29.4.11

El monstruo y Michel Foucault


Sólo la ficción puede hacer creer que las leyes están hechas para ser respetadas y que la policía y los tribunales están destinados a hacerla respetar (Michel Foucault)



SEGURIDAD Y "POPULISMO PENAL": EL MONSTRUO

Llama la atención la retórica y, a veces, la acción del sistema político con respecto al sistema judicial o policial. Hoy, unos gobiernos, en Francia o en Italia, un partido de gobierno en la oposición en España, no tienen reparos en criticar a la justicia o a la policía con el fin de promover reformas en su ventaja o de atacar al partido rival, designarlas también como responsables en el caso de unos sucesos trágicos. Manipulan ciertos hechos que tienen una resonancia mediática, aptos para activar el miedo colectivo –monstruo pedófilo, terrorista, activista… -y asientan así su autoridad política.


Berluscosy-compadres conchabados



Estos responsables políticos apelan al pueblo directamente para descalificar a unas instituciones que tratan problemas de la sociedad a partir de las leyes que sus partidos han votado. Promueven así un populismo penal en el marco de la retórica exacerbada de la seguridad.

La seguridad

Es uno de los temas más sensibles en el "vivir juntos" de una democracia. La necesidad de preservarse del daño, de resguardarse frente a las incertidumbres, despierta en el individuo unos reflejos de identidad, de pertenencia a una comunidad. Eh aquí uno de los fundamentos tanto del miedo individual y colectivo como de la fragmentación de una sociedad. En vez de encontrar en uno mismo estas raíces, el individuo cuenta con el grupo, la comunidad con la que se identifica, a veces con su mundo laboral, generalmente con el Estado.

Encargado del orden y de la justicia, el Estado debe responder a la necesidad de seguridad del individuo. ¿No es ese el proyecto de la democracia parlamentaria que responde así a la convención de los derechos humanos? ¿Significaría eso que sin los derechos humanos y sin confiar en un Estado, los individuos conocerían la inseguridad? ¿Nos planteamos en qué consiste la "inseguridad"? ¿La relación con el otro? ¿Por qué tenemos miedo?

El individuo delega su poder al político, el cual define las instituciones, escribe las leyes que rigen la sociedad, utiliza la retórica que los medios de comunicación difunden. El discurso político se permite increpar a las instituciones judiciales o policiales, hace referencias a ciertas conjuraciones y establece, por ejemplo, una relación directa con las víctimas de un evento trágico como, por ejemplo, un acto terrorista, sin la mediación de la institución judicial que lo está instruyendo. Es un discurso que da la espalda a la democracia representativa y por supuesto a la participación ciudadana. Este discurso sitúa la ciudadanía en una atmósfera pre-electoral permanente, particularmente en España donde el discurso político-mediático se hace desde la perspectiva del enfrentamiento entre los dos partidos principales con la voluntad evidente de ocupar la totalidad del campo emocional y de limitar así la posibilidad de un debate en un espacio ciudadano, reflexivo y de calidad. A fin de cuentas, cuando a uno se le despierta el campo emocional, se puede manipular sus miedos y exagerar las amenazas…

El monstruo

En este contexto de populismo penal, el delincuente aparece como el mal absoluto. En la página "Justicia y peligrosidad" citamos a la jurista Mireille Delmas-Marty que denuncia un discurso político que se despliega desde lo imaginario, «la utopía de la inseguridad que se refiere a un mundo sin riesgo y sin peligros, una tolerancia cero». Se le opone una institución judicial arraigada en la realidad, en la proximidad de los seres humanos, víctimas… o culpables, incluso cuando el acto es monstruoso.
 
Foucault: "los anormales"-Biopolítica y genealogía de lo monstruo
por Adolfo Vasquez Rocca


Detrás de la palabra "monstruo", ese que mostramos, que ponemos a la vista, se esconde, en las profundidades de nuestras representaciones imaginarias, el lenguaje del miedo y del conjuro. Este lenguaje del populismo penal corresponde a una concepción de la democracia que no puede coincidir con la misión asignada al sistema judicial.
Según Mireille Delmas-Marty «Nadie puede pretender erradicar para siempre la violencia criminal… La vuelta al registro del monstruo para designar a los delincuentes sexuales hace temer una deshumanización del criminal». Podemos temer también la transformación del proceso penal en una clase de "exorcismo".
¿Significa eso que el sistema penal y judicial funciona correctamente si el sistema político se abstiene del populismo penal?


