Fronteras del crimen (Las) 1951
Director: John Farrow
Guión:
Frank Fenton-Jack leonard / Gerald Drayson Adams (relato: Star Sapphie)
Música: Leigh Harline
Fotografía: Harry J.Wild
Montaje: Frederic Knudtson-Eda Warren
Director artístico: A.D'Agostino
Productor: Howard Hugues-Robert Sparks RKO
Actores:
Jane Russell (Lenore Brent) y Robert Mitchum (Dan Milner) |
Mitchum con Charles McGraw (Thompson y Narrador) y John Mylong (Martin Krafft) |
Mitchum con Raymond Burr (Nick Ferraro) |
Leonor
Brent nos ha avisado: ¿qué te ha parecido
la película?, le pregunta el actor
Mark Cardigan. Bien, pero es demasiado larga,
¡una hora y media! Así que con sus dos horas, His kind of woman le
parecería eterna.
Howard
Hugues ha comprado la RKO, poca cosa al lado de sus
grandes empresas, en particular en la aviación, pero eso le permite dar trabajo
(o sea: la fama hollywoodiana y la cosecha de más beneficios) a algunas de sus amantes (¿?) que tenían más
recursos físicos que talento artístico. Aquí, como acababa de pasar con la
joven desafortunada Faith Domergue en Where danger lives rodado el año
anterior, quiere más y más de Jane Russell y, de paso, hacer de Mitchum una muñeca de trapos. “un lobo solitario, sin familia, que toda su
vida ha sido discreto” dirá el enviado del FBI. Hugues por supuesto lo
consigue.. Pero necesitará de la ayuda del actor: Mitchum, prudente, acepta
todas las torturas y las humillaciones con la impasibilidad que le caracteriza.
¡No se puede jugar con un contrato en la RKO! El problema lo tiene el director, John Farrow: aunque no tiene a Nicholas Musaraca a su lado, la
fotografía del gran profesional Harry Wild, un guión clásico pero correcto que el
mismo guionista ha supervisado le permiten sacar adelante una obra que gusta al
jefe… pero él no puede reprimir su manía de director frustrado (ha hecho dos
películas: Outlaw con la citada Jane
Russell y Hell's Angels y decide entrometerse.
Vincent Price (Mark Cardigan) decide ayudar a Mitchum |
Hugues
encuentra demasiado corta la secuencia final –que pone a Mitchum en el aprieto ya citado – y
convoca a su reciente adquisición, Richard
Fleisher, en vez de tratar con Farrow. Tenemos aquí el primer síntoma:
retomar la obra de otro, introducir nuevos elementos o probar con otro
director. Lo hará también con Macao (de von Sternberg a Nicholas
Ray), con The racket (Cromwell, Mel Ferrer). ¿Fleischer? ¿Por qué no? Ese
acaba de realizar Narrow Margin, que le
abre de par en par la puerta del género. Acostumbrado a trabajar con pocos
medios, Fleischer es el realizador ideal para retocar este final y acepta
lanzarse a la operación. Nadie en el equipo ha contado con las excentricidades
del gran jefe, sus contradicciones, sus brotes de maniaco-depresivo. Martin
Scorcese era todavía muy pequeño para avisarlos. Howard Hugues encuentra que el
papel de Nick Ferraro, confiado a Robert Wilke, no está interpretado de manera
lo bastante violenta: porque lo que le gusta al jefe es más sexo-glamour y más
violencia en el género. Se convoca a Raymond Burr: no hay por qué quejarse
cuando lo sumamos a Charles McGraw, Tim
Holt, Vincent Price, el fiel Philip Van Zandt (que Farrow ha dirigido
tantas veces) y por supuesto Mitchum. Eso promete un buen cine negro. Sin embargo, Hugues se vuelve
cada día más imprevisible y confuso en sus intervenciones: volver a rodar unas
escenas sin que estos cambios aporten algo más a la veracidad de la acción o a
la calidad de la ambientación. Sin olvidar a la señorita Jane Russell que tiene
que cantar de vez en cuando e intentar enfocar mucho más la cámara sobre sus
escotes o su bañador. La actriz rueda también para el cine negro: The Las Vegas Story
(Robert Stevenson-1952), Macao (Joseph von Sternberg-Nicholas
Ray-1952). Ver Filmografías de algunos de
los actores en el Blog.
