A propósito de "Funny games" 1997
Haneke, antes de cocinar, limpia el espacio: ni los efectos de estilo de "La naranja mecánica" ni los efectos de la moda "Kill Bill". Sobrio y nítido, prepara su receta.
Ingredientes
Sofás, tele, casa particular, chalet…pareja con hijo bueno -¿bueno?- madre con hija mala -¿mala?-. Memoria oculta -de las que inventan una conciencia moral para ocultar su complicidad con un terror de sistema-. Productos de calidad, biológicos: pulsiones, nervios a flor de piel.
Y la especia, el condimento: el Otro, alienígeno, exótico.
Utensilios simples
Ccuchillo de cocina para la ama de casa cumplida, palos de golf para el jefe de familia responsable –no hacen falta las estatuas fálicas de Kubrick ni las katanas de Tarantino-.
PreparaciónCortar los nervios sensibles, romper los huesos y sacar el tuétano; sangre coagulada para una improbable morcilla, y sobre todo huevos, muchos huevos…
SalsaLa salsa Cultura es la especialidad de Haneke. Los conciertos de piano en los salones privados de los nuevos (aristo)cratas que ofrece "La pianista", las emisiones literarias pedantescas y los editorialistas chistosos de "Caché" o en "Funny games" la competición musical de los aficionados de la música enlatada, enlatados en su coche, aislados de «la musika que le espera». La cultura, que recorre el camino que va de los modales a la supervivencia, pasando por el miedo, la otra cara del terror.
Tiempo de cocción
El secreto de la buena cocina. El secreto de Haneke, de los largos plano-secuencias y de la cámara fija o los lentos travellings: el poder de la representación, de la representación en la representación… ¿Qué vemos: un teatro de marionetas, un telefilme, o es un mueble de tele, la película como mueble?
Haneke no nos confía el mando a distancia; lo tiene el protagonista para «un auto mando a distancia cero»: ¿qué pasa con el tiempo de cocción para que la receta funcione? Ya no es el tiempo de la música: ha llegado el tiempo de lo virtual-real-actual, el tiempo de la pantalla sangrienta acumulando los cadáveres a sus pies.
La mesa está servida. Una buena digestión está garantizada con una respiración profunda al ritmo de las secuencias. ¡Buen provecho!
Memento