Lo que nos descubre Clouzot es "la pintura", es decir un cuadro que existe en el tiempo, que tiene su duración, su vida y algunas veces su muerte… No hay un trazo ni una mancha de color que no parezcan como rigurosamente imprevisibles. Imprevisibilidad que supone la no explicación de lo compuesto por lo simple: todo el principio del film en tanto que espectáculo e incluso, más precisamente, en cuanto "suspense", se mantiene sobre esta espera y esta perpetúa sorpresa.
Las fases intermedias no son realidades subordinadas o inferiores, como un encadenamiento hasta una plenitud final. «Habría que mostrar los cuadros que están debajo de los cuadros» dice Picasso. Se ve con claridad que la noción de cuadro se subordina a la noción más amplia de pintura de la que el cuadro no es más que un momento. Y en el mismo Picasso es sabida la importancia de las "series". Pero tan sólo el cine podía resolver radicalmente el problema; pasar de las groseras aproximaciones de lo discontinuo al realismo temporal de la visión continua, permite ver al fin la duración misma. Es la tela que existe previamente como pantalla que basta fotografiar en su duración real.
Dossier André
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