20.7.11

Movimientos sociales y participación

 
En unos países que han estado bajo el dominio colonial de los imperios europeos, seguido por la dominación dictatorial alentada tantas veces por los antiguos colonizadores, los movimientos sociales desarrollan sus acciones políticas con el legítimo deseo de libertad. Este deseo se apoya, probablemente con recelo, sobre el modelo democrático europeo. Por lo menos, el deseo de participación ha nacido.


En Europa, los movimientos sociales nacen con una crisis económica que pone en evidencia la dependencia de unas democracias llamadas "avanzadas" con respecto a una estructura económico-financiera globalizada, un mercado imperial. Estos movimientos están probablemente en gestación desde hace un decenio o más, cuando se empezó a notar este "estado de mal estar" provocado por una vida laboral intensificada, unas condiciones de alimentación, climáticas, medioambientales, cada vez más inquietantes.

La necesidad de participar más de las iniciativas y decisiones se hace patente y numerosos sitios de la Web reivindican la integración de herramientas participativas en las instituciones de los países democráticos.

Ahora bien, ¿en qué consiste la participación, el tomar parte, el compartir?

¿Significa pactar con partidos elegidos por una minoría? –Hoy, un partido político que aspira a gobernar no cosecha más que un 30% de la totalidad de los votantes.

¿Participar, no conlleva el reconocimiento del sistema económico-financiero como interlocutor en la sombra? ya que los elegidos han demostrado con esta crisis, al principio financiera, y a continuación económica, ser dependientes de este sistema hasta el punto de no poder aplicar un programa social que conforte paulatinamente a los más desfavorecidos.

¿Cómo ser participe de unas decisiones que necesitan inversiones cuando tales decisiones dependen de los grifos de los créditos o se toman pagando unos intereses que aumentan las deudas de las generaciones siguientes?


Se puede argumentar que hay pasos que conviene dar dentro de la democracia representativa que tenemos, de una forma pacifica y ordenada, presionando a los políticos, elegidos o no. Desde luego, la gestión de la participación dentro de la democracia representativa se ha desarrollado en Europa del Norte. Uno de los modelos conocidos son los "Jurados ciudadanos" o "Foros de ciudadanos" en Berlín. Estos jurados se han creados en algunos barrios para dirigir unos proyectos de renovación urbana o de creación artística. Están compuestos por 49% de asociaciones locales y expertos y por 51% sorteados entre los vecinos del barrio.

Las conferencias de consensos que funcionan en otras regiones de Europa del Norte conciernen a unas cuestiones más generales con implicaciones complejas sobre la ciudadanía: vigilancia electrónica, biotecnologías, nanotecnologías, transgénicos…

En Francia, desde los años 60 del siglo XX aparecen casos de militancia en los cuales los habitantes de barrios piden los consejos de expertos e investigadores para problemas de urbanismo, formando así unos Talleres populares de Urbanismo. En los 80, con la llegada de la izquierda socialo-comunista al gobierno, se forman "comisiones para el desarrollo social de los barrios" al nivel local, con responsables administrativos y políticos y asociaciones formales y algunas informales. La ciudad también se beneficia de este tipo de Comisiones donde se añade la intervención de las fuerzas socio-económicas. Una Comisión nacional reproduce la composición de las comisiones locales. Sin embargo, la falta de una definición precisa del papel de las comisiones en las decisiones finales, de la competencia necesaria para la representación de la sociedad, de la organización de los debates… deja esta estructura al nivel de un marco para iniciar una democracia deliberativa en el sentido definido por Habermas. Este marco permite un decenio más tarde la creación de los debates públicos con la participación de una "ingeniería" de la participación: expertos, juristas, investigadores, militantes…se ponen al servicio de los ciudadanos. Eso permite un tipo de encuestas colectivas antes de la decisión sobre temas relativos al urbanismo, el medioambiente…


El modelo más conocido y comentado es el llamado "presupuesto participativo". Arrancó en Brasil (Porto Alegre-1988) permite a la ciudadanía tener un poder para influenciar sobre las decisiones en cuanto a la organización del presupuesto comunal. Un proceso riguroso permite la intervención más amplia posible de los ciudadanos sobre el proyecto que les concierne. Se votan las proposiciones para cada barrio dentro de una asamblea de ciudadanos elegidos como representantes de la ciudadanía. Se llevan las proposiciones votadas a un consejo amplio donde se confrontan los puntos de vista entre portavoces directos de los ciudadanos y técnicos de la gestión municipal. Las proposiciones y decisiones tienen que tomar en cuenta un esfuerzo de redistribución social hacia los sectores desfavorecidos en términos de equipamientos y servicios públicos.



LÍMITES DE LA PARTICIPACIÓN

La participación experimentada en distintos lugares demuestra que el proceso deliberativo produce un aprendizaje común entre expertos, instituciones, ciudadanos sin formación…cada parte asimilando poco a poco las obligaciones de la otra parte. Es una fase de aprendizaje cultural, un trabajo en común difícil pero de evidente interés.

