Crossfire (1947) de Edward Dmytryk--- Crack-up (irving Reis-1946)---Fourteen hours (Henry Hathaway-1951)--- The cobweb (Vincente Minnelli-1955)… La música, como de costumbre,  siempre bien adaptada por el equipo RKO que forman Roy Webb y Paul Sawtell. La fotografía de Harry J.Wild (ver filmografía en el Blog) es más negra que la historia. Los encuadres ponen en evidencia el más mínimo detalle, los juegos de sombra magníficos crean un decorado oscuro que deja por momentos a los protagonistas flotar en unos espacios cualesquiera  en la noche argentina o las ruinas francesas.
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