23.6.15

Dmytryk's film noir: "Blacklisted-Antisemitism"


Claire Trevor en Murder, my sweet (Historia de Detective)


I-OBRAS
La parte más importante de la carrera de Edward Dmytryk se confunde con los eventos de la historia de la segunda mitad del siglo XX, particularmente  por lo que concierne a la época oscura y vergonzosa del macartismo. En este periodo relacionado principalmente con su cine negro, Dmytryk va a tener un papel poco glorioso que le sumerge en un guión que podría también considerarse de cine negro. Sin embargo, la década de 1940 había empezado muy bien y su carrera estaba tomando una nueva dimensión cuando firmó su contrato con los estudios de la RKO.

James Craig enfrentado a los nazis (Seven Miles from Alcatraz)

Seven Miles from Alcatraz es su primera entrega a esta productora en 1942, “unas travesuras nazis en un faro,… por lo menos, me encontraba en un nuevo territorio… ”, escribe Dmytryk. Cuenta en sus Memorias que el proyecto estaba programado con otro director y actores pero que el resultado probablemente habría sido el mismo teniendo en cuenta el material de origen, una historia corta, inédita de John D. Klorer llamada Sou’West Pass”.  
El administrador de la RKO en estas fechas, Koerner, abre de par en par las puertas de los estudios a Dmytryk después del éxito de Hitler’s Chlidren, en 1943. Con un presupuesto muy limitado, Dmytryk realiza un film sobre el nazismo desde un ángulo más original e innovador que el de las travesuras de la película anterior o de las características del culto al jefe y de la voluntad bélica del Reich. Hitler’s Children describe la voluntad del nazismo de crear una raza dominante desde el control de los cuerpos: adoctrinamiento de la juventud, creación de campos de trabajo, seguimiento de la procreación.    El resultado del interés del público por la obra de Dmytryk fue un golpe doble: dos películas que constituyen unas referencias para el cine negro. Murder, my sweet (Historia de Detective-1944) y Cornered (Venganza-1945). 

Dick Powell en Cornered (Venganza)

En la primera, Dick Powell es Philip Marlowe, el personaje creado por Raymond Chandler que inspirará a unos cuantos directores más, empezando por Hawks (The Big Sleep con Bogart): ver en este Blog el dossier Detectives. La segunda, interpretada también por Dick Powell, Corenred estrena un subgénero del cine negro sobre la caza a los nazis o colaboradores que tendrá un gran éxito comercial con obras de referencia en el género: The Stranger de Orson Welles en 1945, Notorious de Hitchcock (1946), Berlín Express de Tourneur (1947)… No olvidemos sin embargo, que estas películas tienen un antecedente con The Fallen Sparrow (Richard Wallace-1943) que trata de las secuelas de la guerra civil española que afectan a un ex voluntario de las Brigadas Internacionales (John Garfield en el papel): este se encuentra involucrado en un asunto manejado por “aristócratas” españoles franquistas y alemanes nazis.

Bajo la administración de Dore Schary, entre 1946 y 1948, la RKO produce una serie de films noirs que marcan el género: Crossfire, Berlin Express, Race Street, The window, They live by night,The velvet Touch
Cuando se estrena Crossfire, los estadounidenses han podido ver dos años antes las primeras imágenes de la liberación de los campos de exterminio nazis en actualidades filmadas o en The stranger de Orson Welles. El libro de Richard BrooksThe Bricks foxhole, interesaba al productor Adrian Scott porque esta historia de militares que vuelven de la guerra – aquí contra Japón en Okinawa – con sus traumas y sus fobias permite recordar los horrores que se pueden cometer cuando los humanos  se encuentran invadidos por un odio visceral e irracional hacia el otro, el extraño.
El equipo Scott, Dmytryk y el guionista John Paxton, inspirado por Richard Brooks, van a enseñar al público un asunto de asesinato en el ejército de los Estados Unidos en 1947. Una historia en la que el criminal, un sargento, interpretado por Robert Ryan, mata por un único motivo: un antisemitismo patológico, una judeofobia, más aceptable a su paso por la censura que la homofobia que denuncia el libro.  La película, construida en torno a dos flashbacks, pone el acento sobre distintos puntos de vista acerca de la ignorancia, la intolerancia y el odio y se convierte así en una de las más taquilleras del año. 