Es un juego entre conflicto y cooperación con las instituciones, la administración y sus expertos, por un lado y, por otro, la sociedad de ciudadanos que deben soportar las consecuencias de las iniciativas y las decisiones.

En muchos casos, después de la euforia inicial, los colectivos ciudadanos se implican cada vez menos en la elaboración de los proyectos y las proposiciones. Las asociaciones y los grupos de ciudadanos interesados tienen dificultades para constituirse en interlocutores perennes y competentes frente a un poder institucional que almacena cantidades de informaciones y normas y que se encuentra bajo la presión de grupos económicos y financieros que no pertenecen directamente al colectivo… Existe el riesgo, para todos estos modelos, de crear una categoría de ciudadanos expertos en "ingeniería de la participación" que pronto aparecen como una pantalla entre ciudadanos y centros de decisión.

Los mismos partidos políticos –progresistas, ya que no se puede esperar tal cooperación de los partidos conservadores –no hacen un gesto claro a favor de la participación. Si los ecologistas pragmáticos tienen asimilada esta visión por naturaleza, tienden a olvidarla cuando llegan a gobernar. Los socio-demócratas están divididos como lo demostraron los socialistas franceses en las elecciones presidenciales pasadas: frente a la candidata oficial que pedía la aplicación de la participación ciudadana como base esencial de su programa, numerosos políticos intentaron borrar el mensaje nombrando procuradores a los jurados de ciudadanos o confundiendo la participación con una democracia de opinión o una demagogia.

Estas críticas por parte de las élites políticas, -y por supuesto del mundo de los medias, aumentan a medida que pierden su influencia sobre la sociedad. También el hecho de que un tipo de democracia directa tienda a expandirse con los referéndums, foros y blogs en la red, debates públicos…lleva a un contraataque por parte del poder. De todas maneras, este poder intenta por lo menos instrumentalizar la participación de los ciudadanos para prevenir la contestación. Lo guía hacia "lo local" y le cierra la puerta de los centros de decisión. El poder puede también instrumentalizar la constitución de unas nuevas élites que capten las prácticas participativas. Todas estas posibilidades están implícitas en la definición misma de la participación como lo planteamos anteriormente: ¿participar, es dialogar con la élite en el poder, aceptar la participación dentro de un sistema de elegidos, de representantes de un pueblo que le otorga el poder? No puede haber un enfoque "local" o "nacional" sin debilitar la fuerza de un movimiento que se orienta en sus fundamentos hacia una liberación de los humanos del yugo de un imperio mercantil que actúa desde la opacidad y define los derechos de los individuos, su alimentación, las energías, el agua, los transportes, la información, la comunicación… en función de los intereses de una oligarquía.

Una perspectiva más radical sería la de unos movimientos sociales decididos a transformar en una" lucha para el reconocimiento" lo que es hoy el desprecio para unas categorías sociales dominadas. Conviene hoy transformar la gobernanza mundial en marcha y sus antenas (FMI, OMC, Banca Mundial…) en un centro de control y de decisión por los humanos y para los humanos.


Notas bibliográficas
- Dominique Bourg et Daniel Boy, « Des conférences de citoyen pour discuter des questions scientifiques et techniques », in la démocratie participative (dir. Yves Sintomer), Problèmes économiques et sociaux, La Documentation française, 2009.

 -Manuel Castells Sociología de los movimientos sociales urbanos.
 J-ürgen Habermas, Escritos políticos.
 -Hannah Arendt, ¿Qué es la política?
-Eléonore KOEHL, Yves SINTOMER: Los jurados de ciudadanos berlineses -Informe 2002 
-Jacques RANCIÈRE, 2005, La haine de la démocratie (El odio a la democracia) 
 
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19.7.11

Libertad de los cuerpos-Prostitución


  UNA CONTRADICCIÓN DE LAS DEMOCRACIAS

Hay un enigma histórico, una a-historicidad de la dominación y de la opresión. ¿De qué evento provienen? ¿Cuáles son sus estatutos?
La relación mujer/hombre ilustra el enigma.

«La "Mujer" es una "heterodesignación", una atribución de identidad por quien ejerce el poder» nos dice Simone de Beauvoir: ella es una intelectual específica, en el sentido que le da Michel Foucault: pensar y actuar desde un saber preciso para cada uno, meterse en lo que le concierne y le afecta. De Beauvoir sabe meterse en lo que le concierne, la mujer, la vejez y añade que los hombres no suelen tener la idea de escribir sobre su propio sexo, sobre el hombre.

Hay una contradicción democrática, la de una sociedad sexuada, la contradicción de nuestras democracias cuando se habla de una supuesta emancipación de la mujer o, como dice Geneviève Fraisse «esta dificultad de un devenir sujeto que coexiste con la permanencia del objeto».