EL SISTEMA JUDICIAL Y LA CÁRCEL: MICHEL FOUCAULT


Todos mis libros…son, si quiere, pequeñas cajas de herramientas. Si las personas quieren abrirlas, servirse de una frase, de una idea, de un análisis como si se tratara de un destornillador, o de unos alicates para cortocircuitar, descalificar, romper los sistemas de poder, y eventualmente los mismos sistemas de los que han salido mis libros, tanto mejor. (Michel Foucault).

Seguimos el consejo de Foucault y utilizamos las cursivas para citarlo en lo que sigue.

Una justicia con dos velocidades

Denunciar el populismo penal que practica una cierta clase política no enmienda el sistema judicial.
Lo que debe ser objeto de lucha es el funcionamiento del sistema penal y del aparato judicial en la sociedad, ya que ambos son los que gestionan el ilegalismo, que enfrentan los unos contra otros.
Según Foucault, la ley esta hecha para diferenciar las maneras de sortearla: tenemos un especie de tablero de ajedrez con «casillas controladas y casillas libres», lo que es tolerado o permitido a unos es prohibido a otros. Tomando el ejemplo del trafico de drogas, Foucault pone el acento sobre el hecho de que «la vía esta libre para los beneficios sustanciosos», lo que podemos aplicar también a la corrupción del sistema político, mientras «los pequeños peones son siempre situados y mantenidos en las casillas peligrosas».

Estamos delante de una justicia con dos velocidades. Por un lado, el delincuente, el monstruo, por otro la delincuencia financiera a la vista, cada día más evidente, sin juicios o tan escasos… Las democracias que llamamos "avanzadas" ¿llegarán a castigar la delincuencia financiera? Hasta ahora, nos dan la prueba que protegen más bien este tipo de delincuencia [1] .

La ejemplaridad de la pena
¿Podemos aceptar el argumento, propio de un fiscal estadounidense o de una parte de la opinión pública: " si no condena este hombre a muerte otros niños inocentes serán asesinados salvajemente"? : Lo llamemos justicia o venganza, ¿No es en realidad el disfraz de una pulsión que habita en nosotros? ¿Nos "cura" la democracia de la barbarie y de este tipo de pulsiones o más bien hacemos las leyes para integrar estas pulsiones en ella? ¿En nombre de quién y de qué valores se juzga?

La ejemplaridad de la pena se apoya en símbolos, en valores como, en este caso, el valor de la vida humana ¿Qué contradicción es esa que consiste en matar para ejemplificar el valor de la vida? De hecho, la pena esta ahí para atestiguar la perennidad de ciertas prohibiciones, de ciertos tabúes.

"M" de Fritz Lang
El juicio de M

El juez
Pocos humanos disponen de un poder comparable al que posee el juez en el momento de decir: ¿qué voy a hacer con él?, ¿durante cuanto tiempo voy encerarlo? ¿Cinco años?, ¿diez años?...
Foucault: aquí, se individualiza la decisión judicial y al hacer eso, se convierte en imposible, o en criminal, toda decisión… Asumir una carga permite responsabilizarse de la culpabilidad ligada a toda decisión.
Lo que está en cuestión no es la inconsciencia del criminal sino la consciencia del juez.
La tensión, la angustia que provocan tales planteamientos y las decisiones consecuentes llevan el sistema judicial a organizarse de manera que su funcionamiento libere al juez de esta angustia. Tanto el presidente de un tribunal como el fiscal y los abogados necesitan de un modulador de la pena. Es eso el código que se utiliza a voluntad para procurarse buena consciencia. Las personas, hoy, son juzgadas no tanto por sus actos cuanto por su personalidad. Se hace comparecer a un psiquiatra, a testigos de moralidad que sirven de moduladores.
En cuanto al jurado, existe un equivoco. La manipulación del ciudadano en nombre de una supuesta norma racional hace del jurado un humano abstracto, consciencia universal. La realidad es otra: el jurado es un individuo, sacado a suerte siguiendo un determinado número de criterios.

