15.5.15

Tratados TPP-TTIP: los estadounidenses también…


El 12 de mayo, los senadores demócratas han rechazado una moción del gobierno federal que permitía acelerar el proyecto de tratado de libre comercio transpacífico, TPP. Esta moción tiene por objeto la adopción o el rechazo (muy improbable por la mayoría que tienen los republicanos favorables al tratado) sin que haya enmiendas que retrasen la votación. Lo que pone en evidencia las dificultades de Obama para convencer a  su propio partido de las ventajas del tratado que considera como el eje principal de las relaciones con Asia y que quiere concluir antes de acabar su mandato, al final de 2016. Los jefes quieren siempre dejar su huella en la historia que creen escribir.
Ahora el presidente tiene que convencer a un grupo suficiente de demócratas para que voten con los republicanos. ¡Paradojas de la política! El gobierno federal de Obama necesita conseguir los plenos poderes para negociar con los países del Pacífico incluidos en el TPP.
Encabezados por Elizabeth Warren, senadora por Massachussets, los demócratas reacios a la moción han manifestado su inquietud respecto a una armonización de las reglas con los demás países firmantes: eso pondría en entredicho la reglamentación bancaria y financiera restrictiva  impuesta a Wall Street después de la crisis de 2007 de las “subprimes”, causa principal de la crisis económica mundial actual. La respuesta agresiva del presidente hablando de “equivocación teórica” no ha tenido ningún efecto sobre los senadores: sólo un demócrata votó con los republicanos. Warren ha contestado a Obama que las condiciones de secreto impuestas a los parlamentarios para consultar los documentos del TPP son rocambolescas, así como el fuerte peso que se otorga a los juristas de los grandes monopolios con respecto a los parlamentos nacionales.
Probablemente, el mismo guión se va a reproducir en el parlamento: los diputados demócratas encabezados por la diputada por Connecticut, Rosa Lauro, y también algunos republicanos manifiestan una resistencia. La presión de las organizaciones sindicales está actuando: guardan el recuerdo de tratados anteriores, costosos en términos de empleos para el país.

Los demócratas hacen las mismas críticas por lo que concierne el tratado con la Unión Europea, el TTIP que se encuentra en un estado bastante menos avanzado que el TPP. Al contrario de Obama, estos elegidos consideran estas negociaciones como potencialmente nefastas para las clases medias que, además, no se están beneficiando del crecimiento económico actual. Un síntoma de la preocupación que despierta estos tratados: si Hilary Clinton, desde su anuncio como candidata a la presidencia (¡ una jefa para la historia!),  ha demostrado que inscribe su política en la trayectoria de Obama por lo que concierne a unas cuantas reformas lanzadas o previstas, mantiene un silencio elocuente con respecto a estos tratados.
En Bruselas, se esperaba un acuerdo sobre el TTIP para final de 2015. Las dificultades que encuentra el gobierno federal de los EEUU, para quien el tratado no es prioritario con respecto al PP, obligan a los más prudentes en la Comisión europea a pensar que habrá que esperar el final del mandato de Obama. Por parte de los gobiernos europeos, no hay convergencia de puntos de vista sobre el mecanismo de los tribunales de arbitraje, ISDS, muy atacado por franceses y alemanes, y por el parlamento europeo. El acceso a los mercados públicos estadounidenses parece ser una batalla difícil… Continúa…
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