Solo en la noche 1946
Director: Joseph
L.Mankiewicz Somewhere
in the night
Guión: Howard Dimsdale- Joseph Mankiewicz / relato:
Marvin Borowsky adaptada por Lee Strasberg y
Somerset Maugham
Música: David Buttolph
Fotografía: Norbert Brodine
Montaje: James B.Clark
Producción: Anderson Lawler.Darryl
Zanuck-20thCentury Fox
Actores (ver filmografías en el blog):
John Hodiak es George W. Taylor |
Nos encontramos en la prehistoria de Johnny coge su fusil o más bien del Memento de Chris Nolan, aunque aquí se
trata de un amnésico: no tiene la memoria
pez del protagonista de Memento que
necesitaba escribirlo todo, sino que tiene la carta de una mujer llena de odio,
una dirección y un nombre, (¿el suyo? ¿un amigo? ¿un enemigo?), en un hospital
militar de vuelta de la guerra contra Japón (ver algunos detalles sobre la
guerra, por ejemplo la comida en el restaurante…). En el hospital, lo llamaron
George Taylor y ahora va a Los Angeles para intentar reconstituir su pasado. Como
busca con estos datos a un cierto Larry Cravat, se le echaran todos encima.
Dinero de nazis, esfumado como la
memoria de George, un adivinador, el hampa con su sede en un bar, unos baños turcos…
La investigación de George pasa por John el
barman,
Whit Bissell es John el camarero un familiar de los segundarios en el cine negro |
…por el empleado del baño turco,
Harry Morgan es el empleado de los Baños |
…y por Christy, una cantante que se agarrará a
George.
Nancy Guild es Christy Smith graba la canción que canta en esta película: “In the middle of nowhere”- empieza en Hollywood con Somewhere in the night y después trabaja esencialmente para la TV |
Ésta le presenta a Mel Phyllis,… que a su vez
le presenta a Kendall
Lloyd Nolan es el teniente de policía Donald Kendall Richard Conte es Mel Phillips |
Kandall
le manda a Anzelmo, el Dr Oracle,…
Fritz Kortner es Anzelmo - Dr. Oracle aquí con Lou Nova (Hubert) |
Fritz Kortner: huyendo del nazismo, rueda en
los EEUU The Hitler Gang (John
Farrow-1944) antes de entrar en el cine negro con Somewhere in the
night (Solo
en la noche -Joseph L.Mankiewicz-1946), Berlin Express (Jacques
Tourneur-1948),
Lou Nova: este antiguo boxeador empieza en
el cine negro con Somewhere in the night y sigue con Where the sidewalk ends (Al borde del peligro-Otto Preminger-1950),
World
for Ransom (Robert Aldrich-1954)
George
Taylor se encuentra después con
Elisabeth Conroy y su hermano.
Josephine Hutchinson es Elizabeth Conroy |
De paso, tiene un extraño encuentro con Phyllis,
novia de Hubert
Margo Woode es Phyllis; acaba de rodar The Spider (Robert Webb-1945) con Richard Conte |
Así
George Taylor se entera de que Larry Cravat es un detective acusado de
asesinato. El recorrido de George Taylor se sembrará de algunos muertos por el
camino. A primera vista, parece que Mankiewicz
trata el tema de la investigación con una forma clásica, aunque muy entretenida, como la puede llevar
Cromwell con Humphrey Bogart en Dead Reckoning (Callejón sin salida).
John
Hodiak es necesariamente el protagonista absoluto, tomando en cuenta la
temática: a primera vista, también, él parece poco convincente –pero se le perdona, por su condición de militar amnésico –. En cuanto
a los demás actores: Nancy Guild, clásica pero excelente, Nolan y Conte como
siempre. El ambiente negro está conseguido, apoyado por la música y sobre todo la foto… y
la voz en off de John Ireland.
Sin embargo conviene examinar todo eso más de
cerca: en el mismo año que su primera película Dragonwyck (con Gene Tierney y Vincent Price) y antes de Backfire
(con Richard Conte y John Ireland), Joseph L.Mankiewicz rueda esta película. Somewhere
in the night es una adaptación de un relato de Marvin Borowsky por Lee
Strasberg en colaboración con Somerset Maugham. El propio Mankiewicz y Howard Dimsdale escriben
el guión final para crear una atmósfera que transmite la pérdida de referencias
por parte del protagonista. La utilización de la cámara subjetiva que
intensifica la identificación necesaria del espectador con George Taylor,
parece convencional pero no lo es (lo veremos más adelante); la presencia de personajes extraños como el
Doctor Oracle (el actor alemán Fritz Kortner), la actuación enigmática y
distanciada de Nancy Guild en este primer papel de cantante-pianista… son unos
elementos que traducen perfectamente el título del relato de Borowsky, “The lonely journey”, un viaje solitario
del amnésico, perdido en alguna parte, o en ninguna, en la noche, un viaje
onírico. Notamos que al año siguiente la película se adaptó como obra
radiofónica con el mismo protagonista John Hodiak y, en el papel de Christy,
Lynn Bari que vimos en Nocturne (de Edward L.Marin) con
George Raft.