Si la justicia se preocupa de corregir a un individuo, de apoderarse de él desde de el fondo de su "alma" para transformarlo, entonces es un hombre que juzga a otro hombre, la pena de muerte es entonces absurda. Resulta que, en realidad, ninguna pena es posible… Vivimos aún del viejo sistema tradicional que dice: se castiga porque existe una ley. Un nuevo sistema se ha injertado en el primero: castiga según la ley pero con el fin de corregir, de modificar, de enderezar puesto que nos estamos ocupando de desviados, de anormales. El juez se presenta como terapeuta del cuerpo social, como trabajador de la "salud pública" en sentido amplio.

Si el sistema judicial esta hecho para evitar que los jueces se pregunten ¿en nombre de qué juzgan?, ¿con qué derecho? ¿A quién y por qué actos? ¿No sería peligroso dejar que los jueces continúen juzgando solos liberándolos de su angustia?
¿Se puede juzgar "en nombre del pueblo" en una sociedad incierta que no domina sus pulsiones de muerte con las guerras que provoca o se deja manipular por la retórica de unos populistas?


"M" de Fritz Lang


La prisión
Concluimos el recorrido del delincuente, del monstruo, expuesto a la hostilidad de los medios populares de lo que, en mayoría, han salido. Por este laberinto que le ha preparado este sistema penal, siguiendo la ley que el legislador ha urdido "en el nombre del pueblo", él llega a la cárcel donde se le puede controlar, vigilar, conocer a fondo. Para Foucault, el resultado de esta operación supone un enorme beneficio económico y político. Económico dadas las sumas fabulosas que generan la prostitución, la droga…Político: «cuanto más delincuentes haya, mejor acepta la población los controles policiales, sin contar el beneficio de una mano de obra asegurada para los sucios trabajos políticos: pegar carteles, rompe-huelgas…».

Añade Foucault: «¿De dónde viene la prisión? Yo diría que un poco de todas partes… Invención de toda una técnica de vigilancia, de control, de identificación de los individuos, de cuadriculación de sus gestos, de su actividad, de su eficacia. Y esto, a partir de los siglos XVI XVII, en el ejército, los colegios, las escuelas, los hospitales, los talleres. Una tecnología de poder, fina y cotidiana, una tecnología de poder sobre los cuerpos. La prisión es la última figura de esta edad de la disciplina… La prisión es un instrumento de reclutamiento para el ejercito de los delincuentes. Sirve para esto. Desde hace siglos se dice: "La prisión fracasa puesto que fabrica delincuentes" Yo diría más bien: "La prisión triunfa puesto que es eso lo que se le pide"».


 
Nota 
[1]  En el pico de la crisis financiera y económica de este primer decenio del siglo XXI,  los inversores han borrado sus pérdidas y han reanudado sus relaciones con unos fondos especulativos poco asustados por las nuevas regulaciones. En el año 2010, estos inversores han recolectado unos beneficios que suman 1,4 billones de euros al nivel mundial. No se ha celebrado ningún juicio.

28.4.11

EN ÉPOCA DE MENTIRAS...Cine y Democracia

Esta página constituye el Dossier EN ÉPOCA DE MENTIRAS sobre el ciclo de proyecciones y debates presentado por memento en Sevilla con el mismo título. Este ciclo se compone de tres películas ambientadas en los años 1960: 
El atentado” (rapto en Paris y asesinato del político marroquí Ben Barka),
Z” (el asesinato de un político pacifista en Grecia en la víspera del “golpe de estado de los coroneles”),
Desaparecido” (implicación del gobierno estadounidense en el golpe de estado de Pinochet en Chile).
Se completa el ciclo con:
 la visión de Fritz  Lang sobre la sociedad alemana antes de la llegada del nazismo con “M”,
una reflexión de John Ford sobre la utilización de la prensa, la mentira, la leyenda y el crimen en una democracia representativa con “ El hombre que mató a Liberty Valance
y la sátira de Stanley Kubrick sobre la guerra fría “Doctor Strangelove”.





“En época de mentiras, contar la verdad se convierte en un acto revolucionario”

George Orwell


Cuando la mentira, como expresión de la voluntad de poder, se adueña del espacio político que rige las fuerzas institucionales, la democracia se fragiliza. Los medios informativos, primando lo inmediato con una voluntad reduccionista, pueden escribir por ejemplo que el Kosovo en su primer año de "independencia" … « se ha dotado de varios atributos de poder que confirman su nuevo estatuto: una Constitución, unas Fuerzas Armadas, un Servicio de Inteligencia, un Consejo de Seguridad, una Agencia encargada de las privatizaciones» (Le Monde 18/02/09).


