7.6.14

"Thieves'Highway"-Jules Dassin





Mercado de ladrones  1949 
Director: Jules  Dassin Thieves’Highway
Guión:  A.I.Bezzerides (guión y novela) Filmografía cine negro: Relato de They drive by night (La pasión ciega-Raoul Walsh-1940), guión de Desert Fury (La hija del pecado-Lewis Allen-1947), Thieves’Highway (Mercado de ladrones-Jules Dassin-1949), On a dangerous ground (La casa en la sombra-Nicholas Ray-1951 donde actúa), A bullet for Joey (El regreso del gángster-Lewis Allen-1955), Kiss me deadly (El beso mortal-Robert Aldrich-1955),  
Música:  Alfred Newman /Cyril J.Mockridge: (ver filmografías en el blog)
Fotografía: Norbert Brodine Filmografía cine negro:The house on 92nd street (La casa de la calle 92-Henry Hathaway-1945), Somewhere in the night (Solo en la noche-Joseph L.Mankiewicz-1946), 13 rue Madeleine (Henry Hathaway-1947), Boomrang (El justiciero-Elia Kazan-1947), Kiss of death (El beso de la muerte-Henry Hathaway-1947), Road House (El parador del camino-Jean Negulesco-1948), Thieves’Highway (Mercado de ladrones-Jules Dassin-1949), Five Fingers (Operación Ciceron-Joseph L.Mankiewicz-1952),
 Montaje:  Nick DeMaggio
Dirección artística:  Lyle R.Wheeler
Producción:  Darryl F.Zanuck- Mark Hellinger, productor de las dos entregas de Dassin al cine negro, Brute Force y The Naked City (las dos para Universal),  no vera esta última entrega de la trilogía “negra” americana del director: muere al principio del rodaje cuando estaba a punto de montar una asociación con Selznick y Bogart para producir las películas de este actor. Jules Dassin se sintió traicionado por los estudios de la Universal y para Thieves’ Highway firma con 20th Century Fox.
Actores:
Richard Conte es Nico "Nick" Garcos (ver filmografía en el Blog)

Valentina Cortese es Rica También en este blog en The house on Telegraph Hill (La casa en la colina- Robert Wise).

Lee J. Cobb es Mike Figlia (ver filmografía en el Blog)

Barbara Lawrence es Polly Faber También en este blog en The street with no name (La calle sin nombre-William Keighley-1948)


Millard Mitchell es Ed Kinney

El director Joseph Pevney al lado de Richard Conte

Joseph Pevney es Pete Director de cine con unas 90 películas y, en el cine negro: Shakedown (1950) y  The midnight story (El rostro del asesino-1957). Como actor en el cine negro:Nocturne (Edwin L.Marin-1946), Body and Soul (Cuerpo y alma-Robert Rossen-1947), The street with no name (La calle sin nombre-William Keighley-1948),Thieves’Highway (Jules Dassin-1949), Outside of the wall (Crane Wilbur-1950), Shakedown que dirige.

Hope Emerson es Midge, una compradora También en este blog en Cry of the City (Vida marcada- Robert Siodmak)


Lo más luminoso del cine negro se encuentra en la atmósfera, en la mirada de estos personajes: la luz y la sombra de la condición humana reveladas por Dassin; nadie es totalmente oscuro ni transparente en sus intenciones o sus acciones. Exceptuamos a Lee J:Cobb que no se entera de nada, fuera de lo que puede ganar:  su incapacidad de vivir con los demás, su ceguera cuando se trata de ponerse en el lugar del otro, su tendencia a echar la culpa al otro,  acabaran pidiéndole cuenta. Valentina podría ser otra Cabiria y sus noches están llenas de “todo lo posible”: hay que sobrevivir…
 Con un profundo resentimiento hacia los demás y esta prudente desconfianza propia del inmigrante, Richard Conte está bajo la pulsión de la venganza y la defensa del honor familiar. Pero su lucha no es ingenua y sabe lanzarse en la acción para desvelar la injusticia. De vuelta de la guerra, Nico Garcos decide ir a Frisco con una carga de buenas manzanas. Su idea no es hacer un buen negocio sino encontrarse con el mayorista en frutas y verduras, Mike Figlia para un ajuste de cuentas. Unos meses antes, mientras Nico estaba en el Pacífico, su padre fue engañado por Figlia en la venta de una carga de tomates: se emborrachó (o probablemente fue emborrachado) y tuvo un accidente a la vuelta que lo dejó inválido. Nico emprende el viaje con Ed, el mecánico que se quedó con el camión del padre Garcos, para arreglarlo. Les siguen dos amigos de Ed,  Pete y Slob,  en otro camión


