28.3.11

Fukushima: un enfado

EL ESPIGADOR


Estoy enfadado, de estas iras que uno siente justas porque salen de las tripas. La utilización que suelo dar a este Blog se corresponde más con el tiempo de la reflexión que con el instante de la actualidad. Pero, a veces, la fuerza emocional, que se despierta frente a las circunstancias, quiere expresarse con el calor de la espontaneidad.

Se puede leer en los diarios


En medio de una avalancha de informaciones contradictorias, elijo éstas:
-quince días después del accidente, leo que la situación es volátil en Fukushima, seguido de esta descripción poética «con emisiones periódicas de gases, humo y radioactividad» (El País 25 de Marzo) sin más detalles.
-El Mundo con este título sensacionalista de “Mendigos, esclavos nucleares en Japón”,  hace un reportaje escalofriante sobre los mendigos del parque de Tokio reclutados como “limpiadores” por  los Yakusa, mafia japonesa. El Mundo sabe, como cómplice, que nosotros somos los mendigos que reciben las migas de los beneficios de un sistema económico, del cual la industria nuclear es parte. Somos los esclavos de una energía que se ha vuelto la droga de una civilización.

Con una descripción que se pretende dramática, por ejemplo con una frase como esta: « Durante más de 30 años Kenji Higuchi[1] ha entrevistado a decenas de víctimas de las centrales nucleares, documentando sus enfermedades y viendo cómo muchas de ellas agonizaban, postradas en sus camas, antes de morir», el artículo da una información sensacionalista (“gitanos nucleares” japoneses son estos nómadas limpiadores) y confusa: la mafia trabaja  ¿para Toshiba, panasonic, hitachi? Es lo que dice el artículo lo que no deja de sorprenderme ya que es Tepco[2] la que explota Fukushima.
 Este periódico, uno de los portavoces del liberalismo y de la privatización del sector público, ridiculiza la seguridad japonesa para poner en relieve la seguridad de las centrales españolas. por supuesto, en ningún momento pone el acento sobre el riesgo de dejar en mano de compañías privadas un servicio público tan sensible en cuanto a la seguridad del planeta. No es de extrañar que los especialistas españoles informados por El Mundo de la situación en Japón se queden boquiabiertos.

 Una política empresarial a corto plazo
Los media convocan a los expertos enviados por las instituciones o las compañías eléctricas… En el primer día después del accidente, un catedrático en física nuclear nos explica con detalles, en el canal de la televisión pública, la situación, templando su discurso con la descripción de los filtros que protegen el exterior de la radioactividad, cuando lo que está describiendo es un accidente de fusión del núcleo, con salas de mando fuera de servicio, lo que significa que no se puede controlar el funcionamiento de los filtros.
 En el mismo canal, la presidente de la comisión de seguridad nuclear nos hace creer que las explosiones de hidrógeno son sin acción directa sobre el confinamiento del reactor sin hablar de su acción sobre la piscina que emitirá estos rayos gamma tan peligrosos para los que tienen que intervenir.

Todos los países en posesión de centrales nucleares admiten la gravedad del accidente con cuentagotas, a regañadientes, con la voluntad evidente de proteger, ante todo,  su industria nuclear de las consecuencias tanto económicas como simbólicas del evento. Se tranquiliza a los ciudadanos diciendo que «eso no puede pasar aquílas centrales son muy seguras… todas las medidas serán tomadas para controlar los niveles de seguridad…».
Estos países hablan de sacar de Fukushima una enseñanza y revisar las condiciones de seguridad. Acaso ¿las más de cien que están funcionando en Europa no están seguras? Se habla de la nueva generación de reactores como más segura en caso de accidente de fusión del núcleo. Se trata de una falsa publicidad ya que se decía lo mismo de la generación anterior y,  además, quita credibilidad en cuanto a la seguridad actual…
un partido que aspira a gobernar España –con una impaciencia llamativa que sería patética y ridícula si no se tratara de una irresponsabilidad frente a la guerra económica que golpea a su país  –toma una posición cobarde frente al problema de las centrales nucleares: son los técnicos quienes  tienen la palabra, los políticos harán lo que dicen los técnicos.

Dejo esta polémica estéril debida a mi enfado.


Intentemos:
-informarnos lo mejor que podamos
-acercarnos al problema de las centrales nucleares y de las intervenciones en caso de accidente,
-abordar el problema político que conlleva la elección de las fuentes de energía y el modo de sociedad asociado, a pesar de lo que dicen los defensores de las privatizaciones y del liberalismo salvaje.


Publico una página con más información sobre estos temas: Ni Pika ni Don


--------------------------------------------------------------------------------
[1] El reportero que parece haber sido entrevistado por el periodista de El Mundo
[2] Tokio Electric Power Compagny