El Beso del asesino 1955
Director: Stanley Kubrick Killer's kiss
Guión:
Stanley Kubrick-Howard Sackler
Música: Gerald Fried
Fotografía, Montaje,
Producción: Stanley Kibrick (Minotaur)
Actores:
Jamie Smith es Davey
Gordon
Irene Kane es Gloria Price
Frank Silvera es Vincent Rapallo
Jerry Jarrett es Albert
(the fight manager)
Mike Dana y Felice Orlandi: esbirros de Rapallo
Gloria
Price y el boxeador Davey Gordon son vecinos en un edificio miserable de Nueva
York. Ella es “ballroom hostess” o sea “chica de alterne” en un local sórdido que pertenece a Vincent Rapallo. Una
noche, después de haber perdido un combate, Davey despertado por los gritos de
Gloria, se presenta en su apartamento lo que hace huir a Rapallo que intentaba
violentarla. Gloria y Davey empiezan una relación y deciden irse juntos de
Nueva York. Celoso, Rapallo rapta a Gloria y manda a sus esbirros para que se “deshagan” de su rival. Estos se equivocan y
matan a Albert, manager de Davey…
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Después de los dos cortos metrajes, Day
of the Fight y Flying Padre en 1951, Kubrick rueda
dos años más tarde, Fear and Desire (que se salvó a pesar de haber intentado quemar
todas las copias de este primero largo metraje con un guión que no era suyo) y
el documental Seafarers (este último
encontrado casualmente en 1973). Así que se puede considerar Killer’s Kiss como su primera obra
de autor. ¿Película negra? Por supuesto: una joven en manos de unos gánsteres,
un boxeador con problemas existenciales, los celos y la venganza... ¡Qué
importan los estereotipos si, para este primer guión de largo metraje uno se
lanza en la producción, la dirección, la fotografía y el montaje en el género
negro y si, además, tiene a su lado al amigo de la infancia para componer la
música (porque la música, sí importa)!.
¿El beso
del asesino? Besos hay muchos por parte de Gloria a Dvey pero también a
Vincent Rapallo cuando se trata de calmar el acoso del jefe; en cuanto al
asesino… ¿No conviene más bien pensar que Kubrick firma esta primera obra de
autor con estos dos K de Killer’s Kiss, pequeño guiño de
autosatisfacción de un joven entusiasta dispuesto a cambiar las reglas del arte
cinematográfico? Ese es un primer
ejercicio de estilo, muy personal pero sin olvidar la suma de referencias que
pudieron alimentar su pasión por la fotografía y el cine.
¿Se puede plantear una influencia, un
lazo, entre la trayectoria
cinematográfica naciente del joven
Kubrick y The Set-Up (Combate
trucado) de Robert Wise rodada
en 1949 que acabamos de ver? No tengo elementos para comprobar si Kubrick ha
visto la película de Wise pero su arranque en el arte cinematográfico hasta sus
dos películas negras Killer’s Kiss y, al año
siguiente, The Killing (Atraco perfecto) permite un paralelismo.
En esta segunda obra, Kubrick retoma siete años más tarde el efecto
estilístico mayor que crea Wise en The
Set-Up: el respeto de la unidad temporal (Hitchcock lo había experimentado también, en acorde con el plano-secuencia único, en The
Rope (La soga-1948).
fotógrafo apasionado, su interés por el
boxeo conduce el joven Kubrick a rodar el corto Day of the Fight en 1951: no tiene relación con el poema del mismo
título de Joseph Moncure March que
inspira la obra de Robet Wise, pero la coincidencia no deja de sorprender. Más
tarde, Kubrick venderá los derechos sobre este corto a… los estudios RKO de Howard Hugues, productor de The
Set-Up (se habla de unos 4 000 dólares, con un beneficio de 100 dólares
para Kubrick, lo que da una idea de las condiciones materiales con las que contaba
el joven director para su primer proyecto).