Sin embargo, todo había empezado como un buen
cine negro: se habla de un hombre que tiene que medir 1,85 m , pesar 1,80 kg y tener 35 años:
nada más y nada menos. Nick Ferraro desde Nápoles, su ciudad natal donde ha
vuelto desde que las autoridades EEUU le
habían expulsado por sus malversaciones demasiado vistosas, quiere volver al
lugar de todos los crímenes, entre Chicago, Nueva York o California, y necesita
utilizar a un hombre como ese, su
doble. O sea, Mitchum.. Ya veremos por qué. A
Dan le montan una trampa en su apartamento con el pretexto que debe
dinero… le pegan. Todo eso organizado por un tal Corley, uno de los esbirros de
Ferraro en California.
Paul Frees (Corley) y Mitchum |
Corley invita a Dan a su mansión y le presenta
a Arnold, que le hace una oferta: 50 de
los grandes para irse a Méjico un año o más. Tendrá instrucciones. La situación
de Dan con sus deudas, una temporada en la cárcel (por haber caído, parece
ser, en otra trampa) es lo bastante difícil
como para rechazar la oferta. Todo eso lo ha montado Corley para Ferraro pero a
Dan le gusta la historia porque hay algo raro en todo eso y lo va a investigar
a su manera. Ha dado un traspié, como dice Corley: ese le ha metido en un lío
pero o Dan parece saberlo (o es que es muy
naif).
En Nogales-Méjico, en un bar, con chile y frijoles. Ella está cantando “San Berdoo”, y después en el avión, dirección Morro’s Lodge
(Baja California-Méjico), se reúnen de nuevo Ella y El. Leonore dice que va a encontrarse ahí con su
amante, Mark Cardigan, actor de cine (Vincent
Price en un papel que lo transforma todo en pastiche, lo que el actor disfruta
particularmente).
En Morro Lodge: John Farrow (o puede que sea
Fleischer) nos pasea con un largo traveling por esta residencia de lujo con sus
salones, salas de juego y bungalows frente al mar. Dan da la vuelta a todo este
mundillo, manos en los bolsillos preguntándose: ¿qué hago aquí, qué me espera?
Se cuenta que pronunció estas frases en el plató antes de romperlo todo, harto
de los caprichos del jefe.
¿Se
acaba el cine negro? No del todo, lo podemos adivinar por momentos en lo
que sigue. Pero, a partir de ahora, vale la pena esperar la sobremesa, un día de lluvia, medio tumbados delante de
la mesa camilla para ver lo que queda como un divertido film de piratas, una
pequeña comedia sobre problemas de amoríos en la que pasean algunos malos…
Pero, al final, si nos dejamos llevar por el buen humor de algunos, la mala
leche de otros, conseguimos pasar estas dos horas infinitas sin tantas
dificultades y nos ganamos un número entre Mitchum y Raymond Burr con una pizca
de Vincent Price memorables.
Lenore y Dan (Russell
y Mitchum) se dicen cosas bonitas, con mucho humor, toman el sol acompañados por Gershwin, la
gente baila con la música de St Louis
Blues transformado en rumba, el cisne de Camille Saint-Saens no para de
morir cuando aparece la querida del jefe –El barroco Howard Hugues tiene
todavía más manías de las que pensamos: sus mujercitas están siempre acompañadas
por los adagios más famosos, de Tchaikovski a… Mahler que probó con Faith
Domergue en Where danger lives. Los estudios están llenos de plantas
sintéticas y Mark Cardigan lucha contra los piratas con su espada-Winchester
para salvar a Dan Milner: lo hace sólo por el principio. Porque “los mortales son insoportables”.
La señorita Russell canta “Five Little Miles from San Berdoo” y los
mejicanos le dicen por cortesía que habla bien el español.
¿Qué he venido a hacer aquí?: Dan, después de
está pregunta existencial, se encuentra, para empezar, con Morro (Philip van Zandt), el dueño del
lugar, probable tapadera para Nick Ferraro, mirando a Leonore:
-Morro: es bonita además de interesante
-Dan: es bonita y eso es lo interesante.
