27.4.10

Cine de nuestro tiempo




La serie producida por el canal de televisión Arte entre 1984 y 2006: Cinema de nôtre temps nace de un proyecto de André Bazin, teórico y crítico de cine y fue realizada por su mujer y el cineasta André S. Labarthe en los años 60. El proyecto de Bazin es una aplicación de la "politique des auteurs" –reivindicación esencial de una política de autores, para conseguir el estatuto que le corresponde a los directores de cine en la autoría de una película, y reconociendo los derechos de autor sobre el producto cinematográfico reivindicación que va tener su momento histórico en el Mayo 68.

Los documentales dan la palabra a cineastas como Buñuel o Renoir, que han realizado películas reconocidas internacionalmente desde los años 20 o 30, y a nuevos cineastas; estos últimos han filmado a los de la generación anterior en algunos de estos documentales. Esta serie pone así en relieve el mismo grado de reflexión, de inquietudes, de dificultades que conlleva el proceso creativo de autores de películas que han realizado sus obras en regiones y épocas distintas.



Antes de comentar algunos de los documentales de Arte relativos a directores de cine europeo, volvamos sobre el promotor del proyecto Cineastes de nôtre temps, André Bazin, con esta cita suya:



Le cinema substitue à nôtre regard un monde qui s’accorde à nos
désirs
.[1]

En la década de los 40 del siglo XX, Bazin aparece como un crítico de cine vanguardista: más allá del análisis de la naturaleza de la imagen, Bazin plantea la pregunta sobre la función del crítico. Las películas son analizadas en esta época desde el aspecto anecdótico, y Bazin reprocha a la crítica cinematográfica su falta de opiniones y juicios sobre la materia misma del cine: calidad de la fotografía, de la escenografía, de la utilización del sonido, del montaje… «Ya es tiempo de inventar una crítica cinematográfica en relieve» dice Bazin desde sus primeros artículos.
Sus artículos sobre Chaplin y Welles le dan fama internacional[2]. La "joven crítica" ha nacido, y también la llegada a la industria cinematográfica de jóvenes realizadores dispuestos a arriesgarse para producir con sus propios medios –aunque había precedentes en la historia del cine de los años 20 y 30 (Buñuel, Renoir…)–.
Diez años después de la joven crítica, los productores, por fin, van a practicar la "política de los autores" y toman conciencia de esta verdad: una película vale lo que vale el que la rueda. Por fin una película se identifica a su autor y su éxito no se debe a la suma de diversos elementos –buenos actores, buen guión, buen tiempo– sino que depende de la personalidad del único que manda; el talento se cotiza y como me decía un productor: "no cuesta nada y puede reportar mucho".[3]
Esta política de los autores se ilustra particularmente en los documentales que conciernen a Jacques Rivette, uno de esta "nueva ola", André Téchiné y Philippe Garrel perteneciendo a la ola siguiente. Pero antes, hablaremos de una pareja de dinosaurios que las olas han sepultado bajo la arena.


[1] podemos traducir esta cita de Bazin por: «El cine sustituye en nuestra mirada (el mundo real) por un mundo acorde con nuestros deseos».
[2] En 1950 escribe su primer libro Orson Welles y hará una segunda versión en 1958 después del estreno de Touch of Evil (Sed de mal). El libro será publicado en New York en 1972 (Orson Welles, a critical view by André Bazin) y será reeditado en 1978 con una larga introducción de François Truffaut.
[3] TRUFFAUT, François Le Plaisir des Yeux Cahiers du Cinema (Petite bibliothèque) 2000, p.18