En las democracias, el debate sobre la prostitución pone de relieve esta contradicción
¿Qué significan "libertad", "igualdad" en esta relación de los sexos? ¿Puede ser compatible la libertad del cuerpo con la igualdad de los géneros? ¿Está el objeto de deseo necesariamente relacionado con la dominación, la coerción o el consumo y la mercancía?

La antropología nos recuerda «que la mujer ha sido un objeto transaccional de los pactos y conflictos entre varones» (Levi-Strauss). El griego "pernemi" (vender) ha dado el masculino pornos (rufián) y su femenino porne (prostituta). El latín mereo (cobrar, merecer, ganar) ha dado la meretriz.

EN EL CINE

En el Dossier TABÚES, hemos desarrollado el tema de la liberación de los cuerpos. Recordamos esta frase de este Dossier: Cuando el espacio se construye en función de los cuerpos, no necesariamente los cuerpos en acción sino, como lo describe Antonioni, los cuerpos como lenguaje, como evento, entonces nos encontramos con el punto de inflexión que hace pasar del encerramiento de los cuerpos a su liberación.

Numerosas películas ilustran el tema de la prostitución, de las cuales retenemos aquí:


Calle de la vergüenza



"La calle de la vergüenza" de Kenji Mizoguchi, un autor preocupado por reflejar el papel de la mujer en la sociedad, relacionándolo siempre con el sacrificio y la carnalidad. En casi todas sus películas aborda el tema de la mujer sumisa y sacrificada en el marco de una sociedad machista y feudal.


El país de los sueños (Calle de la vergüenza)


La vergüenza es probablemente la que tiene la sociedad más que la de estas mujeres que trabajan en "El país de los sueños", burdel que les permite sacar el dinero para el marido, padre o hijo… El parlamento esta sacando una ley anti-prostitución que refleja una sociedad anclada en los mismos valores morales desde hacen siglos


Princesas



"Princesas" de Leon de Aranoa: Caye es una princesa, aunque también es prostituta. Su reino es suyo, aunque no está delimitado. Se extiende más allá del cordón telefónico que le une a sus clientes, está en su propia mente, en su realidad soñada.


Belle de jour



"Belle de jour" de Luis Buñuel: el fetichismo del cineasta con respeto a la cabellera le ayuda a transformar una blanca y rubia burguesa frígida en una prostituta en una casa de citas con la simple transformación de un moño en un magnifico pelo suelto. Como Simone de Beauvoir, La Belle de Jour sabe meterse en lo que le concierne y poner en evidencia sus fantasmas de mujer sadomasoquista. Buñuel se deleita en causar el mayor daño y dolor posibles a la rubia e impecable burguesa que ensucia, cubre de barro, sin manchar a la mujer, liberándola de sus estructuras mentales rígidas en el juego de la dominación

ELEMENTOS PARA UN DEBATE

Algunos argumentos en contra de la prostitución

La prostitución, por naturaleza, es una violencia hacia la mujer. Una democracia ambiciosa y avanzada debe plantearse la desaparición de la prostitución. Algunos proponen actuar en contra de la demanda, lo que significa multar o encarcelar a los clientes y dan la cifra de 1 cada 8 hombres como clientes potenciales.

En contra de la prostitución se evoca el engranaje de tal situación de la cual es difícil salir, tomando en cuenta la necesidad de dinero para sobrevivir o la vergüenza que acompaña la profesión. Lo que, en una primera etapa, puede parecerse a la libertad, se vuelve obligación, coacción o violencia.

Otro argumento es la perpetuación de las tradicionales representaciones de lo masculino y lo femenino que implican la desigualdad hombre/mujer y que han abonado la idea del cuerpo femenino como objeto de deseo negociable. Este argumento quiere así zanjar la cuestión de la prostitución como fuerza de trabajo al servicio de la sociedad.


¿Qué dicen los defensores de la prostitución?

En el nombre de una lucha contra la explotación sexual, unos políticos consideran a las prostitutas como unas menores de edad, incapaces de tomar una decisión, señala una jurista, quien añade: «Por supuesto, hay consentimientos que enmascaran la violencia, pero si una prostituta puede elegir a sus clientes, fijar sus tarifas, y dejar de ejercer su profesión cuando lo desea, no hay entonces ninguna razón para considerar esta actividad como una violencia. Cada uno debe ser libre de hacer la elección que le conviene en función de sus propios valores».