¿Son éstas las condiciones de la creación de un Estado democrático al día de hoy? ¿Qué ha pasado en el mundo para aceptar estas fuerzas institucionales como fundamento de una democracia? ¿Qué memoria tenemos de la acción de estas fuerzas? Las cuales, por el mero hecho de haber permitido los crímenes del pasado, son las que tienen menos aptitud para investigarlos y castigarlos, o prevenirlos en el futuro.

El cine permite refrescarnos la memoria de cara a estas preguntas: Lumumba, asesinato planificado del presidente del Congo; La batalla de Argel de Pontecorvo –una clase magistral sobre el despliegue de las tropas del gobierno francés frente a la sublevación del pueblo argelino con lo que conlleva: torturas, matanzas de civiles – clase que los EEUU aprendieron para la ocupación de Bagdad; El factor humano de Preminger, sobre el apartheid y la implicación de los gobiernos holandés y británico frente a la influencia comunista en África del Sur; Los senderos de la gloria de Kubrick sobre la decisión de fusilar militares “por el ejemplo” frente al enemigo en la primera guerra mundial … sin hablar de películas sobre los asesinatos de Kennedy, Malcom X, Luther King o Che Guevara. Nos falta la representación del asesinato del poeta y cineasta Pasolini.

En cuanto al cine político como subgénero del cine negro, tuvo su mejor momento en los años 60 y principio de los 70 del siglo XX, época conflictiva entre todas, con las descolonizaciones, las guerras y los crímenes que las acompañaron. Se hicieron varias películas de intencionalidad política y de denuncia de las fuerzas institucionales democráticas, , con cineastas y guionistas comprometidos como Sidney Lumet, Costa Gavras, Francisco Rosi, Jorge Semprún…


Guerra fría en el Pentágono (Dr Strangelove-Stanley Kubrick)



Dossier: EN ÉPOCA DE MENTIRAS
Actualizado el 28.04.11



Missing (Desaparecido) de Costa Gavras
El hombre que mató a Liberty Valence de John Ford
Z de Costa Gavras
M (El vampiro de Dusseldorf)de Fritz Lang
El atentado de Yves Boisset
Doctor Strangelove (Telefóno rojo...) de Stanley Kubrick



Entradas asociadas



26.4.11

Populismo penal

EL ESPIGADOR
 nº6

Jurados populares

La justicia es algo demasiado serio para confiarla sólo a los magistrados dice el jefe del Estado francés. Es el punto de partido de una reforma del sistema judicial en Francia que instaura un jurado popular en los tribunales para juzgar, al lado de tres magistrados, de como la violencia sexual, el robo con violencia.
Le Monde (14 de Abril 2011) escribe: «el poder ejecutivo es una cosa demasiada seria para que se la confíe al sólo gobierno y menos todavía al sólo presidente». Es una reforma que puede parecer popular pero que, de hecho, es populista. Estos jurados designados por suerte no tienen acceso al dossier del cual están informados por los magistrados. Ya que la justicia no es ni ejemplar ni eficaz, Le Monde añade: «se ve mal como la presencia de unos ciudadanos novatos, amadores en el plan jurídico, para apoyar a unos magistrados profesionales, pueda mejorar las cosas».

Populismo penal

Llama la atención la retórica y, a veces, la acción del sistema político con respecto al sistema judicial o policial. Hoy, unos gobiernos, en Francia o en Italia, un partido de gobierno en la oposición en España, no tienen reparos en criticar a la justicia o a la policía con el fin de promover reformas en su ventaja o de atacar al partido rival, designarlas también como responsables en el caso de unos sucesos trágicos. Manipulan ciertos hechos que tienen una resonancia mediática, aptos para activar el miedo colectivo –monstruo pedófilo, terrorista, activista… -y asientan así su autoridad política.
Estos responsables políticos apelan al pueblo directamente para descalificar a unas instituciones que tratan problemas de la sociedad a partir de las leyes que sus partidos han votado. Promueven así un populismo penal en el marco de la retórica exacerbada de la seguridad.