Mitchum con Philip Van Zandt (Jose Morro) |
Dan va a conocer a Crafft, el escritor que
siempre juega solo al ajedrez (quizás odie perder, dice Dan); y a
Winton, hombre de negocios de la jet set. Se da cuenta en seguida de que el
tal Winton quiere ayudar a su manera a una pareja en luna de miel: se lo ha arreglado
para que el joven marido pierda al juego y él está dispuesto a prestarle
dinero… a cambio de… La joven esposa está muy nerviosa: Dan va a comportarse
como Rick (está claro que ha visto Casblanca).
Por fin conoce a Mark Cardigan, actor y cazador de ciervos.
Dan se fía de su intuición: presiona a Krafft
y aparece un tal Thompson (el excelente Charles McGraw) que le da 10 de los
grandes para esperar. ¿Esperar qué? Le
han elegido porque no está metido en problemas pero Thompson no le puede decir
nada más, sino que: no es momento de
involucrarse con una mujer, y menos si es la novia de otro dice Thompson.
Es él quien parece llevar la operación Ferraro desde Morro Lodge, mientras
Corley la llevaba desde California.
Mitchum con Tim Holt (Bill Lusk) |
Llega
el actor Tim Holt de noche en su avión: tiene el papel
de Bill Lusk, enviado del FBI,
totalmente delirante como aviador supuestamente borracho. Ese va a contactar con Dan: con la pipa en
mano, le anuncia que va a ser víctima de
un plan de Ferraro y Thompson.
Excelente actuación de Holt, pero
muy corta, ya que el gran jefe Howard Hugues ha decidido que aquí todo tiene
que pasar en familia y dar al género negro un ambiente hollywoodiano de fiesta
entre mafiosos y mundanos.
Llega también la mujer de Mark: Marjorie Reynolds es
Helen Cardigan. Ha
actuado también en Ministery of Fear Fritz Lang) acompañada
por Gerald, el agente de publicidad de Mark,
enfadado por las relaciones entre el actor y Lenore: “en Hollywood no hay nada privado” dice Gerald que quiere defender los asuntos
matrimoniales que tan a pecho toman los estadounidenses republicanos…
Tal como lo anunciamos: Thompson sorprende a
Tim Holt y lo elimina.
Charles McGraw y Tim Holt |
Mark
decide ayudar a Dan: dice a su mujer: vuelve a Hollywood mientras voy en busca del
verdadero triunfo o de una muerte gloriosa
Mark a Dan: ¿qué tiene Ferraro contra usted?
Dan: Le
gusto. Le gusto tanto que quiere ser yo… soy muy joven para morir. ¿Y usted?
Mark: ¡muy
conocido! Ya le han matado en tantas películas…
Dan en
el barco con Ferrero. Ahí están Corley, Thompson, Krafft y, por supuesto, el temible Ferraro
(Raymond Burr que echábamos de menos después de Blue Gardenia de Fritz
Lang)… Y ahora se desvela el plan diabólico de Ferraro-Burr: utilizar el don de
cirujano estético de Krafft, cuya maldad crece a lo largo de la película, para
transformar sus rasgos en los de Dan Milner que, lo adivinamos, tendrá que
desaparecer de la superficie terrestre. El tema de fondo de la película aparece
al final como típico de una serie B. En 1947, Vincent Sherman con Nora
Prentiss (La sentencia) o
Delmer Daves con Dark Passage (La senda tenebrosa) nos habían contado todo eso.
Robert Mitchum va pasar todavía cuarenta minutos más en la película, pero en
mano de Ferraro y sus hombres. Puñetazos, látigos, baño de vapor, jeringa con
drogas de los nazis… Ferraro: quiero que
sea consciente, que vea de cerca la muerte…
Mientras, Mark Cardigan intenta montar un
ataque con la ayuda de los policías mejicanos: ayuda torpe de estos inútiles
indígenas en lo que es un ataque étnico por parte de Howard Hugues y el
guionista bastante desagradable en cuanto a la superioridad estadounidense;
está claro que Vincent Price tiene que fingir para cumplir con su contrato con
la RKO.
Mark,
al final del ataque pirata: ¡yo
pago las copas, amigo mío, dice a
Dan liberado, igual que nosotros!
Robert Mtichum sometido a las torturas en el barco de Raymond Burr |
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