La llamada "prostitución tradicional" consiste en la libre elección del ejercicio de esta actividad, fuera de todo proxenetismo, con frecuencia y durante una etapa larga de vida. Muy a menudo, las "tradicionales" entran ocasionalmente en la prostitución, pero deciden seguir a consciencia, según una socióloga. Se consideran como "trabajadoras del sexo". Es el caso, por ejemplo, de los jóvenes que se lanzan, esporádica o continuamente, por Internet Este tipo de prostitución de mujeres y hombres tiene sus asociaciones y sus defensores. Todas y todos piden el respecto de un principio simple: la prostitución es la libre disposición de su cuerpo, la elección de un servicio sexual tarifado consentido entre adultos. La filósofa Elizabeth Badinter afirma: «Hay mujeres que se prostituyen sin encontrarse bajo presión. Están en su derecho absoluto cuando practican unas relaciones sexuales tarifadas». En cuanto a la penalización del cliente, los defensores de la prostitución consideran que corresponde a una vuelta al puritanismo de la política de la moralidad de las costumbres del siglo XIX. La eventualidad de una legislación en este sentido niega el libre albedrío a los individuos que han decidido practicar esta actividad. Hacer de estas personas unas inadaptadas sociales o promover unas medidas que penalicen a los clientes es una marcha atrás en cuanto a la evolución de la salud pública. Para escapar del acoso policial, las personas que se prostituyen pueden encontrarse en un estado de vulnerabilidad por alejarse de las zonas céntricas y de los centros de prevención.

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7.7.11

La libertad como espacio público

 
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Esta página pertenece al dossier CON LOS DEMÁS

y Yo
Tú, vegetal, tierra o agua, animal u objeto,
objeto de uso o de deseo,
otro humano o esta parte de mi desconocida, en la sombra y la confusión,…
Tú, otro ente, y Yo.

El espacio público
Este y entre Tú y Yo no es la disyunción o el enfrentamiento del o de Tú o Yo. Te ignoro hasta que tropiezo con algo en ti. Mi ignorancia no tendrá fin hasta que llegue a comprender lo que me relaciona a ti, mi implicación y mi responsabilidad con esta relación,… hasta que llegue a reconocerte. Todavía más. Tengo que investigar las prolongaciones de esta relación en lo que afecta a otros entes, las sinergias que conviene optimizar. Mi sensibilidad, mis emociones, los datos almacenados que mi imaginación y mi razón manejan están en juego. Puede ser que si la ignorancia tiene fin, mi comprensión nunca la tendrá, pero hay que seguir…Es aquí mi potencial, mi "caos individual", lo que mi biología permite


Este y entre Tú y Yo es el espacio y donde se encuentran lo que soy y lo que eres. Es el espacio donde se despliegan nuestros respetivos potenciales, lo que constituye cada uno, su biología y sus condicionamientos. Es el espacio que crea el nosotros y por el cual cada uno puede descubrir el campo donde florece su libertad.
Soy libre de acabar con mi ignorancia. La libertad es mi afirmación. Puedo guiarme en mi relación contigo, gobernarme ¿o a caso tengo miedo a gobernar, el miedo a ser libre?
¿No será que prefiero ser gobernado por otros que descubrir la acción que me corresponde para comprender y afirmarme como humano libre?

Yo y los demás
Este y es el espacio público donde mi potencial puede expandirse en la imaginación y la comprensión, las cuales se concretizan en la acción liberadora. La libertad ocupa el espacio público entre Yo y los demás, ofrece la creatividad de sus iniciativas y no espera ningún privilegio.



La libertad y la igualdad no están dadas por la democracia

¿Por qué confiar a unas "élites" el espacio público, la elaboración de las leyes que restringen nuestras libertades de reflexión y de acción, la economía y las finanzas que regulan nuestros ritmos biológicos y las necesidades que nos sustentan a cambio de un trabajo pero excluyéndonos de la acción directa?

Estas "élites" que dan al público sus saberes a cambio de privilegios, no son libres. Son los esclavos del poder de dominación que sus privilegios les confieren con el consentimiento de la colectividad. Es así que el espacio público se cierra sobre él mismo y que las libertades mueren en el intento.

A pesar de los prejuicios [1]que tenemos hacia lo político, Tú y Yo les confiamos el espacio público. Pero, no se puede limitar la política a la representación de nuestras divisiones por unos partidos de gobierno que utilizan la alternancia como condición de la democracia.

"La igualdad de Derechos como dato de partida sirve para tapar las más grandes inigualdades". En la vida práctica, estamos siempre en la inigualdad de relación, frente al conocimiento, las informaciones que nos llegan en función de nuestras condiciones de procedencia o de educación.

La libertad y la igualdad no están dadas con la democracia. Es la retórica que las élites en el poder utilizan para jactarse de los méritos del sistema que gobiernan e intentan perpetuar. Ni la igualdad, ni la libertad nos son dadas. Nosotros vivimos la realidad de la democracia. No es virtual. Es real, vivimos la Democracia real, con sus injusticias, sus inigualdades y sus sistemas educativos. Estos últimos orientan al humano hacia el rendimiento en la producción, frustrando la relación íntima con su propia potencia, el descubrimiento de los movimientos de sus emociones, la fuerza creativa de su imaginación.


Esa es la democracia real que tenemos, en la que los movimientos sociales actuales se enfocan pacientemente para conseguir menos dominación y menos inigualdad. El devenir incesante de lo colectivo se expresa en estos movimientos y con la fuerza viva de distintos organismos.