Este texto introduce la página "El monstruo y Michel Foucault" en preparación

16.4.11

Mujeres en la revuelta



EL ESPIGADOR
nº5

Preliminar
Enfrentado con el problema de los funcionarios y ministros que pertenecen al partido del presidente destronado, el gobierno transitorio de Túnez decide tratar cada caso por separado. Se opone así a cualquier forma de "caza de brujas", termino de todos modos impropio en este caso, ya que conviene reservarlo a los poderes cristianos que quemaron en la hoguera a tantas mujeres, probablemente para tomar en cuenta la igualdad de géneros, ya que a los hombres los mandaban a la muerte en las cruzadas. En Túnez, hubo más bien la caza de unos brujos que hacían desaparecer la riqueza del país hacia ciertos paraísos.

En Túnez, una comisión prepara las elecciones que permiten la puesta en marcha de una Asamblea constituyente[1] . La comisión ha decidido de unas listas electorales paritarias mujeres-hombres. Así, las mujeres están en una posición de elegibilidad. Es una disposición única en el mundo árabe, un hecho histórico.

Mientras, en Libia, con una metralleta de plástico en la mano,   las mujeres cantan y gritan los esloganes pintados en las pancartas de las manifestaciones callejeras: «necesitamos armas», «queremos armas para los rebeldes», «no queremos leche para los niños, queremos armas para nuestros hermanos».




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[1] Los europeos no han tenido esta suerte, ya que los poderes fabricaron en la sombra una Constitución que, una vez rechazada, fue transformada, por magia, en el Tatado de Lisboa.

15.4.11

Cobre en los carritos


EL ESPIGADOR
nº4



Los canales de televisión, la red  y los periódicos insisten  en denunciar la delincuencia del cobre. Se señalan a los nuevos delincuentes, los de las chatarras y de sus pequeños negocios, gente de la calle con sus carritos, los intermediarios, la economía sumergida… los cables eléctricos robados, las fundas arrancadas, toneladas de cobre almacenado y la subida del precio del cobre que resulta de tales delitos.
Sin embargo… al lado de este método artesanal de especulación sobre el cobre, existe el método legal. En la bolsa de cambios de los metales, el London Metal Exchange, el banco JP Morgan se  ha apropiado de más de 150 000 toneladas de cobre[1]. más allá de la apuesta sobre los movimientos de los metales,  este banco ha creado un fondo de comercio,  Exchange Trade  Fund, que le permite almacenar físicamente el cobre. Además, JP Morgan ha adquirido una sociedad especializada en el almacenamiento.


El cobre es uno de los metales más utilizados, particularmente en la construcción. Así que, cuando falta inversión para extraerlo,  o cuando  baja la demanda en Europa o Estados-Unidos después de una burbuja en las viviendas, interesa comprar.  Cuando disminuye  el almacenamiento por la fuerte demanda de China, es igual de interesante para JP Morgan. Estamos delante de una especulación legalizada que lleva actualmente a una fuerte alza de los precios, insoportable incluso para China.

Imputar a la pequeña delincuencia el aumento de los precios del cobre es un ejemplo más de la desinformación en la cual nos sumergen los media.


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[1] The Telegraph del 7 de Diciembre de 2010



1.4.11

EL ESPIGADOR

El Blog memento trata en Individuo y Sociedad  de la acción ciudadana dentro de la ciudad, la polis, lo político, con una reflexión que quiere escapar de la actualidad del día a día. Sin embargo, a veces, no puedo resistir reaccionar frente a algunas frases de un artículo de prensa o de una información digital. Este dossier recoge estas espigas, caídas delante de unos ojos animados por el enojo, la consternación o el interés. Estará actualizado según las ganas del ESPIGADOR.

Los espigadores y  la espigadora (Agnès Varda-2000)

Dossier:  EL ESPIGADOR

01 Espigas pasadas  El dossier retoma algunas frases o artículos espigados en los meses anteriores. Después de Copenhague-Almería: ¿también puede ser útil el CO2?-El bifenol A-La democracia en un solo país-Una cortina de humoPavor a las críticas…
Entradas asociadas  Tres Gargantas, una naturaleza muerta-Salud Pública-Aborto -Fronteras en Marenostrum  Histórico sobre la frontera Túnez-Libia
nº2 Fukushima: un enfado  Comentario sobre el accidente nuclear
ver Ni Pika ni Don

03 Democracia y servicios públicos ver Arkhos y Kratos  Respuesta a un tunecin ¡Viva el hormigónComentario sobre la decisión de ceder a los bancos y constructoras la financiación de autopistas en Andalucía.

