Esta página pertenece al Dossier CINE NEGRO parte III: En el corazón del cine negro
Dossier Otto Preminger
Cara de Ángel (1952)
Dirección: Otto Preminger
Guión : (en),
"Murder story", del escritor Chester Erskine, no convence a Preminger que
confia el guión à Oscar Millard
y Frank Nugent, que ha firmado por John Ford los
guiones de sus películas más famosas en la fecha . Ben Hecht aunque no acreditado, participa en su
redacción.
Música:
Dimitri Tiomkin compone un tema extraño,
profundamente romántico que revela Jean Simmons, en nuestros ojos y los de Robert
Mitchum desde la primera secuencia.
Fotografía : Harry Stradling Sr.
Que ha firmado las fotografías de Sospechas (Hitchcock-1939) entre
otras numerosas películas y, un año antes de Angel Face, el excelente
trabajo de Un tranvía llamado deseo (Elia Kazan-1951).
Actores:
Jean Simmons : Diane Actriz de cine desde los
cinco años, tendrá una carrera cinematográfica
de 64 años
Robert Mitchum : Frank Su aportación al cine negro la encontraremos
en este Dossier con Out of the past (Retorno al pasado-Jacques Tourneur-1947)
Herbert Marshall : Charles Tremayne, padre de
Diane Ha trabajado en Theletter (La carta-William Wyler-1940) tratada en este Dossier. Con Hitchcock,
recordamos Murder (1930) y Foreign Correspondant (1940-ver también en este Dossier).
¿Un melodrama romántico?
Se puede ver a Angel face como un melodrama totalmente previsible: la historia
de una joven que quiere asumir su
destino…
…en oposición con los modales de un padre
querido y una madrastra rica, odiada
hasta el punto de quererla ver muerta desde la primera secuencia, mientras toca
el piano. Nos preguntamos: ¿qué está pasando detrás de esta cara de
ángel vacía de cualquier expresión?
¿Qué
espera de este hombre mayor, simple celador pero excelente conductor de coches,
para ofrecerle tantas facilidades para realizar sus proyectos cuando acaba de
darle una bofetada?
¿Qué hace que nos
quedemos clavados a la butaca?
¿Es el
estilo elegante de Preminger cuando nos
habla de una sociedad estadounidense aburrida?
¿Es el drama psicológico de una niña marcada por la muerte de una madre
en un bombardeo durante la Guerra mundial?
¿Es la condena implacable de un ser frágil por una sociedad demasiado
cerrada como para escuchar y comprender los dramas interiores?
¿Cine negro?
La primera escena (llegada de la ambulancia e investigación en la mansión
después del accidente de la madrastra)
es la única que contiene algunos de los elementos que constituyen el
CINE NEGRO. A partir de las escenas siguientes dentro de la misma primera
secuencia, entramos en un territorio extraño, que tiene, por momentos, una
atmosfera onírica.
Es un sentimiento de
fatalidad que se impone a lo largo de la película que da la marca del género a esta obra tan
particular de Preminger: se nos queda para siempre grabada en la memoria
la cara de Jean Simmons. El espectador se queda enganchado, siguiendo el hilo con el que Diane teje la
trama de un puro cine negro. Cada
secuencia, cada etapa de la trama es una nueva maquinación diabólica creada por
su bonita pequeña cabeza.
Jean Simmons sabe fijar su mirada en la
nada: está preparando el próximo golpe, como en estas partidas de ajedrez que
jugaba con su padre querido, su pareja verdadera que sólo la muerte puede
separar.
De los planes que va elaborando sobre la marcha, ella sabe aceptar hasta las
últimas consecuencias. Diane Tremayne no acepta ningún compromiso. También sabe fungir. Le ayuda la melodía romántica que toca al piano como la que silba, antes de
matar, el protagonista de Scarface
(Howard Hawks-1932-producido por Howard Hugues quien presenta a Angel face y
también con un guión de Ben Hecht). Es su línea de fuga, su forma de quitarse
la culpa. cuando se invita lo imprevisible al juego de masacres, Diane
asume y cambia las reglas:
será la
culpable que quiere salvar a su cómplice –que no lo es. Es negro, mucho más que
Laura,
en este mundillo de los modales que tapan los sentimientos más oscuros. Preminger trabaja la narración elíptica,
pasando deprisa sobre todo lo que es previsible –ver la secuencia del juicio.
Es
evidente que lo que interesa más al director son las pausas calmas de un
pequeño monstruo a quien devoran sus pasiones y que agota lo posible. Esta cara
de ángel llegará a vaciar la pantalla. Ángel exterminador, Diane no tiene la misma vocación que el ángel de Teorema
de Pasolini: no deja a esta sociedad ninguna solución posible y, de paso, se
destruye a ella misma.
Algunas secuencias
La bofetada: La madrastra ha
sobrevivido a la salida de gas en su dormitorio- Frank le da una bofetada para
calmar su ataque de nervio-Diane le devuelve la bofetada-Frank: "la
próxima vez no pegue tan fuerte"- está conquistado y ella lo sabe: ya no
lo dejará hasta la muerte
Una bruja Frank no se deja
engañar por el juego y las mentiras de
Diane… … no es un ser débil pero el
embrujo que ejerce Diane no le permite tomar la decisión de la ruptura. Desde
el principio, Diane le avisó que es una
pequeña bruja.
Crimen musical como siempre, Diane se muestra alegre y dispuesta a ayudar-
ha preparado su golpe. -Se siente al piano, la melodía se transforma en una fuga
y la cámara vuelve a ella
Como un fantasma: anda por la
casa, descubre el vació que ha creado. Está ya en un más allá-intentará una vez
más llenar este vacío salvando a Frank,
sin conseguirlo… pero nada ni nadie se le puede escapar.
La última copa de champán… Frank
se enfada cuando Diane arranca (derrama champán). Ella lo mira, se queda
pensativa y se lanza en marcha atrás- Caída sinfónica
Último plano la sensación de
vacío, del agotamiento de todas las tensiones y las pasiones vividas en la
mansión de los Treymane, se traducen por este silencio a la llamada del claxon
del taxi que Frank ha llamado. Un golpe…
seguido por dos golpes… y la
música responde con el tema sinfónico: respuesta fantasmal.