Casada con un comunista 1949
Director: Robert Stevenson
T
Guión: Robert Hardy Andrews /Charles Grayson (relato)
Música. Leigh Harline
Fotografía: Nicholas Musuraca
Montaje: Roland Fross
Producción: Jack J.Gross RKO
Actores:
Robert Ryan es Brad Collins/ Frank Johnson Ver Filmografía en el Blog) |
Thomas
Gomez es Vanning Filmografía cine negro: empieza en el Cine Negro con el papel del
Inspector Burgess en Phantom Lady (La dama desconocida-Robert Siodmak-1944); siguen: Johnny
O’Clock (Robert Rossen-1947), Ride the Pink Horse (Persecución en la noche-Robert
Montgomery-1947), A doublé life (Doble vida-George
Cukor-1947), Key Largo (John Huston-1948), Force of Evil (La fuerza del destino-Abraham
Polonsky-1948), The woman on Pier 13 (Casada
con un comunista-Robert Stevenson-1949), Macao (Joseph von
Sternberg/Nicholas Ray-1952),
Laraine Day es Nan Lowry Collins La hija de Herbet Marshall
en Foreign
Correspondant (Alfred Hitchcock-1940) trabaja poco para el cine negro
con Fingers
at the window (Charles Lederer-1942),The Locket (La huella de un recuerdo-John
Brahm-1946),
Janis Carter es
Christine Norman Filmografía cine negro: The power of
the Whistler (Lew Landers-1945), Night Editor (Henry
Levin-1946), Framed (Richard Wallace-1947 con Glenn Ford), I
love trouble (S.Sylvan Simon-1948),The woman in Peer 13 (Robert
Stevenson-1949)
John Agar es Don Lowry en su única contribución al cine negro |
He
seguido recientemente el hilo conductor de Lee J.Cobb: me llevó del mercado de
verduras y frutas de Frisco con Thieves’Highway a los talleres de
costura bajo la influencia de un sindicato comunista en The garment jungle y
pronto pasará por la vida de casinos de Johnny O’Clock donde Dick Powell tropieza
con Thomas Gómez. Su voluminosa
silueta imponente se volvió familiar desde su aparición en el papel del
inspector Burgess que, sabiendo que no tiene ninguna posibilidad de atraer a la
bella Ella Raines, secretaria del arquitecto Alan Curtis, la deja conducir la investigación que permita
levantar las acusaciones contra su jefe: hablamos de Phantom Lady (Robert
Siodmak-1944).
Ahora el Blog se bifurca en la dirección de Thomas Gómez, actor poco conocido a pesar de haber sido un
interprete muy relevante en el cine negro, destino que comparte con numerosos
actores de los que mencionamos “la filmografía cine negro” como Sam Levene, Jack
Elam, Jay Adler,Wallace Ford, Jay
C.Flippen, John Kellogg… Con The woman on Peer 13 volvemos a
encontrar a Gómez, esta vez en el papel de Vanning, jefe de la antena local del
partido comunista: así pasamos de la apología del sindicalismo izquierdista en
la empresa de pret-a-porter de Lee J.Cobb a la propaganda anticomunista, y del
frío y calculador socio de Johnny O’Clock en 1947 a “Curly” el segundo de Edward G.Robinson en Key
Largo, o Vanning, dos años más tarde,
sin que Thomas Gómez nos ofrezca su
cara amable desde 1944. Esperaremos hasta Force of evil de Abraham Polonsky
(1948), en la que Gómez da lo mejor de
su capacidad interpretativa.
Unos
peligrosos “agentes soviéticos” están dispuestos a chantajear y, si necesario,
torturar y matar para defender la causa comunista: no es un nuevo James Bond,
sólo unos miembros del partido comunista de San Francisco retratados por un
Hollywood metido en el fango maccartista. En el blanco de la propuesta de esta gente:
Brad Collins, self-made man que ha pasado del rango de descargador
de barcos-cuando todavía se llamaba Frank Johnson – a vicepresidente de una
compañía marítima de San Francisco: el perfecto ejemplo del neoliberal en el
mundo globalizado. Recién casado con Nan
que en realidad lo conoce bien poco, Brad ve reaparecer a Christine Norman con quien ha tenido una
aventura de juventud, mujer
exageradamente celosa que le va recordar un pasado común… en el partido
comunista. No sólo ella: Thomas Gómez /Vanning entra en el juego con un
chantaje a Brad / Frank.
Este último, en la loca
e inconsciente etapa juvenil del proletario dominado, firmó un papel donde
reconocía su implicación en un crimen. Para Vanning, jefe de la célula local
del partido, con unas practicas mafiosas
– que la película considera alegremente como sinónimas de comunistas –, es el momento de presionar a este influyente
ejecutivo, ya que van empezar las negociaciones entre dirección y sindicatos en
las compañías marítimas de la ciudad. Pero las presiones se ejercen también del
lado de Janis que intenta atraer –físicamente y políticamente – al cuñado de
Brad, el joven hermano de Nan, más fácil de manipular. Lo que provoca todavía
más sufrimiento a Nan, cumplida ama de casa, que intenta disimular sus temblores cuando oye
la palabra comunista. Tendremos una secuencia
divertida cuando esta bonita morena del Tea
Party se encuentra con la rubia sobreexcitada del partido demoniaco que pervierte a su hermano
inocente –éste pagará muy cara su imprudente relación con Janis y el partido –
y una lucha final entre Brad –que debe intentar su redención si
quiere seguir contratado por Hollywood –y unos malos malísimos mafiosos soviéticos: solo contra todos,
Robert Ryan, siempre heroico –pero esta
vez no le sirve de nada intentar arrepentirse de su culpa, a pesar de la defensa que le ofrece su mujer Nan: se ha
comprometido demasiado con el diablo –, nos permite descubrir un nuevo villano
en la industria del cine negro: William Talman, el asesino a sueldo del partido
al que la grande Ida Lupino echará el ojo en 1953 para que interprete al
tremendo psicópata de la carretera en The Hitch-Hiker, único film negro
rodado y producido por una mujer que se había ejercitado el año anterior con On a
dangerous ground, aprovechando la enfermedad del director Nicholas Ray.