Sin embargo, no se puede "negociar" con un poder político y económico-financiero establecido. El espacio público no se comparte con una organización programada que ha puesto en evidencia la limitación de la representación política frente a un mercado imperial[2] .
Tú y yo no podemos pedir que se nos escuche, pedir más transparencia, más regulación o que tal o cual poder nos permitan una participación dentro de un Estado organizado en sistema opaco de partidos, con sus ideologías rancias, su máquina electoral, sus grupos de reflexión y su corte de grupos de presión.



La acción política transforma el espacio público

No tenemos más remedio que reconocer a la política su función: es lo que determina nuestros modos de vida en el marco social, si no individual. Es lo que nos permite participar de la aventura colectiva y comprender las obligaciones que limitan el campo de nuestras libertades.

Así, la politica es lo que me sensibiliza en cuanto a las posibilidades que tengo, como ser social, para construir o transformar este espacio de libertad. Mi atención y mi reflexión tienen que enfocarse hacia estas posibilidades [3].

Debo reconocer también el carácter apremiante del VIVIR CON LOS DEMÁS como el paso necesario para la constitución de mi espacio de libertad. Puedo entonces asumir mi acción social y política en el marco de mis posibilidades, tomando el riesgo de la equivocación en cuanto a mi capacidad de inventar o anticipar. Las consecuencias de nuestras acciones colectivas sobre las generaciones futuras recurren a mi responsabilidad individual. Por consecuencia, mi sentimiento de libertad se acompaña de un necesario compromiso. Hay un futuro que solicita mi responsabilidad. Hay el presente de mi acción asumida, fundamento de mi individualidad y de mi libertad.



Pero ¿es compatible mi libertad con el compromiso?

¿Puedo asumir esta contradicción o tengo que limitarme a vivir en el presente de mi libertad, en el espacio del instante vivido?

¿Qué ocurre entonces con la acción política?

¿No conviene reivindicar este "caos individual" que los manipuladores del miedo argumentan para perpetuar su poder dominador en el nombre de la libertad individual ?[4]

¿No está este caos individual, manipulado por no haber sabido resolver su relación con el tiempo, este futuro, este pasado, que refrenan la libertad?

En el presente de la acción asumida está el movimiento de los deseos, de las emociones, la expresión de las fuerzas vitales. Estas saben asumir la responsabilidad de uno con las generaciones futuras sin comprometer su libertad. No se trata de una actitud solidaria ya que las fuerzas de la vida son sabias cuando actúan con la fluidez del instante.

Donde acaba la organización programada, acaba el caos.

Hoy se manifiesta la urgencia de devolver a la humanidad los servicios que pertenecen a su espacio público. Estos servicios no toleran ningún privilegio de orden privado ni pueden ser monopolizados por una oligarquía.

El espacio público transnacional que activa nuestra libertad debe constituirse como "Estado en devenir" donde nuestro "caos individual" puede expresarse y enriquecer el debate incesante y vibrante de los humanos. Nos incumbe inventar la Constitución de un espacio púbico que nos libere.


Notas
[1] Ver Arendt y la libertad en este Blog
[2] Ver Toni Negri Imperio  y el Dossier LAS REGLAS DEL JUEGO en este Blog
[3] Ver La libertad como espacio en este Blog
[4] Ver "Libertad individual  y servidumbre" en este Blog

 
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Simples palabras -2

EL ESPIGADOR
 nº13

Esta segunda página de "Simples palabras" trata de una expresión que tiene futuro, la gobernanza mundial, y de estas dos otras que los partidos extremos han transformado en sinónimas: derecha e izquierda.


La gobernanza mundial, corazón de la margarita

En Arendt y la libertad , Hannah Arendt sugiere que «los medios de violencia … en mano del sistema político, despiertan en la humanidad el temor a su desaparición y, en contrapartida, la esperanza de que la humanidad será razonable y se deshará de la política antes que de sí misma –mediante un gobierno mundial que disuelva el estado en una maquinaria administrativa, que resuelva los conflictos políticos burocráticamente y que sustituya los ejércitos por cuerpos policiales». Hoy, añade memento, la tendencia es hacer de los ejércitos unos servicios humanitarios con derecho de ingerencia, que las masas pueden aplaudir más fácilmente.

Sesenta años después, la nueva directora del Fondo Monetario Internacional expone su visión de las instituciones internacionales en un libro de conversaciones con responsables de estas instituciones recogidas por Jean-Marc Vittori "A favor de una gobernanza mundial".

Dice Christine Lagarde: «Así tendremos una margarita cuyo corazón ejerce la gobernanza supranacional sobre los bienes públicos mundiales. Sus pétalos serán la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Foro de Estabilidad Financiera, la Organización Internacional para la Alimentación, la Organización Mundial de la Salud, etc…



De momento, hemos colocado las primeras piedras de la gobernanza mundial que existirá dentro de veinte o treinta años. Nos incumbe hacerla vivir y crecer, a no ser que los eventos nos impongan, una vez más, acelerar el proceso»[1].