Entre The Set-Up y Killer’s Kiss, podemos
añadir otros paralelismos como la anecdótica coincidencia siguiente: Wise tiene
35 años como su protagonista Bill Stoker (Robert
Ryan) y Kubrick 27 al igual que el personaje de Davey (Jamie Smith). Pero el tema esencial de la narrativa en las dos
películas es el amor entre una mujer y un hombre, aunque su representación difiere: para Wise,
el dúo separado por un último combate; el vacío expresa la ausencia del otro.
Kubrick responde con otro dúo que consigue tocar su partidura romántica sin intermezzo a pesar de los sucesivos combates que le
amenazan.
Notamos un punto más acerca de las dos obras:
la secuencia de la mutilación de Stoker a mano de los esbirros de Little Boy en la película de Wise y la escena del asesinato de Albert que los
esbirros de Rapallo confunden con Davey, parecen haber sido rodadas en el mismo
callejón y con esta misma luz expresionista del buen cine negro de la década
anterior. En otros planos, el fuerte
contraste de luz hace resaltar las caras y los cuerpos dentro de unos espacios
borrados por la oscuridad. El efecto se repite en diversas secuencias y
particularmente en el combate final entre Davey, Rapallo.
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¡Así hablaba Kubrick!
«Es increíble cómo a veces acabas metido en un lío al que no eres capaz de encontrar sentido, y aun así, no puedes pensar en nada más… hace tres días, justo antes de mi combate con Kid Rodríguez…» |
El flashback que abre la primera secuencia con
la voz en off de Davey en la estación de trenes permite, con sus idas y
vueltas, acompañar al protagonista mientras espera de Gloria: ¿vendrá o seguirá
en la gran ciudad? Poco más tarde, en la hora de las confidencias y del
desayuno, Gloria incorpora en este flashback de Davey el suyo propio, o más
bien: Dos. Cuenta en el primero el acoso de Rapallo, sus gritos que despiertan
a su vecino Davey. Después, cuenta la historia de su niñez, la fuerte relación
entre su padre y su hermana Iris: su voz en off acompaña un flashback casi
onírico, un baile de Iris en público en el que sólo destacan sus miembros
blancos sobre un fondo negro. El onirismo encontrado a veces en el género negro
tiene su importancia también con la
pesadilla de Davey mientras Gloria grita y pide auxilio desde el piso de
enfrente. Kubrick juega con las premoniciones que estallaran en The
Shining
(El resplandor-1980): aquí, la extraña
calle del sueño de Davey es la misma que la que va a recorrer en la realidad cuando,
más tarde, persigue a Rapallo para intentar liberar de nuevo a Gloria…
Música e Imagen
No se nada de las intenciones del joven realizador
con respecto al desarrollo de los elementos temáticos de Killer’s Kiss. Más allá
de unos cuantos índices que (¿conscientemente?) Kubrick salpica esta cinta con
probables bocetos para su impresionante futura filmografía, descubro una
presentación original de la temática. Los diálogos extremadamente reducidos,
dejan libre el espacio sonoro que va
ocupar la música con tres temas: uno
marca el ritmo de la acción, tal un cronómetro, y acentúa así el respeto de la
unidad de tiempo; por supuesto Gerald
Fried readaptará el tema musical en The Killing (Atraco perfecto). El segundo es la tensión de la acción modulada
perfectamente en su intensidad por un acompañamiento de piano jazz-salsa,
mientras el tercero corresponde al tema principal que los títulos de crédito
anuncian como Love theme from the
song “Once” by Norman Gimbel and Arden
Clar, un tema musical que puede haber inspirado a Alex North para la banda
sonora de Spartacus. Sabemos la importancia que el director da a la banda
sonora en el conjunto de su filmografía: Richard Strauss y Ligetti (2001… o Eye Wide Shut), Ludwig von… para La Naranja Mecánica, pero
sobre todo la musicalidad de su libro de imágenes con la ayuda de Haendel,
Schubert, Mozart y Bach: Barry Lyndon).