Robert Ryan en Crossfire (Encrucijada de odios)

Crossfire representa una forma artística que corresponde a la visión que quiere imponer Dore Schary como administrador: comprometerse con el público más allá del simple entretenimiento. Sin embargo, no sólo  Crossfire cierra el ciclo de las obras del director para el género negro: también es su última película de este periodo hollywoodiano. Edward Dmytryk se exilia a Reino Unido en 1948. En el prologo al excelente “Cine Negro de la RKO” de Gustavo Pavés, podemos leer: La ironía de que Dmytryk fuera despedido por Dore Schary, un hombre liberal, jefe del Estudio en esos momentos y que le había prometido al director su protección, justo en el mismo año en que la obra maestra de Dmytryk, Encrucijada de odios (1947), un film acerca de la tolerancia, había sido nominada para el oscar a la mejor película, es un testimonio contundente de esta absurda y desgarradora época dentro de la evolución de Norteamérica y su cultura popular.
Pero ¿qué tiene de absurdo y desgarrador el espíritu del tiempo? Estos epítetos, expresados como un simple juicio expeditivo que evita poner el dedo en la llaga,  ¿son apropiados cuando se habla de la supuesta evolución de la cultura popular estadounidense?


II-ANTISEMITISMO





En la primera parte de este Dossier, nos hemos preguntado:¿qué tiene de absurdo desgarrador el espíritu del tiempo? Estos epítetos, expresados como un simple juicio expeditivo que evita poner el dedo en la llaga,  ¿son apropiados cuando se habla de la supuesta evolución de la cultura popular estadounidense?
Si nos situamos en 1947 nace también la pregunta: ¿qué está pasando en los Estados Unidos para nominar a los oscares dos películas que denuncian el antisemitismo. La primera, en la sociedad burguesa con este extraña expresión del título, Gentlemen’s Agreement de Elia Kazan, este “Acuerdo entre Caballeros” que se traduce por el hecho de que alguien que tiene un apellido “raro”, judío, por ejemplo,  no tiene que insistir si se le niega la entrada en un hotel. La segunda, Crossfire de Edward Dmytryk, denuncia el racismo, más precisamente la judeofobia en el ejército: al sargento Monty no le gusta estos con un nombre “raro”… y este odio visceral puede conducir, una noche de borrachera, al crimen.
Las dos películas abren el debate sobre “la barrera invisible” en una sociedad, pero muy visible en algunos pilares del poder político, empresarial o mediático. Cuando Charlie Chaplin denuncia el fordismo en “Tiempos Modernos”, ataca también al señor Henry Ford. Cuando Orson Welles denuncia al Ciudadano Kane, se inspira en el magnate de la prensa William Hearst. Pero, ¿quiénes son y qué relación tienen Ford, Hearst, el industrial Rockwell y Walt Disney o Joseph Kennedy?
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Podemos encontrar unas respuestas en el museo del holocausto de Washington: nos ha provisto de una información no muy divulgada acerca del extendido antisemitismo existente allí, especialmente en la década anterior. Existió un manifiesto apoyo  por parte de de grupos de poder estadounidenses hacia el nazismo, mientras que en otros grupos, la simpatías hacia el régimen nazi fueron más ocultas y solapadas.
Algunos carteles de propaganda antisemita en 1939 afirman que comunismo es judaísmo y que  reaccionar contra el comunismo consiste en boicotear a los judíos.
Una de las razones utilizadas por el gobierno para mirar para otro lado con respecto a la situación de los judíos europeos era que el reconocimiento de la brutalidad del nazismo implementaba una política de aceptación de los refugiados. Tanto la población como los congresistas consideraban que una llegada masiva de refugiados representaba una amenaza para la propia subsistencia ante la escasez de trabajo, después de la crisis económica de 1929. La política inmigratoria fue definida entre 1941 y 44 por Breckinridge Long, alto funcionario del Departamento de Estado y amigo del presidente Roosvelt. En la sociedad, había un fuerte sentimiento aislacionista y una resistencia a participar en una guerra a la cual consideraban ajena. Pero había también un profundo antisemitismo en la población católica de origen irlandés, influido por las prédicas de  la iglesia, como los curas Fahey y Coughlin y también porque Irlanda se declaró simpatizante de la Alemania nazi como muestra de su rechazo a la dominación británica. El sentimiento antijudío se extendió unido a la posición de personalidades como Henry Ford, notorio antisemita que escribió la obra “El judío internacional”, y sobre todo Joseph Kennedy. Éste, embajador en Gran Bretaña, demostró su apoyo a Hitler y al régimen nazi.