Mientras los estudios RKO intentaban arrancar
de nuevo la publicidad de I Married a Communist, título que
creaba cierto rechazo en el público, cambiándolo por Beautiful but Dangerous o
el definitivamente elegido y más conforme a una publicidad de cine negro: The woman of Peer 13, en España el
título Casada con un comunista no
provocó tantos problemas de consciencia ni en el ministerio de propaganda ni en
el público. Al día de hoy, un título como Casada
con un comunista define más bien un objeto de curiosidad, el testigo de una
época turbia, paranoica. De todas
maneras, en esta época fuertemente politizada en los Estados Unidos y unos
cuantos países de Europa, el hecho de disfrazar una propaganda descarada con un
divertimiento, aunque tenga todos los ingredientes del cine negro, no puede
fácilmente engañar al público. Vimos en este Blog el tratamiento que da el cine
negro a la ideología no necesariamente derechista de los Estados Unidos sino
más bien imperialista durante y al finalizar la segunda guerra mundial, con unos temas que vanagloriaban a las
instituciones: Servicios secretos, FBI,
Ministerios (en particular Tesoro con T-men- ver las películas de Hathaway
o Anthony Mann por ejemplo). El enemigo, claramente identificado como alemán en
los años 1940-45 se transforma con la posguerra en enemigo interior que tendrá
un nombre en la época de la guerra fría con la Unión Soviética y, por
supuesto, durante los años del maccartismo como es el caso de la película de
Robert Stevenson. El génesis de The woman on Peer 13 explica las
debilidades de una obra, por culpa de la voluntad de unos cuantos para imponer al
arte cinematográfico un fuerte peso ideológico. La producción no consigue, sin embargo, vaciarla del potencial que tiene el género del
que se reclama, gracias a las calidades del equipo que – apartando a los
actores protagonistas ya con nombre en el cine negro como Robert Ryan, Laraine
Day o Thomas Gómez –, representa la flor
y nata de los estudios RKO que habían
dado lo mejor del cine negro hasta la fecha: Nicholas Musuraca a la fotografía,
Leigh Harline por la música, Albert D’Agostino a la dirección artística, Roland
Gross en el montaje.
Pero
el productor y administrador de la
RKO desde 1948 es el
excéntrico Aviador: Howard Hugues. La
película de Scorcese no explicita esta extraña paranoia que le invade, en su
participación en la máquina de guerra estadounidense, en su relación con el comunismo: es la guinda sobre el pastel
maniaco-depresivo de un personaje que no consiguió ser el Ciudadano Kane de
Scorcese.
El proyecto de I married a communist –título que
gustaba a Hugues y que tuvo que resignarse a cambiar por la presión de los
ejecutivos de la RKO …
y de los resultados de las taquillas – es la ocasión para el productor de poner
a prueba a algunos directores, después de haber “limpiado” los Estudios de las
escorias sospechadas y asegurarse de la (relativa) transparencia del personal:
era suficiente decir que no eres comunista para ser considerado como
anti-comunista lo que permite a algunos trabajar con la conciencia tranquila y
mantenerse por encima de tal follón.
Todo
el interés de Hugues para producir esta película reside en esta posibilidad de
control del ambiente ideológico de los Estudios. Se dice que la lista de los
directores contactados empieza con Joseph Losey; el cineasta acaba de rodar su
primera película, El niño con los pelos
verdes, y es bastante evidente que no se va a comprometer en este principio
de carrera con una obra de propaganda opuesta a sus ideas. De John
Cromwell se puede pensar que hay posibilidades de conseguir algo; además se
encuentra con un script de Herman Mankiewicz: a pesar de la notoriedad de éste,
hacer un guión sobre las bases fijadas por Hugues se vuelve imposible; para
Cromwell, es el peor de los guiones que ha leído de toda su vida. Después de
Cromwell, es el turno de Nicholas Ray: éste acaba de rodar su primera película,
They
live by night, apoyado por el
productor Dore Schary, predecesor de Hugues. Empieza a trabajar con la firme
idea de que el proyecto no llevará a nada. Al final, él también abandona: es
evidente que Ray no puede hacer una
película anticomunista aunque más tarde acepta un proyecto de propaganda de
propaganda catolica con El Rey de los
Reyes. Pero eso es otra historia…
El cineasta inglés, Robert Stevenson, después de Jane
Eyre acepta y, con la ayuda de los técnicos que todavía no han abandonado
el barco RKO, nos ofrece una obra víctima de la guerra fría y de la paranoia de
un productor maniaco depresivo, que hoy se
puede ver como una curiosa y entretenida serie B del cine negro.
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