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Con la preponderancia de la imagen y la música
sobre los diálogos, Kubrick consigue transformar algunas secuencias en páginas
de comics como por ejemplo la huida de Davey atrapado con Gloria por Rapallo y
sus esbirros en una nave. Unos cortos planos sucesivos describen el fracaso de
Davey en su intento de liberar a Gloria, la trampa de la baraja que lo deja
tumbado mientras Gloria intenta sin éxito un juego amoroso con Rapallo, la cara
de Davey, la del esbirro que le vigila, sus pies, la ventana, la zancadilla, el
salto de Davey por la ventana, la caída en la calle que vio en su pesadilla…
A estos prodigios del montaje que Kubrick
maneja a lo largo de la cinta se
superpone la belleza de la imagen. Notamos el expresionismo del Blanco y Negro,
el picado mediano sobre Davey y sus
fotos en el espejo de su cuarto, exactamente igual al de Davey, frente al
espejo en el apartamento de Gloria,
explora su pasado en unas fotos; el combate de boxeo revela la
complejidad del montaje, la elección de numerosos contrapicados con un ritmo
que potencia la violencia de la lucha, la utilización de la cámara subjetiva en
la caída de Davey… la realidad cruda y dura.
Kubrick no sabe quedarse mucho tiempo en los
estudios, necesita salir. El fotógrafo capta lo intempestivo: por ejemplo el
cartel que anuncia el combate de Davey Gordon con Kid Rodríguez vuela, aterriza
en la acera, alguien lo pisa, otro cartel pegado en el escaparate del barbero… Crea
lo intempestivo en la narrativa: la interrupción de los dos chavales jugando
con la bufanda de Davey, lo que le salva la vida… Visita la ciudad, pasea por
las calles de noche, se para delante de los escaparates, fotografía unos
pasteles en un escaparate, edificios,
azoteas y tejados. Hasta cuando Gloria y Davey se preparan a vivir su primera
noche de amor, Kubrick prefiere salir para ver la puesta de sol sobre
Manhattan…
Las dos formas
Puerta de entrada del dancing de Rapallo, al lado de una tienda de moda |
Puerta y escaparate
El espacio
sonoro liberado por la ausencia de diálogos permite al dúo Música-Imagen expresarse con más
intensidad y, con el acompañamiento de los tres temas musicales, la imagen
despliega su propia narrativa a partir de dos formas: una puerta de dos hojas,
un escaparate de ropas. Claro, una puerta es una puerta, un escaparate es un
escaparate.
Sin embargo, la imagen aparece a media cinta,
llama mi atención: la puerta del dancing contiguo a un escaparate con
maniquíes. Desde el momento en que nos olvidamos del sentido real
de las cosas, una puerta de dos hojas,
un escaparate con maniquíes, la
imagen pierde el saber de estas cosas: representa unas formas vaciadas de
sentido. Las formas (los dos rectángulos verticales de las hojas de cristal de
la puerta, los cuerpos en el escaparate de la tienda de moda) se llenan
entonces de unas nuevas significaciones. Maniquíes o… cuerpos domados,
robotizados. Dos cristales verticales o dos objetos, dos humanos emparejados, acoplamientos, dos
luchadores…
La imagen interpela, pero la puerta, el escaparate… no pierden del todo su sentido original. Sin
embargo, la forma Cuerpo y la cifra Dos
consiguen alienar este sentido general, me
han transmitido una señal: la señal de una historia posible; se presenta como
una confidencia, una complicidad conmigo (Ver Roland Barthes-Mitologías). Ahora está claro: La mitad de la
cinta ya pasada notifica la presencia de estos signos de la paridad y de los
cuerpos dominados. La mitad siguiente confirma la fuerza de la señal: los dos
esbirros en contrapicado han cumplido con su deber; el duelo entre Davey y
Rapallo se vuelve inaplazable, último combate en simetría con el combate de boxeo
al principio de la película; el dúo amoroso puede seguir tocando su partidura y
emprender su escapada. Tomamos un huevo con jamón y nos
despedimos de la gran ciudad… dice la voz en off de Davey antes de verle ir
a recoger las maletas al apartamento. Se despide del pez en el acuario… y tira
las llaves de su habitación.