Las carreteras son bastante arriesgadas con tanta carga.   Nico está al punto de romperse el cuello cuando tiene que cambiar una rueda y Ed –que ha cogido otro camión con más carga –tiene un horrible accidente en el que muere carbonizado. Nico llega a Frisco y todavía piensa que las cosas funcionan como en el ejército, según el plan programado por las autoridades (en este caso, él mismo). Figlia le pagará el precio que él decida, la prostituta Rica que lo invita a su piso,  después de tantas aventuras y cansancio, para ducharse, le dará algo más si hace falta –el descanso del guerrero –su novia Polly hará lo que él dice: vendrá a Frisco y se casarán porque va a tener mucho dinero. Pero las ilusiones no traen sino desilusiones: la venta está interceptada por Figlia y Nico está a punto de perderlo todo; la novia se revela como muy interesada, lo que hace perder todo interés a Nico;  Rica, la prostituta ha sido pagada por Figlia.


Pero este último detalle no impide que la relación  entre Nico y Rica  –con fuerte carga… de erotismo –  se vuelva el “principio de una gran amistad”.  El ajuste de cuentas con el impresentable Figlia tendrá lugar por fin de tal manera que el espectador se sentirá totalmente identificado con este bueno de Nico. ¡Aplausos!


Sin embargo, si miramos todo eso de más cerca, no es tan así –lo que no impide los aplausos –. El decorado está bien situado y varía poco: bares, hoteles, calles oscuras y el mercado de Frisco, mundo de hombres en el que pocas mujeres vienen a hacer sus negocios (¡Ah, el placer de volver a la imponente Hope Emerson! Viene al mercado de vez en cuando para regatear el precio de las manzanas; recordamos que, el año anterior,  trataba de otra manera a Richard Conte y Victor Mature en Cry of the City de Siodmak). Pero Dassin y Bezzerides se arreglan para despistarnos: ninguno de los principales caracteres retratados está simplificado al punto de transformarse en el cliché que Bogart ofrecía en la película de Walsh. Rica y Polly son las que presentan más contrastes, no sólo entre ellas sino también entre la primer impresión que dan cuando aparecen en la pantalla y los que son realmente. Rica, prostituta vagando entre los bares con sus partidas de cartas y el mercado, parece no tener escrúpulos, acepta el dinero de  Figlia para que lo libere de la presencia de Nico mientras vende la carga de manzana de éste.  Poco a poco, a pesar de sus miedos a la soledad, demuestra su capacidad de solidaridad, su sed de justicia, descubre la posibilidad de amar a alguien. Polly, la novia de Nico, es la que nos engaña totalmente –y también al pobre Nico, aunque éste está empezando a mirar para otro lado –. La joven provinciana que ha esperado pacientemente al novio durante la guerra, va corriendo a San Francisco cuando se entera que Nico tiene dinero y lo deja plantado cuando se entera que lo ha perdido todo. La chica llena de ilusiones ha madurado y está bien decidida a acceder a la propiedad. Otro que lo tiene claro –y probablemente desde que era un niño de barrio –es Mike Figlia: todavía más monolítico que Hope Emerson, no cree en otra cosa que la jungla del liberalismo que construye y reconstruye indefinidamente aunque toque fondo. A Nico le atrae eso del liberalismo: se olvida de la misión que se ha fijado de vengar el honor de la familia y de su padre, víctima de Figlia, y más tarde a su compañero Ed: la ambición y la competitividad, el dinero fácil… ¿por qué no? Pero tiene unos de estos estados de ánimo impropios de la ideología conservadora,  se sitúa más bien de lado de esta izquierda sin grandes convicciones ideológicas que el Estado de bienestar producirá en abundancia en las décadas siguientes. Se puede esperar que la humana, tan humana,  Rica conseguirá mantenerlo a flote en las marismas fangosas de este gran mercado global del que Frisco Market es  una representación teatral.