04 Cobre en los carritos ver Dossier: LAS REGLAS DEL JUEGO

05 Mujeres en la revuelta ver El ateniense y el tunecino

06 Populismo penal ver : Justicia y peligrosidad El monstruo y Michel Foucault  Enlaces asociados: Michel Foucault: Vigilar y castigar -Mireille Delmas-Marty: videos

07Los expertos ver : El monstruo y Michel Foucault

08 Germany vs Spain II ver : Dossier LAS REGLAS DEL JUEGOGermany vs Spain

09 Liderazgo ver : Liderazgo y soberanía - ver nº50-51

nº10 Perturbadores hormonales ver: Bifenol A en EL ESPIGADOR nº1

nº11 El patinazo de Ángela

nº12  Simples palabras -1

nº13 Simples palabras -2

nº14 Miedo y Mass media

nº15   Simples palabras -3: Indignados

nº16  Opinión pública y medios

 nº17 El Día del Rebasamiento ver en el Blog "El 22 de Agosto de 2012"

 nº18 Han soltado los perros

 nº19 Un motor soberano: Google

 nº20 Otro mundo posible

nº21 Es la austeridad una solución?

nº22 Acabar con la mentira de la regulación

nº23 Pomelos y fármacos

nº24 Perturbadores del sistema endocrino

nº25 Osos, Hombres y Otros...

nº26 El canto de las mujeres

nº27  El grito de Whilelm

nº28  El 22 de Agosto de 2012

nº29 Dejo que mi imaginación delire "El autentico juicio de Carl Emmanuel Jung"

nº30  Institucionalización de la violencia -Herbert Marcuse

nº31 Nosotros, el pueblo

nº32 Salud y Expertos
 Agencias Europeas: perturbadores hormonales-ondas electromagnéticas

nº33 Austeridad: ¿Error o Experimentación?   comentarios sobre un error del FMI

nº34 Informe sobre perturbadores endocrinos

nº35 La vida de Jesús  (Jess Franco)

nº36 El año de la quinua

nº37 Alas de mosca

nº38 Escracher "Simple palabra-nº4"

nº39 Bifenol A: nuevo informe

nº40 Steven Cohen
nº41 Mosquitos bajo la lluvia
nº42  Playas Chinas
nº43 ¿Quién conoce a Saartjie Baartman?
nº44  Bigotes
nº45  Vista desde el cielo
nº46  La séptima bola de cristal
 nº47 La casa de Keret
 nº48 La mirada del Gorila
nº49 Humanidad electrificada
nº50 Un nobel de muerte
nº51 Un nobel de muerte 2
nº52 Notación de Moody's 2013

Democracia y servicios públicos


EL ESPIGADOR
nº3

Cuando el diario Le Monde (29.03.11) le pregunta si es conveniente dejar la gestión de la energía nuclear a cargo de las empresas privadas o del Estado, el ex dirigente del gobierno civil de Fukushima contesta: «No se puede plantear el problema en estos términos. La tragedia de Chernóbil se ha producido bajo el control del Estado. En Japón, es una empresa privada. Sin embargo, la cuestión de fondo es el control democrático del proceso de decisión».

Buena respuesta, pero una verdad a medias. El control del proceso de decisión se apoya sobre unos datos tecnológicos que, cuando están guiados por el principio de rentabilidad y competitividad característico de la empresa privada, no pueden ser verificados. En cambio, la vocación de la empresa pública es guiarse por la preocupación del bien común cuando se trata de controlar las características y la construcción de los materiales encargados a la empresa privada. Aquella impone un pliego de condiciones que toma en cuenta su capacidad incomparable para evaluar los problemas. Sin embargo, su fuerza tiene que ser lo suficientemente grande como para recoger la información tanto al nivel nacional como internacional. Si ese no fue el caso en Chernóbil, bajo el control del Estado, conviene situar los hechos en función de la situación de los países de la antigua URSS, cerrados sobre ellos mismos en el plan tecnológico. De todas maneras, ahí hubo un error humano, el cual es independiente de la ideología de turno.