Cuerpos y dúos
Cada forma recorre la película, propaga su
onda con una frecuencia propia. La onda de los cuerpos se cruza con la onda de
los pares. Las dos ondas interfieren, se
separan de nuevo… portando sus dos formas en armonía con el tema musical. Esta lectura de la imagen podría ser, a fin de
cuentas, bastante evidente cuando se trata de película de boxeo. Sin embargo, Robert
Wise la trata sin insistencia en The ¨Set-Up (Combate trucado) mientras Robert Rossen ni siguiera consigue plantearla
a pesar del título en Body and Soul (Cuerpo y Alma).
Para ser más precisos, recordamos algunos
planos. A lo largo de su recorrido
ondulatorio por Killer’s Kiss de estas dos formas que llaman mi atención,
Kubrick da una o más significaciones. La primera va cargar con la materia densa
de la manipulación y la posesión de los cuerpos, pero también con la
afectividad y el deseo en el acercamiento;
la segunda organiza la paridad de
estos cuerpos.
Amour
fou y ternura romántica de dos huérfanos marcados por
el pasado: dos jóvenes perdidos y explotados en la gran ciudad, sueñan con la vuelta al campo, el
rancho del tío George cerca de Seattle…–un sueño que no
consiguiera realizar Stanley Hayden en The killing. Para Gloria y Davey la revelación del amour fou pone inmediatamente en
evidencia la necesidad de una salida urgente del sistema de manipulación y
sometimiento de los cuerpos a los intereses o deseos de dominadores organizada.
Dos combates entre dos hombres están separados
por la relación de pareja Davey-Gloria. Esta nos ofrece una serie de imágenes
dobles: en los espejos, pero también la pareja Davey-el pez en el acuario, el
tío George y la tía Grace, la pareja Gloria-muñeca de trapos, un marco con dos
fotos (el padre de Gloria y Iris, su
hermana) … y sobre todo: las dos ventanas
cara a cara de cada lado del patio interior, las dos escaleras idénticas que
les permiten comunicarse por la azotea para juntarse lo antes posible.
Gloria mirona: la música es el tema romántico principal, (que recordaremos en Spartacus de Alex North). |
Desde la ventana,
Gloria observa a Davey en la ventana de enfrente: mirona, mientras
él se viste… Kubrick insiste: deja al movimiento esquivo de la mano de Gloria
sujetando la taza de café un signo ambiguo de inestabilidad; lo amplifica con la posición fija de la cámara
durante unos largos segundos; una translación inaprensible en esta prolongación
de la inmovilidad nos lleva a agarrarnos a su insistencia óptica más que a su
significado. Ese aparece en el plano siguiente: Gloria deja de mirar, bebe su
café… el deseo ha nacido.
Davey mirón |
Después de su combate contra Rodríguez, nos
encontramos a un Davey mirón, escondido
en la oscuridad mientras ella se desviste, , habla distraído por teléfono con
el tío George. El juego de las dos ventanas y de las dos escaleras sigue hasta
que los dos mirones se juntan en el patio de entrada del edificio y se van,
cada uno por su lado…
Cuerpos de mujeres en venta para un baile en
el Partners Dancing, GIRLS HOSTESSES dirigido por Rapallo.