Kennedy, que pertenecía a la minoría irlandesa católica, manifestaba un verdadero odio hacia el judío: en una visita a Hollywood, comentó a sus amigos que esperaba echar a patadas de allí a los judíos que dominaban los estudios y que de ese modo serían borrados del mapa. Manifestó también que “sólo se sentía feliz cuando al fin de cada día, le había ganado o estafado a un judío”. Impulsó a William Randolph Hearst a ayudar a Hitler a mejorar su imagen en los EEUU. Hearst solicitó y publicó en sus periódicos, columnas de Mussolini y de Hitler. Apoyaba al fascismo desde 1927 hasta mediados de los años treinta al mismo tiempo que prestaba su apoyo y ayuda a Roosvelt y al New Deal. Visitó Alemania en 1934, se entrevistó con Hitler y divulgó en Hollywood su asistencia a la reunión de Nuremberg de 1934. Libró una campaña para tratar de instalar la censura dentro de Hollywood para ciertas producciones, apoyado por algunos congresistas que consideraban que la inmoralidad que se podía ver en las películas era producida por los judíos que dominaban Hollywood.
Otro antisemita notorio era Walt Disney: ayudó a organizar a los cineastas independientes contra los judíos de la industria del cine y asistía a las reuniones del partido nazi americano con actores y músicos famosos.
El difundido odio a los judíos existente en los EEUU antes de la guerra había aumentado a niveles nunca vistos. Hubo discriminación y “númerus clausus” en colegios y universidades. Con la guerra y el alistamiento, los jóvenes descubrieron el antisemitismo existente en las fuerzas armadas norteamericanas. Mientras los graduados de universidades como Yale o Columbia entraban directamente como oficiales, los judíos con las mismas condiciones eran rechazados de los cuerpos de la marina o de los servicios de Inteligencia de las fuerzas aéreas.

El 19 de abril de 1943 se reunieron en las Bermudas representantes de EEUU y Gran Bretaña para tratar del problema de los refugiados sin propuesta significativa. En enero de 1944, Roosvelt establece la Junta para refugiados de guerra en el departamento del Tesoro para rescatar en Fort Ontario en Nueva York a los refugiados de áreas NO ocupadas  por los nazis, zonas liberadas con selección de personas relacionadas con la ciencia y la cultura y no inmigrantes comunes.
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Con estas informaciones hechas públicas, se podría hablar de una época desgarradora si nos satisfacemos con una reacción visceral –lo que sería tener una actitud contradictoria con la voluntad de una reflexión más profunda. Pero de ninguna manera se trata de una situación absurda como lo leemos en el prologo al libro de Pavés. La voluntad de unos progresistas de los estudios de Hollywood de abrir el necesario debate sobre las tendencias xenófobas y el antisemitismo por una parte de la sociedad estadounidense conduce a las nominaciones a los oscares de las películas de Dmytryk y Kazan en 1947.  Lo que no impide la  Comisión contra las actividades antiamericanas incluir Dmytryk y el productor de Crossfire, Adrian Scott a la lista negra llamada “Los diez de Hollywood”.  


III-BLACKLISTED


"Los diez de Hollywood"

HUAC: Comisión sobre las actividades antiamericanas 
La Comisión se sitúa en la continuidad de la ideología y la acción de los grupos de poder,  cercanos o afiliados al partido nazi americano desde la década anterior, que han tenido al comunista como principal enemigo bajo la paranoia de la apariencia del judío (o al inversa), como lo vimos en la página anterior: II-antisemitismo.  El nombre de la Comisión es House of Un-American Activities Committee (HUAC): la palabra House pone en evidencia al enemigo interior considerado como extraño.
Las investigaciones por la HUAC de unos cuantos profesionales de la industria cinematográfica, promovidas por el senador MacCarthy,  puede considerarse como la continuación de la acción del senador Jack Tenney con el CJFUAC Californian Joint Fact-finding Committee on Un-American Activities  del final de la década de 1930.

