14.11.11

Cine y pintura: Resnais y Van Gogh

 
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 Dossier André Bazin

Alain Resnais: "Van Gogh" (1947)




En los films sobre pintura, la materia prima es la obra ya supremamente elaborada del pintor: la realidad de Alain Resnais con Van Gogh no es en absoluto el tema del cuadro, sino el mismo cuadro, como la de Bresson era el texto mismo de la novela. Pero la fidelidad de Resnais, que es en principio y ontológicamente una fidelidad fotográfica, no es más que la condición previa de una simbiosis entre el cine y la pintura. Los films sobre pintura se añaden a los cuadros, prolongan su existencia, les permiten desbordar el marco pero no pueden pretender ser el mismo cuadro. Estos films parten de la negación de lo que fundamenta la pintura: la circunscripción en el espacio por el marco y la intemporalidad. Precisamente porque el cine, como arte del espacio y del tiempo, es lo contrario de la pintura, puede añadirle algo. Contradicción que no existe entre la novela y el cine, que son los dos artes del relato, ya que no se puede decir que la imagen cinematográfica es inferior en su esencia a la imagen evocada por la escritura.

El marco
El espectador cree tener ante los ojos la realidad pictórica, cuando en realidad se le fuerza a verla según un sistema plástico que la desnaturaliza: por el color o el blanco y negro, por el montaje que reconstruye una unidad temporal horizontal, geográfica, cuando la temporalidad del cuadro se desarrolla geológicamente en profundidad. Sobre todo, la pantalla destruye radicalmente el espacio pictórico. La pintura se opone a la realidad misma y sobre todo la realidad que representa, gracias al marco que la rodea.
El marco subraya la heterogeneidad del microcosmos pictórico con el macrocosmos natural en el que viene a insertarse. El marco constituye una zona de desorientación del espacio: al de la naturaleza y al de nuestra experiencia activa que marca sus límites exteriores, le opone el espacio orientado hacia adentro, el espacio contemplativo, abierto solamente sobre el interior del cuadro. Todo lo que la pantalla nos muestra hay que considerarlo, por el contrario, como indefinidamente prolongado en el universo: el marco es centrípeto, la pantalla centrífuga. El cuadro se encuentra afectado por las propiedades espaciales del cine, participa de un universo pictórico virtual que le desborda por todas partes. Resnais trata el conjunto de la obra de Van Gogh como un único e inmenso cuadro donde la cámara se desplaza libremente.

Aporte del cine
La justificación del parecido ha constituido el malentendido realista por el que el profano cree poder entrar en el cuadro. Lo que parece decisivo en los ensayos de Resnais, y también Pierre Kast… es que han conseguido "solubilizar" la obra pictórica en la percepción natural y no se necesita ni cultura ni iniciación para gozar de la pintura impuesta por las estructuras de la imagen cine como un fenómeno natural.
El cine no desempeña en absoluto el papel subordinado y didáctico de las fotografías o de las proyecciones fijas. Estos filmes son obras en sí mismos. Su justificación es autónoma, es un ser estético nuevo dando e la conjunción de la pintura y del cine.
La cámara habiendo entrado "en" los cuadros, podría pasearnos por ellos según una cierta duración descriptiva o dramática; pero la verdadera novedad es de orden espacial y no temporal. También el ojo analiza y emplea tiempo, pero las dimensiones del cuadro y sus fronteras le recuerdan la autonomía del microcosmos pictórico cristalizado para siempre fuera del tiempo.
Dossier André Bazin continua...  

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