Cuerpo de Davey preparado antes de lanzarlo al combate… Las parejas hombre-mujer
bailan, Gloria y Rapallo, las siluetas de Gloria y Albert destacadas en las dos
hojas de la puerta del dancing, dos esbirros, dos payasos en la calle… y la
soledad, el vacío dentro de Gloria, el aburrimiento de Davey después de haber cumplido la función que la
estructura organizada impone…
Dos hombres, Davey Gordon y Kid Rodríguez,
cuerpos adiestrados, robotizados al servicio de unas reglas y una
técnica, se lanzan en un combate de boxeo… Más cuerpos, bailarina autómata,
muñeca… preparan la secuencia-shock
final del escándalo de los cuerpos troceados. Dos hombres, Davey y Rapallo,
sacan la fuerza bélica que les traslada unos milenios atrás, al inverso
de la primera secuencia de 2001… y con el hacha de The
Shining en un almacén de
maniquíes: .piernas saltando, manos tambaleando, tetas volando, pinchadas por
el arpón, cortadas por el hacha… En esta secuencia, Kubrick maneja también la ambigüedad: hace
aparecer los cuerpos alineados de pie, final sin dar una representación directa
de la lucha final entre Davey y Rapallo
sino una introducción progresiva al escándalo de la lucha. La aparición fuera
de contexto de los maniquíes da una sensación de retraso, de desfase, al
belicismo: al shock inicial de la imagen
se sustituye el humor de las imágenes siguientes en las que resalta lo grotesco
de la violencia, plasmada esencialmente
en la cara de Rapallo. El ritmo
de marcha que Gerald Fried retomará en The Killing se hace más militar, con trompetas y
tambores: Path of Glory y Full
Metal Jacquet no está muy lejos. En la estación de trenes, Davey esperando a Gloria: Mandé flores a la viuda de Albert… Pasan unas monjas…
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Gloria y Davey: Al principio de la escapada |
En el
libro '50 años de cine norteamericano'
Bertrand Tavernier y Jean-Pierre Coursodon destacan que "Uno de los rasgos originales y
muy personales deShadows es su obstinada negativa a
enunciar la temática. Nunca se podrá decir sobre qué es una película de
Cassavetes, sólo que es sobre personajes". Y añaden, "Cassavetes quiere superar el
simple efecto de realidad para alcanzar, por así decirlo, la realidad misma. Y
justamente porque se aproximó de forma absolutamente convincente a esta
ambición a la vez simple y grandiosa, es a menudo considerado, todavía hoy, un
improvisador".
Improvisación
a medias cuando descubrimos las innovaciones aportadas en Killer’s Kiss al enunciado de la temática: en vez de
utilizar las formas al servicio de un
estilo u de un puro formalismo, Kubrick las maneja para dar todo su relieve
a las motivaciones profundas que marcan
la fuerte realidad de su obra. Frescura de los movimientos
de cuerpos en las calles, el amour fou
y lo intempestivo, destreza y arte en el
manejo de las formas elegidas: después de Detour de Ulmer (1945), Nicholas Ray (They live by night-1948)
Lewis (Gun Crazy-1950), y antes de Cassavetes (Shadows-1958) y Godard (Al final de la escapada-1960),
Kubrick entrega con esta primera película negra una materia esencial a los
cimientos de una nueva visión cinematográfica.
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algunos planos: Cuerpos
Los cuerpos |
Venta de cuerpos para un baile… o más en el Partenrs Dancing |
Preparación del cuerpo del boxeador Davey Gordon |
Violación del cuerpo: Gloria y Rapallo |
Cuerpo robotizado: Iris, hermana de Gloria |
algunos planos: Dúos
Espejo: un ejemplo de reflejo entre unos cuantos |
Dúo en gestación Gloria Davey |
Dúo Davey- Pez en el acuario |
Dúo Gloria – Muñeca |
Dúo Padre y hermana de Gloria |
Dúo Gloria y Albert en la puerta del dancing: no se conocen pero esperan al mismo hombre, Davey |
Dúo esbirros de Rapallo |
Dúo combate Davey vs Rodríguez |
Dúo combate Davey vs Rapallo |
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