Esta esperanza de que la humanidad se deshará del sistema político mediante un gobierno mundial que disuelva el Estado en la margarita de la señora Lagarde está a punto de realizarse y estamos invitados a hacerla crecer… o por lo menos, informados que otros lo están haciendo . Sin embargo, Hannah Arendt nos ha advertido:

« en lugar de una abolición de lo político obtendríamos una forma despótica de dominación ampliada hasta lo monstruoso, en la cual el abismo entre dominadores y dominados tomaría unas proporciones tan gigantescas que ni siquiera serían posibles las rebeliones, ni mucho menos que los dominados controlasen de alguna manera a los dominadores».


Esta declaración de una responsable política en el campo de las reformas actuales puestas en marcha con la globalización, por una parte, y el contra-campo que nos ofrece el pensamiento de Hannah Arendt, por otra parte, ponen de manifiesto otras "simples palabras":



Derecha - Izquierda



Dice la escritora mexicana Sabina Berman: «Técnicamente uno de derechas tiene fe en verdades absolutas, que no existen, y tiene prohibida la discusión porque cree en lo que no es verdad y lo que se ajusta a la realidad es destruido e ignorado. La mente de izquierdas es una mente científica, la verdad se indaga, se cifra, se comprueba y recomprueba, las soluciones que derivan de ella son complejas. Es un pensamiento mucho más lento y generoso». No será difícil identificar en esta página quién es una y quién la otra.

En cuanto a la esperanza de un gobierno mundial, leemos también a E.L. Doctorow:, quién, a propósito de la relación entre partidos políticos recuerda: «no sé si ha habido un cambio. Cuando yo era niño, hubo una marcha de apoyo al nazismo en Madison Square Garden, y la gente iba caminando por allí con esvásticas en las camisas. Había un conocido sacerdote de derechas, el padre Cogwin, que tenía una inmensa cantidad de seguidores. Estaba Charles Lindbergh, cabeza de un grupo llamado América Firster's. Luego vino el fervor anticomunista de los cincuenta, una era gris en la vida de EEUU». Doctorow añade: « Siempre ha sido más fácil para la derecha llegar a la gente. El psicólogo Wilhelm Reich dijo que la mente del hombre promedio está construida para el fascismo: es mucho más fácil para la derecha llegar a ese lado antediluviano de la gente, sus miedos, sus ansiedades, que para la izquierda tratar de apelar a la razón».

Edgar Morin, sobre estas simples palabras tan desacreditas cuando les extremos las asocian, se muestra compasivo: «Las derechas tienden a pensar que el desgraciado, el pobre o el criminal es el único culpable de su condición, mientras que las izquierdas nos sentimos pobres, criminales o explotados con ellos. Esas dos emociones te llevan a ser de derechas o de izquierdas».

Notas
[1] No podemos quejarnos de la falta de transparencia (otra simple palabra) de los responsables políticos, y disfrutarla antes de que el oscurantismo de la gobernanza mundial nos hunde en una larga noche.

Simples palabras-1

EL ESPIGADOR
nº12

En vez de constatar el abismo que hay entre las ideas y la realidad, podemos aprender de esta crisis a ver que, detrás de mecanismos supuestamente complejos que se nos presentan en los medios de comunicación, hay unas palabras simples que piden que reflexionemos sobre ellas


Con estas frases, memento concluye la página "Arendt y la libertad" que trata de la reflexión de Hannah Arendt sobre la acción política (Dossier ARENDT, Dominación y Libertad).

Recordamos esta cita[1] de Arendt al respecto: “Es, creo, una muy triste reflexión sobre el actual estado de la ciencia política, recordar que nuestra terminología no distingue entre palabras clave tales como “poder”, “potencia”, “fuerza”, “autoridad” y, finalmente, “violencia” – todas las cuales se refieren a fenómenos distintos y diferentes, que difícilmente existirían si éstos no existieran-. (...) Emplearlas como sinónimos no sólo indica una cierta sordera a los significados lingüísticos (...) sino que también ha tenido como consecuencia un tipo de ceguera ante las realidades a las que corresponden. (...)”

A la acción política en el espacio público no le conviene la retórica de los grandes principios y la búsqueda de finalidades, las cuales no corresponden necesariamente a intereses convergentes.


Actualmente, los movimientos sociales parecen inspirados en parte por sociólogos y filósofos de las generaciones pasadas, condicionados por el lenguaje en uso en los medias. Tienden a la facilidad con el uso de un lenguaje que, a la reflexión, nos parece desacreditado y con la enumeración de objetivos que concretizan el diálogo con un sistema, cuando lo que hace falta es un cambio que llegue a dar la espalda a cualquier sistema. El peso ideológico de las palabras de los políticos, de las expresiones empleadas en los medios informativos pone en evidencia la propaganda de un sistema que obra para asegurar la apatía de los humanos en el marco de unas «condiciones «democráticas en las que ya no es cuestión de ganar la guerra civil sino de escamotear el conflicto, de volverlo invisible e inaudible» [2].