Aunque Somewhere in the night es
una película menor y pocas veces citada en su filmografía, Mankiewicz demuestra
ya – antes de sus obras principales en el género: House of strangers (Odio entre hermanos-1949), Five
Fingers (Operación Ciceron-1952)
– su capacidad para conseguir que se forme una imagen coherente y sintética a
partir de la fusión de dos géneros, el cine negro y el psicológico. En cuanto a
la narración, este acompañamiento del protagonista en una encrucijada de
eventos prefigura la de James Mason en Five Fingers con este mismo ritmo
sostenido por la música. Sin embargo, David Buttolph no consigue la fuerza
interpretativa que Bernard Herman sabe dar a algunas escenas de persecución
memorables en la película de 1952. En la América de posguerra, la reconstrucción de la
memoria del amnésico puede parecer una metáfora: la distorsión visual de este
soldado, tumbado en una cama de un hospital, cerebro encerrado en un interior
hecho de caos y ruidos, sin poder hablar a un mundo exterior borroso, se transforma a lo largo de la película en una
reconstrucción (o más bien en el inicio) de una nueva etapa (la de los Estados
Unidos) en la que el dinero de los fascistas vencidos pone en marcha una
máquina de guerra económica. El
verdadero perdedor es el ciudadano, pobre amnésico que busca la vuelta al pasado. Más
allá de la realización de una película que se incorpora perfectamente al género
negro, el director refleja el
desconcierto de una época confusa que tiene su referencia en las huellas de la
guerra.
Pero… conviene ahondar todavía
más en esta segunda entrega de Mankiewicz. El director pone en marcha su propia
máquina del tiempo que encontrará su pleno rendimiento con Eva al desnudo, De repente el
verano pasado y otras grandes realizaciones: los flashbacks, las voces en
off, los entrelazamientos del tiempo de la memoria entre unos personajes que
manifiestan unos sentimientos profundamente distintos los unos hacia los otros…
Lo que Gilles Deleuze llama, en Imagen-tiempo:
“las bifurcaciones del tiempo” en Mankiewicz. Somewhere in the night
anuncia estas características de las obras futuras del director. Pero, su
originalidad es que aquí no hay flash-back posible ni imagen de un recuerdo; el
peso del pasado que los justifica se ha esfumado, la pantalla de los recuerdos
es un fundido en negro. Encontramos ya este doble carácter de su futura obra
cinematográfica del que habla Deleuze: lo novelesco y lo teatral. Novelesco
porque la novela interroga: ¿qué ha pasado?,
leitmotiv para el protagonista amnésico. Teatral porque este recorrido
angustioso que conduce al protagonista de un decorado a otro, de un encuentro a
otro, unos diálogos con preguntas y respuestas: preguntas del amnésico y
respuestas por parte de una serie de personajes que crean la bifurcación sin
flash-back ni imagen-recuerdo: es el teatro de la construcción de una memoria
improbable de más y más voces discordantes. Imágenes ópticas y sobre todo
sonoras –es particularmente notable la elección de la voz en off en la primera
secuencia en el hospital: cuando el protagonista sale del coma, pasamos
inmediatamente en cámara subjetiva y oímos la voz en off de John Ireland que empieza a preguntarse ¿qué ha pasado? Esta sustitución de la
voz del actor protagonista, John Hodiak
define la frontera entre el pasado definitivamente perdido y el nacimiento de
una nueva memoria. Tenemos aquí un interesante detalle de la “máquina del
tiempo” de Mankiewicz.
Cámara subjetiva: Notamos la aparición de John Kellogg en la primera secuencia en el Hospital.… y la voz en off de John Ireland |
El relato se
desvela lentamente como una cinta de sueños, una película, un extraño y único
flash-back: eso sí, sin flash, pero que activa la imaginación a falta de
actualizar las imágenes del recuerdo. Así se va reconstruyendo esta posible
memoria: cuando una bifurcación se está evidenciando, otra la borra… Mientras el protagonista
construye su nueva memoria con los eventos que están pasando; George es
el acontecimiento: “en vez de una memoria
constituida como función del pasado que traslada un relato, asistimos al
nacimiento de la memoria como función del futuro que retiene lo que está
pasando para que sea el objeto venidero de otra memoria” escribe Deleuze a propósito
de la obra del director, en su Imagen-tiempo.
George libra su
propia guerra psicológica: en busca de su verdadera naturaleza que ya no es
suya, enfrentado a la representación de un pasado posible que ya no le
pertenece y al que no se puede identificar, George vislumbra su devenir en un
espacio-tiempo paralelo a una realidad
que se actualiza poco a poco con la
ayuda de Christy. Seguimos paso a paso la construcción de una nueva memoria, la
del presente, a partir del relato que se está contando con un carácter
novelesco en un presente teatral tal como aparece en los sucesivos diálogos.
Una nueva memoria que observa y circula entre las bifurcaciones que se
presentan: la imaginación construye un más allá, algo fuera del campo de la
cámara. Aunque Deleuze no analiza ni cita esta película, conviene notar que Somewhere
in the night ofrece un excelente ejemplo de Imagen-tiempo cuando, a propósito
del “reconocimiento atento” que
supone esta relación con la propia memoria,
escribe: “el reconocimiento atento
da la correlación justa de la imagen óptica y sonora: no es la imagen-recuerdo
lo que puede darlo sino más bien los
trastornos de la memoria y los fracasos del reconocimiento”. Todo el arte
de Mankiewicz consiste en poder narrar con la imagen cinematográfica la
evolución de unos personajes que hacen el evento, que ellos mismos son acontecimientos. Así que, detrás de esta
primera impresión de una obra aparentemente menor con un final que se sale por
peteneras y deja un sabor de buen divertimiento, surge una obra que abre la
puerta al arte cinematográfico –ya
señalado por Dragonwick – de un
futuro gran director.
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