Después de rodar Brute Force (1947) y The naced city (1948), Jules Dassin sigue muy inspirado con esta entrega, mezcla de cine negro y estudio sociológico de un medio popular semejante al que representaba Raoul Walsh en They Drive by Night en 1940. No se trata por supuesto de comparar las capacidades de dirección de dos grandes cineastas; pero nueve años son muchos años cuando se trata de la evolución de la técnica cinematográfica. Las difíciles condiciones de trabajo de los camioneros –conducen unos viejos vehículos de día y de noche, el cansancio, los riesgos de accidente cuando los ojos se cierran y las manos apoyadas en el volante pierden sus reflejos… – están ampliamente descritas en las dos películas como parte esencial de la trama (Bogart pierde un brazo, Ed pierde la vida). Pero Jules Dassin tiene los medios para insistir sobre el aspecto del viaje a Frisco: el montaje brusco con sobreimpresión de la carretera o de las ruedas con la cara del camionero, ojos cerrados, el ritmo vivo que dan las imágenes repetidas de la rueda en el asfalto crean una tensión que no tiene la película de Walsh. La muerte ronda encima de Nico y Ed en toda está larga secuencia del Highway del título; Nico acaba en manos de los Thieves Market (título de la novela de Bezzerides), estos ladrones del mercado que tienen en Lee J.Cobb / Figlia una de sus mejores representaciones cinematográficas. Por otro lado, Ed acaba ardiendo en la carretera.  El suspense de la secuencia, anunciador de “Le salaire de la peur” de H.G. Clouzot o de “Duel” de Spielberg –tiene su clímax en la escena en la que Nico, cambiando una rueda del camión, se ve atrapado por el mal funcionamiento del gato: el montaje, los encuadres y la luz son una demostración, si hace falta, del gran talento de la dirección por parte de Dassin.  Por supuesto la presencia de Norbert Brodine detrás de la cámara es un plus.


Donde conviene comparar las películas de Walsh y Dassin bajo el ángulo temático del estudio sociológico del mundo del transporte de mercancías –las manzanas de Dassin son protagonistas de pleno derecho –es en el planteamiento de las relaciones entre camioneros. Walsh trata de la solidaridad casi evidente entre hermanos (Raft cuidando de Bogart) en un modo desenfadado (la llegada al mercado es burlesca, no se nota una fuerza trágica en la invalidez de Bogart y sus efectos psicológicos son pesados y mal interpretados por Bogart). El guión de  Bezzerides dosifica con gran sensibilidad la visión trágica de la profesión –documentada con una precisión asombrosa –y la observación tierna de la solidaridad entre compañeros. Dassin nos sitúa en el melting pot estadounidense, esta mezcla muy relativa (convendría más bien hablar de fragmentación) de identidades de origen europeo: la comunidad italiana parece dominar en el mercado de Frisco pero hay también polacos, griegos…


La familia del director viene de Ucrania (Dassin es el nombre derivado de Odessa,  atribuido por los servicios de Inmigración), Conte y Cortese son de origen italiano, algunos actores segundarios son de origen polaco…  A pesar de la violencia de las situaciones y de algunos personajes, el resultado es un perfume de realismo poético de una gran frescura en un ambiente de cine negro más europeo que americano: Jules Dassin que, en la década anterior,  estudió el arte dramático en Europa, firma con Thieves’Highway su última película en los Estados Unidos de Mac Carthy y seguirá su “lista negra” con dos obras maestras en su filmografía:  Night and the city en Reino Unido y Du Rififi chez les hommes en Francia: los productores europeos fueron informados por los estadounidenses de que las películas de Jules Dassin no podrían distribuirse más en los Estados Unidos de América. Sus espectadores no tendrán durante décadas el privilegio que tuvieron los europeos de disfrutar de la obra de un artista que ha sabido utilizar al cine negro en su búsqueda continua de la verdad y con una sutil combinación de documental y lirismo.


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