El lenguaje de la acción política nace de la imaginación y la comprensión desde la atención y no busca la conclusión .[3] Este lenguaje no acepta las viejas fórmulas ni las palabras ya desacreditadas como "democracia" o "economía solidaria" y muchos otros términos machacados por los políticos y los medias como el hipócrita "desarrollo sostenible" o el voluntariamente confuso "activista" [4].

No se trata de usar las palabras como armas de una lucha sino acabar con un discurso que se convierte en cliché por ser utilizado en todos los debates rutinarios que nos encierran, en fin de cuenta, en la ideología de la democracia. El lenguaje necesita ser renovado para refrescar la comunicación en el espacio público

En esta página intentamos echar una mirada a algunas de estas expresiones desde un ángulo que puede abrir el debate.

Economía solidaria

La crisis económico-financiera demuestra que está funcionando con mucho éxito en la ideología democrática. La solidaridad de los inversores y de las agencias de calificación, de las fuerzas patronales y políticas… ha puesto en evidencia la dificultad de una solidaridad entre Estados en Europa. Por laudable que sea la creación de grupos solidarios en defensa, por ejemplo, de los derechos de los pequeños agricultores, esta iniciativa se sitúa dentro de la fragmentación de la sociedad que debilita el espacio público. Este último necesita más de la fluidez que de la solidez.


Participación
En el mejor de los casos, la participación es lo que un responsable político socialista francés, candidato a la presidencia, señala en estos términos: «una clara repartición de las tareas entre la ley y la democracia social». Se ofrece a los ciudadanos, organizados en un espacio público reducido a una supuesta democracia social, hacer proposiciones a los legisladores, lo que los movimientos sociales actuales en España están comprobando.


Democracia
Se habla de democracia social, de democracia territorial, representativa, participativa, liberal, avanzada, …y hoy democracia real.

Sobre la "democracia "Slavoj Žižek, en su introducción al "Tratado de la servidumbre liberal: análisis de la sumisión", de Jean–Léon Beauvois [5]  , dice con ironía: «A esto se debe también que hoy la «democracia» sea un tema cada vez más falso, una noción tan desacreditada por su uso predominante que, tal vez, deberíamos arriesgarnos a cedérsela al enemigo. ¿Dónde, cómo y por quién se toman las decisiones claves referentes a asuntos sociales globales? ¿Se toman en el espacio público, mediante la participación activa de la mayoría? Si la respuesta es sí, es de importancia secundaria que el Estado tenga un sistema de un solo partido, etc. Si la respuesta es no, es de importancia secundaria que tengamos una democracia parlamentaria y libertad de elección individual».

Notas
[1] Hannah Arendt: "Crisis de la República"
[2] Ver la dirección siguiente en "La oveja roja" http://www.laovejaroja.es/lqr.htm que presenta el libro de Eric Hazan LQR que trata del uso del Lenguaje político en la Quinta Republica Francesa

[3] Ver "Arendt y la libertad" en el Dossier H.ARENDT, Dominación y Libertad

Arendt y la libertad

Esta página pertenece al Dossier: H.ARENDT,Dominación y Libertad

la comprensión no tiene fin, no puede dar resultados definitivos sino que es el modo específicamente humano de vivir, ya que cada individuo necesita reconciliarse con el mundo en que ha nacido y en cuyo seno permanece siempre extraño debido a su irreducible unicidad.

Imaginación, comprensión y libertad


En el Dossier IMAGINACIÓN –Imaginación IV, haciendo referencia a J.P.Sartre señalamos que el poder que la imaginación ejerce sobre las cosas más allá de la realidad representa nuestra capacidad de trascender el mundo tal como se presenta, o sea nuestra libertad.

En la obra de Arendt, la libertad se encuentra en el corazón de la polis, Se presenta como la dirección hacia lo desconocido. Cada individuo tiene el poder de la acción política, expresándose en la iniciativa, en lo que no existía todavía, en lo excepcional. Estamos lejos del "estado de excepción" de Carl Schmitt (ver: Arendt y la dominación en el mismo Dossier). Se trata de la excepción de la creatividad de cada uno, como singularidad.


Ahora bien, la acción política exige por parte del individuo la comprensión «un complicado proceso que nunca produce resultados inequívocos. Es una actividad sin fin… por la que aceptamos la realidad, nos reconciliamos con ella, es decir, tratamos de estar en armonía con el mundo».

Arendt habla de "una mente abierta", una "mentalidad extensa", de la capacidad de diferenciar más que ordenar o integrar. Es la Imaginación, esta representación de la realidad, que agudiza el discernimiento. Ella hace que el pensamiento no se vuelva opaco por «la peculiar densidad que envuelve todo lo que es real». Es ella la que nos permite ponernos «en el lugar de otro», lo que Arendt describe así: «la imaginación se entrena para ir de visita». ¡Todo un programa! Es una proposición sobre el enfoque mental que hace de la imaginación un sinónimo de la comprensión.