Con respecto al supuesto anticomunismo, conviene hacer notar sin embargo que la industria cinematográfica supo ponerse al servicio de los intereses del gobierno federal. Cuando en 1943, las miradas se vuelven por fin hacia la contención del nazismo y el fascismo europeo, se necesita debilitar la tendencia aislacionista y fortalecer la alianza con la Unión Soviética y los estudios  Warner satisfacen la demanda de la administración Roosevelt con  Mission to Moscow, película pro-Stalin. Warner consideró esta producción como un acto patriótico al servicio del New Deal en la guerra contra el fascismo.
Acabada la guerra, la vuelta al anticomunismo visceral se acompaña de la necesaria limpieza de los focos izquierdistas que habían manifestado con tanto vigor su rechazo al fascismo. La HUAC va actuar con respecto al foco hollywoodiano en dos tiempos: 1947 y 1951.

“Los Diez de Hollywood”: Dmytryk “”
En un primer tiempo, el porcentaje de los guionistas convocados para declarar sobre su simpatía o pertenencia o no al comunismo es el más elevado: más de 60%. Se constituye una lista negra (Black List) con los nombres de los que se niegan a declarar, a pesar de la posición en contra del presidente de la influyente  Motion Picture Association of America, Eric Jonston. Los que figuran en la lista negra no podrán trabajar en la industria cinematográfica, sus nombres tendrán que ser borrados de los títulos de crédito. La resistencia de los que forman los “Diez de Hollywood” (The Hollywood Ten) provoca una inestabilidad en el ambiente laboral de los estudios. Los productores se comprometen a no emplear a  comunistas u otros subversivos  en los estudios de Hollywood. En 1948 empieza el juicio de los de la lista negra. En abril de 1950, el recurso de los “Diez” se ve rechazado por la Corte Suprema. En 1951 son condenados a un año de cárcel. 
Se puede consultar la lista de los “Diez de Hollywood” que recordamos a continuación, en el enlace siguiente: http://www.lib.berkeley.edu/MRC/blacklist.html
-Alvah Bessie, periodista, novelista y guionista, ganador de un oscar por Objective Burma en 1945, voluntario en las Brigadas Internacionales, resume su experiencia en la guerra civil española en Men in the Battle en 1938.
 –Herbert Biberman, realizador, guionista y productor, denunciado, así como su mujer, por Dmytryk. En 1954 Biberman realiza Salt of the Earth sobre la condiciones laborales de los mineros en Nuevo Méjico.
-Lester Cole, guionista, uno de los primeros condenados por HUAC escribió el guión de Viva Zapata (Elia Kazan) que tuvo que acabar John Steinbeck.
-Ring Lardner Jr: guionista, ganador de un oscar en 1942 por Woman of the Year. Su mejor guión: M.A.S.H en 1970.
-John Howard Lawson guionista y escritor de obras de teatro
-Albert Maltz escritor de novelas cortas y obras de teatro con dos oscares para sus guiones de documentales Moscow Strikes Back (1942) y The House I Live In (1945). Para el cine negro: This Gun for Hire (1942), Cloak and Dagger (1946), The naked City (1948).
-Samuel Omitz guionista y escritor
-Adrian Scott guionista y productor (Cornered y Crossfire de Edward Dmytryk para RKO). Después del año de cárcel no volvió al cine.
-Dalton Trumbo el famoso guionista de Gun Crazy de Joseph Lewis, He ran all the way de John Berry, Exodus de Preminger o Spartacus de Kubrick. Huye a México donde sigue mandando a Hollywood guiones con otros nombres.
-Edward DmytrykLa obra de Dmytryk entre 1942 y 1947 es bastante comprometida con la lucha antifascista. Además es miembro del partido comunista entre 1944 y 45. Así que, en 1948, Dmytryk decide exiliarse al Reino Unido donde rueda dos películas antes de volver a los Estados Unidos en 1950.
Su actuación parece confusa.
En 1950, un documental de un cuarto de hora, The Hollywood Ten realizado por John Berry, sale en las salas de cine y permite al público enterarse de los argumentos de defensa de cada uno de los diez de la lista negra que se habían negado a expresarlos delante de la HUAC. Excelente testimonio de una época, el documental es un verdadero llamamiento a la consciencia ciudadana del espectador. Parece ser que el mismo Edward Dmytryk tuvo la idea del documental. Sin embargo, éste acepta la sentencia de la Comisión y, después de unos cinco meses de encarcelamiento en vez de los doce decididos por el tribunal,   es liberado. Lo consigue a cambio de denunciar unos cuantos colegas suyos, entre ellos John Berry y Jules Dassin que huyen a Europa.
En 1949, se sabía que la orden de arresto había sido mandada por la HUAC para algunos profesionales comprometidos o denunciados. Cuenta el productor Norman Lloyd que Zanuck (productor de la 20 th Centuy Fox) visitó a Jules Dassin para que se marchase a Reino Unido: le había confiado el proyecto de Night in the City. Le aconsejó rodar las secuencias más caras en los estudios de Londres para que no puedan echarlo (bajo la presión de los Estados Unidos probablemente) según el propio Dassin. Otro director, Joseph Losey,  se siente aludido indirectamente y prefiere también instalarse en Europa. Notamos también que Raoul Walsh se encontró en una situación comprometida que le obligó a dejar a Bretaigne Windust firmar en su nombre The enforcer (Sin consciencia-1951).