En el caso de Fukushima, conviene probablemente reflexionar sobre los errores humanos que acompañan al accidente. Pero,  ante todo, se ha puesto en evidencia que priman los intereses de las empresas privadas por la rentabilidd. En efecto, tanto en el proyecto inicial como en la construcción se tomaron unas decisiones muy arriesgadas,  no solo sobre el valor máximo del seísmo sino también sobre el maremoto.  Según Le Monde, unos geólogos japoneses habían advertido sobre el riesgo de un maremoto importante, recordando que en 1893 y en 1933 las olas que atacaron las costa este median entre 29 y 33 metros. Estos datos no se tomaron en cuenta. El muro de protección ha sido edificado sobre la base de un maremoto en Chile, en 1956, lo que ha conducido a una altura de 5,5 metros.




En el caso de unos servicios públicos gestionados por el Estado y unas empresas públicas, ¿puede el control democrático de un proceso de decisiones hacerse bajo la  única implicación de los representantes políticos y de los técnicos? ¿No aparecen conflictos de intereses entre instituciones o entre expertos del Estado y  las constructoras? En la misma entrevista con el ex gobernador de Fukushima, éste hace referencia a la necesidad de separar la Agencia de Seguridad  Nuclear (NISA) y su ministerio de tutela.


Cuando se trata de los servicios públicos tal como la energía, el agua, el transporte, la intercomunicación, el control democrático exige unas estructuras lo bastante articuladas como para permitir a la sociedad un derecho de participación y de decisión por medio de asociaciones informadas y responsables, nombradas por una ciudadanía activa. 


¡Viva el hormigón!


EL ESPIGADOR

Tengo el placer de anunciaros que los proyectos de infraestructuras y transportes que se preparan en las cocinas de los ministerios siguen multiplicándose en nuestro chapucero imperio tecnológico, como unos gremlins en aguas contaminadas y en lodazales.

«La cofinanciación público-privada puede ser una fórmula exitosa para la construcción de nuevas infraestructuras….Las obligaciones de reducción del déficit público y la necesidad de contener el gasto para estabilizar las haciendas de las administraciones ante la acuciante crisis, llevó a la Junta [de Andalucía] en 2010 a hacer una apuesta para dar entrada a la iniciativa privada en la financiación de determinadas actuaciones» (El País 28.03.11).





Así, las empresas y los bancos, que conocemos por su desinterés y generosidad, van a financiar unas infraestructuras públicas y la Junta de Andalucía pagará con les presupuestos públicos cuando la obra se concluya «en función de su disponibilidad económica con un canon por el mantenimiento y conservación de la obra». Traducción: la colectividad pagará con intereses y probablemente un peaje por largo tiempo.

Sabemos de sobra que las autopistas son las vías del progreso, los caminos de la modernidad y del ahorro de tiempo, las pistas que resuelven el paro, la única dirección hacia la felicidad… Aún más cuando se trata de pagar con intereses al sistema privado y financiero que genera el lodazal y las aguas contaminadas. ¿No es, acaso,  más atractivo nadar en ellos y disfrutar de todos los recortes todavía posibles, que proyectar un futuro apocalíptico que nos prometen los ecologistas, con el final del petróleo, un cambio climático, el daño a la biodiversidad? Los expertos saben resolver todo eso. Tendremos coches eléctricos y más centrales nucleares para cargar las pilas. A estas centrales, no les puede pasar nada. ¿Fukushima? Miráis para otro lado[1].  Mientras, defendemos nuestros “intereses vitales” en todos los países que tienen la materia prima de la cual no podemos prescindir. No puede faltarnos la droga energética.
La razón de los expertos, los políticos y los media asociados es aplastante, ¿Quién se resiste a tanta coherencia?


¡Seguimos creciendo! Crecer y crecer, construir y construir.
¡Viva la razón!
¡Viva el electrón!
¡Viva el hormigón!

[1] Los  26, 27, 28 de Marzo: mientras un diario (El País)que pertenece a una empresa privada consagra entre 6 y7 páginas a la defensa de nuestros “intereses vitales” en Libia seguidos de una página y media sobre Fukushima, un diario, mayoritariamente en manos de sus lectores y empleados (Le Monde), consagra entre 5 y 7 páginas al accidente y menos de una página a Libia.