Cuando se trata de acción política, Arendt insiste sobre una comprensión que toma en cuenta el peso de la historia:

« La comprensión significa, más bien, examinar y soportar conscientemente la carga que nuestro siglo ha colocado sobre nosotros… La comprensión, en suma, significa un atento e impremeditado enfrentamiento con la realidad, un soportar ésta, sea lo que fuere».

El espacio público

«Los hombre vivían juntos llevados por sus necesidades y exigencias. Esa fuerza que los unía era la propia vida… que para su mantenimiento individual y supervivencia de la especie, necesita la compañía de los demás. … Así, pues, la comunidad natural de la familia nació de la necesidad … La esfera de la polis, por el contrario, era la de la libertad y existía una relación entre estas dos esferas, ya que resultaba lógico que el dominio de las necesidades vitales en la familia fuera la condición para la libertad de la polis» (ver Arendt y la dominación en este Dossier).

Así, el espacio público es el espacio de la acción política, el espacio de la libertad. Para Arendt, la acción es el inicio, un comienzo que las iniciativas del individuo marcan. La acción política nace, aparece a la mirada de los demás (ver en este Blog: "multitudes" de Paolo Virno). Con la acción política, cada individuo, en su singularidad, en la tensión de su pasado, en su herencia, participa de esta construcción que Arendt llama "el vivir con los demás". La acción política es crear, es introducir lo desconocido en lo conocido, algo inesperado en la cadena de los eventos. La acción es natalidad, dice Arendt, la política nace en este espacio que se crea entre el individuo, con toda la potencia de su iniciativa, y los demás, los cuales reconocen y saludan la iniciativa.

«Es la intersubjetividad del mundo lo que nos asegura el pertenecer a la misma especie».


Superar los prejuicios


Pero, ¡cuidado! nos dice Hannah Arendt: la política se disuelve en lo político, el de los partidos. Uno debe preguntarse: «¿Cómo dar a la acción política un espacio donde desplegarse y hacerla crecer sin cesar entre las subjetividades apáticas o resistentes? Está implícito en tal pregunta que el Estado no puede ser la fuente de una vida política autentica y debe limitarse a asegurar la paz. Lo que no significa que, con estas condiciones, nos planteemos liberarnos del poder político. Que no quede nadie en el lugar del poder traduce el despotismo más temible ya que, según Arendt, en este caso «no hay nadie que pueda hablar con este Nadie, ni protestar ante él».

Sin embargo, los prejuicios hacia el sistema político están extendidos entre ciudadanos en todas las democracias. Arendt sugiere que «los medios de violencia puestos a su disposición» despiertan en la humanidad el temor a su desaparición y, en contrapartida, la esperanza de que la humanidad será razonable y se deshará de la política antes que de sí misma –mediante un gobierno mundial que disuelva el estado en una maquinaria administrativa, que resuelva los conflictos políticos burocráticamente y que sustituya los ejércitos por cuerpos policiales». Hoy, la tendencia es hacer de los ejércitos unos servicios humanitarios con derecho de ingerencia, que las masas pueden aplaudir más fácilmente.

El punto esencial de este planteamiento sobre los prejuicios es la confusión que tenemos cuando hablamos de la política. La gente suele definir así la relación entre dominante y dominado, entre "élite" y ciudadano. Con este enfoque, nos dice Arendt « en lugar de una abolición de lo político obtendríamos una forma despótica de dominación ampliada hasta lo monstruoso, en la cual el abismo entre dominadores y dominados tomaría unas proporciones tan gigantescas que ni siquiera serían posibles las rebeliones, ni mucho menos que los dominados controlasen de alguna manera a los dominadores».

Sigue Arendt: «Pero si entendemos por político un ámbito del mundo en que los hombres son primariamente activos y dan a los asuntos humanos una durabilidad que de otro modo no tendrían, entonces la esperanza no es en absoluto utópica».

Esta durabilidad que se superpone a los devenires del movimiento de la vida de la humanidad, Arendt desea que «trascienda la simple funcionalidad de los bienes de consumo y la utilidad de los objetos de uso».

Por supuesto, las democracias de masas viven la indignación, la impotencia… o el olvido cuando se trata del voto político, el afán de consumo y de crecimiento cuando se trata de la economía, la ignorancia frente a los mecanismos financieros, y la apatía o el prejuicio cuando se trata de la acción política.

En vez de constatar el abismo que hay entre las ideas y la realidad, podemos aprender de esta crisis a ver que, detrás de mecanismos supuestamente complejos que se nos presentan en los medios de comunicación, hay unas palabras simples que piden que reflexionemos sobre ellas (ver "simples palabras" en el Dossier EL ESPIGADOR).