El productor Sam Spiegel firmó con el nombre de S.P. Eagle hasta On the waterfront (La ley del silencio-1954- Elia Kazan), lo que incluye The stranger. Emigrante judío polaco, huye de Alemania a la llegada de los nazis al poder y, antes de marcharse a los EEUU, encuentra en Londres a John Huston, probablemente en 1942 (verCINEASTAS EN LOS CAMPOS).
El proyecto de la película nace en el verano de 1945, o sea después de la proyección en las salas de Nueva York de las escenas rodadas en el momento de la liberación de los campos de exterminio. En la misma fecha, Billy Wilder supervisaba la preparación de Death Mills en Munich y Sidney Bernstein, con la colaboración de Hitchcock, organiza su proyecto que nacerá con el nombre de Memory of the camps.
Spiegel trabaja para International Pictures y la película que prepara tiene como título Date with Destiny. Se propone tener a Orson Welles como actor.
Desde su vuelta de Suramérica y después de su experiencia con la película It's all true, inacabada (y propagandista para la máquina de guerra estadounidense que pretende una alianza con los países del continente antes de la guerra contra Japón), Orson Welles ha tenido unicamente unos papeles de actor con la industria de Hollywood –aunque se nota su influencia en la dirección de Journey into fear (Estambul-1943- Norman Foster).
Aunque Spiegel no piensa en Welles para la dirección –John Huston parecía interesado por el proyecto –Welles intenta hacerse de nuevo un sitio en el circuito de la dirección en Hollywood. A falta de producir, firmar el guión, trabajar con su equipo habitual como en Citizen Kane y The magnificent Ambersons (El cuarto mandamiento), Welles no tiene más remedio, para participar en el proyecto como director, que aceptar las condiciones de control que le impone la productora de Spiegel.
Preparación de la película
La película toma el título de The stranger (en España: El extranjero-El extraño), el guión propuesto es de Anthony Veiller que ha colaborado con Frank Capra en sus documentales sobre la guerra mundial entre 1942 y 1945 (ver Dossier CINEASTAS EN LOS CAMPOS). Parece ser que Welles y Huston participan ampliamente en su elaboración. Huston no está acreditado por encontrarse todavía en el ejército. El guión lo revisa Victor Trivas que había inicialmente escrito el relato. Este, de origen ruso, ha realizado o escrito guiones para películas en Francia y en Alemania. El Festival de Cannes 2012 le rinde un homenaje con una copia restaurada de Niemandsland(1931), film pacifista –los nazis destrozarán casi todas las copias.
El equipo impuesto por la productora es heterogéneo: se compone de actores, operadores de montaje, técnicos…, muy implicados en esta época que prepara el Juicio de Nuremberg a los criminales de guerra. Algunos han participado en las tomas de películas en el momento de la liberación de los campos, otros están comprometidos políticamente con el presidente Roosevelt, o son judíos como Edward G. Robinson que actuó en 1943 en un espectáculo que detallamos en Cineastas en los campos.
Orson Welles quería dar el papel del miembro de la Comisión de los Criminales de Guerra a Agnés Moorehead en vez de Robinson. Sin embargo, no se va arrepentir. Robinson en su interpretación de Wilson, es sobrecogedor y da a The stranger su carácter de Cine Negro.
Compromiso de Orson Welles
Ya antes de esta película, Welles muestra su interés por la naturaleza del fascismo y por los archivos cinematográficos sobre los campos de concentración alemanes. Publica un artículo en The New York Post donde escribe que conviene ver estas imágenes como el signo de «la putrefacción del alma, la basura perfecta del espíritu» representado por el fascismo. Escribe también que las reformas sociales emprendidas en Alemania en esta posguerra no pueden erradicar el fascismo. Los herederos del nazismo «están "derramando el combustible" con vistas a otra conflagración.
Entre 1944 y 1945, Welles da una serie de conferencias sobre los temas de "El sobrevivir del fascismo" o "La naturaleza del enemigo".
Para Michael Denning (ver enlace), «al igual que muchos de sus contemporáneos, Welles ve una continuidad entre el fascismo europeo y el fascismo doméstico, entre Hitler y y el magnate Hearst, las Camisas Negras y la Black Legión».Partidario de Roosevelt, Welles utiliza sus emisiones de radio para hacer la propaganda de las políticas progresistas en contra del racismo y de la segregación. En el momento del rodaje de The stranger, está informado de la evolución de la puesta en marcha del Tribunal militar internacional y de la presentación del acta de acusación para el Juicio de Nuremberg.
Las imágenes de los campos de exterminio
Orson Welles toma la iniciativa, antes de Nuremberg, y presenta en la película una serie de imágenes que provienen de los operadores y realizadores presentes en el momento de la liberación de los campos como ya he dicho en este blog (Cineastas en los campos). Comentadas en la película por Wilson a la mujer de Rankin /Kindler, estas imágenes corresponden a los campos de Buchenwald, Ohrdruf, Breendonck, Nordhausen.
Fotos y comentarios de Wilson:
Wilson se presenta a Mary, mujer de Rankin:
-Wilson: mi misión es llevar a los nazis fugados ante la justicia.
-Mary intuye el propósito de Wilson y defiende a su marido: Ni siquiera he visto jamás a un nazi
- Wilson: son como el resto de la gente y actúan igual (Welles tiene claro ya lo que Hannah Arendt desarrolla en "Eichmann en Jerusalén" en 1961, con el concepto de la banalidad del mal).
A continuación, Wilson enseña a Mary las fotos de archivos:
¿Qué pensar de la presentación de tales imágenes en una película de ficción?
Estas imágenes forman un conjunto dentro de la película de Welles. Han sido mediatizadas en la inmediatez de la liberación de estos campos de exterminio, con el control necesario de la emoción por parte de los técnicos que están detrás de la cámara y que tienen que respetar un pliego de condiciones. En el momento del rodaje de esta secuencia, se están preparando las pruebas susceptibles de ser cualificadas jurídicamente y, además, se están acumulando los documentos que permitan oponerlos a los planes de los que, como Kindler en la película, esperaban borrar las huellas de sus crímenes.
En el contexto de la época, la más amplia información del público sobre los campos de exterminio parece evidente, aunque le seguirá un largo periodo de silencio. Orson Welles, que había integrado unas imágenes de archivos enCitizen Kane, dice al respecto: «En lo general, estoy en contra de tal práctica, explotar la miseria, el sufrimiento o la muerte para distraer. Pero, en este caso, cada vez que el público ve un campo de concentración, cualquiera que sea el pretexto, es un paso adelante. La gente se niega a aceptar que estas cosas han existido realmente.
He hecho una experiencia espantosa mientras actuaba en una película mediocre, Paris brûle-t-il? (¿Arde Paris?-1966-René Clément): se hacía subir unos judíos a vagones para ganado en una estación de trenes parisina. Era la estación donde esto se había producido realmente, probablemente los mismos vagones, y sesenta por cien de los extras habían vivido esta experiencia No paraban de remangarse para enseñarnos el tatuaje de su numero. La mayoría de los papeles de alemanes eran auténticos alemanes que venían del ejército alemán, aunque ellos no habían vivenciado esta escena. Era tan terrible que no pensaba aguantar todo el día. Todo eso se mezclaba de manera morbosa con un misterio de la realidad en el estilo de Pirandello. Era intolerable…».