6.6.14

Un cierto discurson en Europa



Personas o grupos, algunos presentándose como sujetos políticos por su pertenencia a partidos o su afán de participación en el poder político, tienen un discurso que se caracteriza por su simplificación. Señalamos algunas de estas simplificaciones que provienen de unos u otros:


- Algunos consideran que representan al pueblo; su discurso sería el siguiente:  Tenemos una concepción moral de la política y nuestro partido (o movimiento) es el único que puede representar al verdadero pueblo”. En el plano moral, “el pueblo no puede estar en la oposición[1].  Ésta concepción de la política tiene como fundamento la unidad del pueblo.

Con este discurso afirman su legitimidad y ponen en evidencia la ilegitimidad de cualquier oposición a su acción. Conviene hacer notar que partidos políticos que consiguen la mayoría absoluta consideran a veces que eso les da derecho a negar la oposición de los demás partidos. El discurso se vuelve monólogo.


-Algunos definen la unidad del pueblo por su diferencia con las élites (tecnócratas, profesionales de la política…). En consecuencia, la democracia representativa se ve asociada a la corrupción de las élites y a la equivalencia entre los partidos de gobierno: izquierda, derecha, todos iguales –La democracia representativa se muestra “corrupta por los intereses personales, hace que los debates se prolongan indefinidamente lo que no permite que las personas capaces puedan actuar[2].


-La unidad del pueblo concebida como imperativo moral excluye así el pluralismo político y debilita la voluntad de debate. Esta concepción se sitúa en el extremo opuesto de movimientos sociales como “Indignados” en España,   “Siriza” en Grecia, “Cinco estrellas” en Italia… acusados por los medias y ciertos políticos de “populistas”. ¿Quién tiene el discurso simplificador?


-Para algunos, el lazo social del pueblo unido se forma a partir de la identidad del pueblo definida como excluyente de las posibles partes minoritarias presentadas como no integrables, no asimilables.  


-La oposición a Europa o a la moneda europea es un elemento de propaganda. Representan un valor de cohesión de las demás simplificaciones citadas. En los hechos, lo que aparece en este discurso es la necesaria preservación de las diferencias culturales nacionales que componen Europa, a pesar de las diferencias regionales que aparecen en casi todas estas naciones: una Europa fragmentaria, un estado-nación indivisible.


-El rechazo al bipartidismo representa también un elemento de cohesión. Es suficiente que se forme una coalición de los dos partidos de gobierno, para que se demuestre la validez de este  discurso.


-¿No actúa acaso el poder tecnocrático formado por la “troika” (FMI-Banco Central-Comisión Eropea) con este discurso simplificador cuando afirma que no hay otra política monetaria y económica que la que limite el endeudamiento a un cierto nivel y que no hay que debatir al respecto? Podemos así sospechar esta tendencia a la simplificación como la voluntad, por parte de un sistema político decadente,  de acabar con el debate y frenar la madurez política de la sociedad europea. 

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[1] Frase de un discurso de Viktor Orban, dirigente húngaro
[2] Jean Monnet-Memorias (citado en Le Monde del 3 de mayo de 2014).