7.7.11

La libertad como espacio público

 
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Esta página pertenece al dossier CON LOS DEMÁS

y Yo
Tú, vegetal, tierra o agua, animal u objeto,
objeto de uso o de deseo,
otro humano o esta parte de mi desconocida, en la sombra y la confusión,…
Tú, otro ente, y Yo.

El espacio público
Este y entre Tú y Yo no es la disyunción o el enfrentamiento del o de Tú o Yo. Te ignoro hasta que tropiezo con algo en ti. Mi ignorancia no tendrá fin hasta que llegue a comprender lo que me relaciona a ti, mi implicación y mi responsabilidad con esta relación,… hasta que llegue a reconocerte. Todavía más. Tengo que investigar las prolongaciones de esta relación en lo que afecta a otros entes, las sinergias que conviene optimizar. Mi sensibilidad, mis emociones, los datos almacenados que mi imaginación y mi razón manejan están en juego. Puede ser que si la ignorancia tiene fin, mi comprensión nunca la tendrá, pero hay que seguir…Es aquí mi potencial, mi "caos individual", lo que mi biología permite


Este y entre Tú y Yo es el espacio y donde se encuentran lo que soy y lo que eres. Es el espacio donde se despliegan nuestros respetivos potenciales, lo que constituye cada uno, su biología y sus condicionamientos. Es el espacio que crea el nosotros y por el cual cada uno puede descubrir el campo donde florece su libertad.
Soy libre de acabar con mi ignorancia. La libertad es mi afirmación. Puedo guiarme en mi relación contigo, gobernarme ¿o a caso tengo miedo a gobernar, el miedo a ser libre?
¿No será que prefiero ser gobernado por otros que descubrir la acción que me corresponde para comprender y afirmarme como humano libre?

Yo y los demás
Este y es el espacio público donde mi potencial puede expandirse en la imaginación y la comprensión, las cuales se concretizan en la acción liberadora. La libertad ocupa el espacio público entre Yo y los demás, ofrece la creatividad de sus iniciativas y no espera ningún privilegio.



La libertad y la igualdad no están dadas por la democracia

¿Por qué confiar a unas "élites" el espacio público, la elaboración de las leyes que restringen nuestras libertades de reflexión y de acción, la economía y las finanzas que regulan nuestros ritmos biológicos y las necesidades que nos sustentan a cambio de un trabajo pero excluyéndonos de la acción directa?

Estas "élites" que dan al público sus saberes a cambio de privilegios, no son libres. Son los esclavos del poder de dominación que sus privilegios les confieren con el consentimiento de la colectividad. Es así que el espacio público se cierra sobre él mismo y que las libertades mueren en el intento.

A pesar de los prejuicios [1]que tenemos hacia lo político, Tú y Yo les confiamos el espacio público. Pero, no se puede limitar la política a la representación de nuestras divisiones por unos partidos de gobierno que utilizan la alternancia como condición de la democracia.

"La igualdad de Derechos como dato de partida sirve para tapar las más grandes inigualdades". En la vida práctica, estamos siempre en la inigualdad de relación, frente al conocimiento, las informaciones que nos llegan en función de nuestras condiciones de procedencia o de educación.

La libertad y la igualdad no están dadas con la democracia. Es la retórica que las élites en el poder utilizan para jactarse de los méritos del sistema que gobiernan e intentan perpetuar. Ni la igualdad, ni la libertad nos son dadas. Nosotros vivimos la realidad de la democracia. No es virtual. Es real, vivimos la Democracia real, con sus injusticias, sus inigualdades y sus sistemas educativos. Estos últimos orientan al humano hacia el rendimiento en la producción, frustrando la relación íntima con su propia potencia, el descubrimiento de los movimientos de sus emociones, la fuerza creativa de su imaginación.


Esa es la democracia real que tenemos, en la que los movimientos sociales actuales se enfocan pacientemente para conseguir menos dominación y menos inigualdad. El devenir incesante de lo colectivo se expresa en estos movimientos y con la fuerza viva de distintos organismos.

Sin embargo, no se puede "negociar" con un poder político y económico-financiero establecido. El espacio público no se comparte con una organización programada que ha puesto en evidencia la limitación de la representación política frente a un mercado imperial[2] .
Tú y yo no podemos pedir que se nos escuche, pedir más transparencia, más regulación o que tal o cual poder nos permitan una participación dentro de un Estado organizado en sistema opaco de partidos, con sus ideologías rancias, su máquina electoral, sus grupos de reflexión y su corte de grupos de presión.



La acción política transforma el espacio público

No tenemos más remedio que reconocer a la política su función: es lo que determina nuestros modos de vida en el marco social, si no individual. Es lo que nos permite participar de la aventura colectiva y comprender las obligaciones que limitan el campo de nuestras libertades.

Así, la politica es lo que me sensibiliza en cuanto a las posibilidades que tengo, como ser social, para construir o transformar este espacio de libertad. Mi atención y mi reflexión tienen que enfocarse hacia estas posibilidades [3].

Debo reconocer también el carácter apremiante del VIVIR CON LOS DEMÁS como el paso necesario para la constitución de mi espacio de libertad. Puedo entonces asumir mi acción social y política en el marco de mis posibilidades, tomando el riesgo de la equivocación en cuanto a mi capacidad de inventar o anticipar. Las consecuencias de nuestras acciones colectivas sobre las generaciones futuras recurren a mi responsabilidad individual. Por consecuencia, mi sentimiento de libertad se acompaña de un necesario compromiso. Hay un futuro que solicita mi responsabilidad. Hay el presente de mi acción asumida, fundamento de mi individualidad y de mi libertad.



Pero ¿es compatible mi libertad con el compromiso?

¿Puedo asumir esta contradicción o tengo que limitarme a vivir en el presente de mi libertad, en el espacio del instante vivido?

¿Qué ocurre entonces con la acción política?

¿No conviene reivindicar este "caos individual" que los manipuladores del miedo argumentan para perpetuar su poder dominador en el nombre de la libertad individual ?[4]

¿No está este caos individual, manipulado por no haber sabido resolver su relación con el tiempo, este futuro, este pasado, que refrenan la libertad?

En el presente de la acción asumida está el movimiento de los deseos, de las emociones, la expresión de las fuerzas vitales. Estas saben asumir la responsabilidad de uno con las generaciones futuras sin comprometer su libertad. No se trata de una actitud solidaria ya que las fuerzas de la vida son sabias cuando actúan con la fluidez del instante.

Donde acaba la organización programada, acaba el caos.

Hoy se manifiesta la urgencia de devolver a la humanidad los servicios que pertenecen a su espacio público. Estos servicios no toleran ningún privilegio de orden privado ni pueden ser monopolizados por una oligarquía.

El espacio público transnacional que activa nuestra libertad debe constituirse como "Estado en devenir" donde nuestro "caos individual" puede expresarse y enriquecer el debate incesante y vibrante de los humanos. Nos incumbe inventar la Constitución de un espacio púbico que nos libere.


Notas
[1] Ver Arendt y la libertad en este Blog
[2] Ver Toni Negri Imperio  y el Dossier LAS REGLAS DEL JUEGO en este Blog
[3] Ver La libertad como espacio en este Blog
[4] Ver "Libertad individual  y servidumbre" en este Blog

 
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