Extensión de la Lista Negra
La segunda etapa del proceso llevado a cabo por la HUAC tiene lugar en 1951. Los profesionales del cine tenían que aparecer como testigos en un espectáculo de exorcismo ideológico. Se sabía ya con antelación quien iba a testificar de su buena fe y su rechazo al comunismo, los que estaban dispuestos a denunciar a otros, los que se negaron a hacerlo…
Las consecuencias fueron dramáticas para algunos de los que tuvieron que pasar delante de la comisión, para los que perdieron sus empleos, no sólo para los “Diez”… Señalamos en este Blog el caso de John Garfield (Ver He ran all the way de John Berry) pero también se ha relacionado la muerte de J,Edward Bromberg y Canada Lee con el asunto. Para la película de Berry citada, recordamos que Dalton Trumbo escribió el guión desde México donde se había refugiado cuando tenía que ingresar la cárcel federal de Ashland y lo firmaron Guy Endore y Hugo Butler. Después de recibir el oscar por The Btave One en 1956 con el seudónimo de Robert Rich, hay que esperar que Otto Preminger rompa el tabú de la famosa Black List y imponga el nombre de Dalton Trumbo en los títulos de crédito de Exodus en 1960.

Habrá que esperar 1954 para que el senador MacCarthy sea destituido y 1960 para que todas las listas sean suprimidas. A fin de cuentas, la industria cinematográfica, con la complicidad de unos productores, administradores de estudios, sindicatos de actores (pensamos en Ronald Reagan), medios de comunicación han podido impedir a unos actores, realizadores, actores, técnicos… trabajar, han expulsado a algunos, empujados a otros marcharse del país y sufrir el boicot de sus obras.
Jules Dassin denunció más tarde el terrible coste que tuvo el asunto en cuanto a las rupturas de relaciones entre profesionales del cine. Dalton Trumbo tuvo unas palabras generosas con respecto a este vergonzoso episodio de los Estados Unidos: “Fuimos todos unas víctimas”.


Volviendo a Edward Dmytryk, consiguió que HUAC borrase su nombre de la lista después de volver a declarar… como amigable testigo (Elia Kazan o Clifford Odets hicieron lo mismo, delatando algunos profesionales del cine).
Así que Dmytryk puede volver a rodar en Hollywood, cerrando su ciclo negro con su propia historia: el tema de la culpabilidad va dominar su obra posterior con algunos personajes presos de sus neurosis, el director intenta liberarse de sus propios demonios.

Ver en este Blog:
He ran all the way (Yo ame a un asesino-1951-John Berry)


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